Me escribe mi amigo J de Monterrey:
Vivimos en una ciudad en la que no sabes si regresarás con bien del trabajo, o tus hijos de la universidad, o tus nietos del kínder.
Lo bueno es que nuestro gobierno ya encontró la forma de solucionar todo: por generación espontánea. Porque lo más sorprendente de la situación que se dio el jueves pasado es que en 72 horas tuvieron a los responsables identificados y confesos. La eficiencia de la procuraduría de justicia estatal fue increíble.
Fue sorprendente porque a diario se presentan ilícitos en las principales avenidas y centros comerciales. Todos los días extorsionan oficinas y negocios. Y todos estos lugares también cuentan con cámaras de vigilancia que aportan pruebas fehacientes de los vehículos involucrados, etc. Supongo que se necesitan 52 muertos para analizar los videos, localizar los vehículos y verificar las huellas dactilares.
Cómo es posible que cuando matan a dos o tres, cuando le roban el carro, con su hijo adentro, a una pobre mujer; cuando asaltan a mano armada las tienditas o roban un centro comercial, y hay sólo un muerto, no le alcance a la procuraduría la cantidad de videos, huellas digitales, pistas y demás para resolver el crimen.
Pero cuando son 52 los muertos se resuelve de inmediato.
Esto me lleva a las siguientes consideraciones:
1. Se requieren muchos muertos para que los investigadores y detectives se pongan a trabajar.
2. Si el gobierno estatal pudo resolver en 72 horas el asesinato de las 52 personas, o bien está coludido y exigió a los delincuentes la entrega de sus sicarios para tratar de calmar la tormenta, o de plano logro detectives y policías inteligentes por generación espontánea en cuestión de horas.
Resulta cansado seguir oyendo el discurso de nuestros gobernantes. Por ejemplo, han ofrecido bajar el 30% el robo de automóviles en Monterrey (este año subió más de un 350%). Caray, pero si saben cómo resolver el 30%, saben también cómo resolver el restante 70%.
El domingo se dio aquí un movimiento ciudadano de ONGs apartidistas. Fue patente la demanda ciudadana para que renuncie el gobernador. ¿Esto resuelve el problema? Propongo que mejor sigamos con la generación espontánea de detectives y policías inteligentes. Si hace unos días encontraron la fórmula para lograrlos, que la repitan a diario.
Y no escribo más. Esto es indignante.
Pues sí.
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.