Viaje literario por América Latina, de Francesco Veranini

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El peregrino errante

Francesco Varanini, Viaje literario por América Latina, El Acantilado, Barcelona, 2000, 831 pp.
     Francesco Varanini, nacido enPisa en 1949, es, entre otras cosas, antropólogo, periodista y especialista en informática. Sus actividades le han llevado a América Latina y a su literatura. Su bagaje no es, pues, el de un experto, sino el de un experimentado viajero y lector que ha decidido expresar su peculiar experiencia en este Viaje literario por América Latina.
     Nos encontramos pues ante un libro inusual y polémico, un estudio peculiar que es asimismo una narración, una crónica en la que entran múltiples registros, todos ellos alejados de la sequedad académica y de la complacida complicidad del crítico, con frecuencia más atento al autor que a los lectores. Una exposición enriquecida con interesantes lecturas de escritores ingleses e italianos que incorpora en una compleja red de relaciones y comparaciones, a veces llevadas aextremos discutibles. Hay asimismo percepción crítica, sensibilidad, inteligencia, pasión y una audacia que no rechaza la arbitrariedad ni las contradicciones. Los defectos de este libro son el inevitable precio que hay que pagar para desarrollar sus múltiples virtudes. Varanini dice cosas que nadie se ha atrevido a decir y otras que no debería haberse atrevido a decir. Los estudios literarios están regidos por una serie de principios que Varanini, con su inconformismo, ha roto. En los mejores momentos del libro, vemos un nuevo orden atractivo y estimulante; en no pocos momentos, nos sentimos perdidos en un mar de escombros.
     La introducción apunta a una serie de centros: un intento de rectificar el orden jerárquico del canon literario latinoamericano, un ataque a la visión tópica yexótica de lo caribeño, un ataque también a la retórica, en defensa de la transparencia expresiva o del barroco necesariocomo el de Lezama Lima; asimismo, una crítica al comunismo y, más concretamente, a la revolución castrista. A estas razones estéticas e ideológicas se añaden otras de tipo ético, con una decidida condena a los escritores con éxito y una decidida simpatía por los malditos o las propuestas contraculturales. Esto le lleva a referencias personales posiblemente ciertas pero no por ello menos vejatorias, como acusar a García Márquez de parvenu ypalurdo.
     Es posible compartir muchos de los juicios radicales de Varanini y es deagradecer que se haya atrevido a decir por escrito lo que muchos nos limitamos a pensar. Paradójicamente, aceptamos sus "insensatos" juicios pero no siempre podemos aceptar los procedimientos, pues se apoya en tesis que son inaceptables y hasta tramposas. Varanini escribe páginas espléndidas sobre "viajeros" europeos como Malcolm Lowry o Ana MariaOrtese, pero al afirmar que "AméricaLatina ha sido forjada por europeos"parece negar que exista una realidad americana e implicar que esta realidad esinevitablemente exótica. De este modo, García Márquez "se mantiene latinoamericano hasta la médula, hasta el estereotipo", y con García Márquez (llamadosistemática e irritantemente Márquez), "Fuentes, Carpentier, por no hablar de Isabel Allende y Luis Sepúlveda, nosinducen a engaño". Y este crítico radical repudia todo radicalismo político con penosas generalizaciones o simplificaciones sobre "los intelectuales de izquierdas". Me parece contradictorio e inclusodeshonesto evitar todo discurso literario explícitamente político y al mismo tiempo hacer una crítica literaria condicionada por razones políticas.
     El peor defecto de este libro es, precisamente, que el rechazo a ciertas actitudes lleva a Varanini a elogios inmerecidos. Es decir, en su intento por rectificar elcanon literario crea un canon alternativo todavía más arbitrario. Los ataques más feroces son a García Márquez, figura que aparece obsesivamente a lo largo del larguísimo libro, a Fuentes o a Carpentier. Insisto en que esta tarea desmitificadora es estimulante, pero el comedimiento le habría añadido rigor. Como contrapartida, los elogios a un solo libro de JorgeEdwards, Persona non grata, resultandesmedidos, y el hecho de que sea "un antídoto contra la mitología revolucionaria" acaba por convertirse en la verdadera razón que le lleva a afirmar que "vale más que cien novelas". Una razón claramente ideológica, no literaria.
     Los mejores capítulos son los dedicados a escritores que han atraído a Varanini por sus méritos literarios o artísticos: los dedicados a Cortázar, a Borges, aCarlos Gardel, a Malcolm Lowry, a Ana Maria Ortese y, sobre todo, el espléndido retrato de Felisberto Hernández y el no menos espléndido análisis de su relato "El cocodrilo".
     Viaje literario por América Latina cautiva por la contundente originalidad de sus planteamientos, convence por sus propuestas estéticas y estimula por su afán polémico y desmitificador. Al mismo tiempo,irrita por sus obsesivas reiteraciones, sus arbitrariedades, sus trampas ideológicas, y por la falta de una verdadera visión de conjunto de los escritores más criticados. En todo caso, virtud poco común en un libro de estudios literarios, su lectura no nos puede dejar indiferentes. –

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