“Tratar a un perro como si fuera un ser humano sólo le hace infeliz”
Antonio Lence se dedica desde hace unos 12 años a adiestrar perros y a formar adiestradores en España y en medio mundo, impartiendo clases en países tan distantes entre sí como Japón, Chile o Portugal. Hoy trabaja en una reconocida agencia de adiestradores caninos en Madrid y también tiene su propia agencia, Adiestramos.com.
¿Hay mucha salida laboral en este trabajo?
Hace un par de años en un periódico de tirada nacional hicieron un estudio sobre los oficios con más futuro y uno de ellos era el de adiestrador de perros. Yo tengo adiestradores no sólo en Madrid, sino en otras provincias, y continuamente me llaman de sitios donde no tengo presencia. O sea que trabajo hay, aunque no sea un buen momento por la crisis, para nadie.
¿El éxito del mexicano César Millán en la televisión española, les ha hecho un favor a los adiestradores?
Yo siempre he tenido la misma cantidad de trabajo, independientemente de que existiera o no este programa. Lo que sí se nota es un mayor interés por ser educador canino y por el mundo del perro. Sin embargo, con este tipo de modas surgen muchos piratas que no son buenos profesionales. Así que tiene su parte buena y su parte mala. A mí no me ha afectado directamente. Yo creo que el programa está bien y no tengo ninguna crítica, al contrario de algunos compañeros míos, que sí critican el programa. Creo que es envidia. A mí me parece bien, y si tiene la suerte de tener este éxito televisivo, me alegro mucho por este señor, que no conozco de nada.
Sobre Millán se han vertido muchas críticas, por los métodos que utiliza, como los collares de ahorcamiento, ¿cuál es tu opinión al respecto?
El problema de un collar de castigo o de cualquier otro sistema de este tipo, no está en la herramienta en sí, sino en cómo se usa, en qué momento, para qué, con qué perro… Creo que en el punto medio está la virtud: ni creo que se pueda trabajar sólo a base de castigo ni tampoco solamente con refuerzo positivo. Mientras más refuerzo positivo se utilice, mejor, pero no hay que olvidar que los perros son animales jerárquicos, y entre ellos mismos se corrigen. Esto no se puede obviar. Muchas veces esos que abogan sólo por el adiestramiento de refuerzo positivo, a la vez se dedican encarnizadamente a criticar a un ser humano o decir barbaridades con un punto de odio tan extremo que me hace dudar mucho de la intención positiva que puedan tener con un perro.
Durante los últimos años, y más con la entrada de España a la Unión Europea, se critica a veces el exceso de reglamentación sobre todo, incluso en lo referente a la tenencia de animales. ¿No te parece que está demasiado reglamentado?
El problema es que hay un montón de gente irresponsable. Cualquiera que vaya a un parque verá que hay un perro que no puede ir suelto porque no está controlado ni educado, y en un parque está lleno de niños, que es fácil que anden con galletas, bocadillos, con la merienda… y si tu perro va a ir a quitarle el bocadillo a un niño, resulta que es un riesgo, ¿no? Si la gente no se ocupa de educar a estos perros, entiendo que alguien debe ocuparse de que la ley haga cumplir determinadas normas. Por ejemplo, la normativa de recoger el excremento de los perros (que es muy dura) no debe ser suficiente, porque por algunas calles no puedes ni andar. Hay otros países, como Francia, Inglaterra o Alemania, donde la gente es muy estricta con estas normas, entiende que el perro vive en sociedad y tiene que estar educado. Tú vas al metro o a restaurantes y verás perros. Les dejan entrar porque la gente lleva el perro educado. Cumplen una normativa porque se preocupan de educar al perro, y eso va hacer al perro mucho más feliz.
O sea que el perro tiene que estar educado para vivir en sociedad, como el ser humano…
Claro. Y la gente debe entender que es beneficioso para el perro, porque la educación de un perro no es solamente que se siente o se tumbe. Hay algo que va más allá, y es que la gente sepa cómo hacer feliz al perro, cómo hacer que su perro no tenga todos los problemas de comportamiento que nos encontramos los educadores. Hay una serie de problemas que siempre vienen de lo mismo: de una visión errónea del animal, de verlo como un humano, como a un niño, cuando no lo es. Un perro tiene otros códigos de comunicación y otra forma de ver el mundo, distinta a la nuestra. En tanto y en cuanto la gente se empeñe en verle como a un ser humano, lo único que le va a hacer al perro es convertirlo en un infeliz.
¿Crees que está creciendo mucho la tendencia de la gente, sobre todo en grandes ciudades, a remplazar carencias humanas por medio del afecto de un perro?
No sólo eso, sino que el perro se ha convertido para mucha gente en un objeto más de consumo. Ahora por Navidades me compro un coche, un DVD y un perro. Pero el perro lleva una serie de sacrificios: tienes que quitarte horas de sueño y de todo tipo de ocio o de hobbies y dedicárselas a él. La idea es que al final el perro se convierta en el hobby o en el ocio, pero mientras la gente no lo entienda así, si el paseo con el perro no es una experiencia más de felicidad… Al cuarto día en el que le ha comido la alfombra y lo tiene que sacar lloviendo, la gente se aburre o no lo soporta. En otros casos, lo que hacen es utilizar al perro como los niños que tienen un peluche. Todo el día le dan besitos, cariño, y le compran un huesito, pero eso no le da felicidad al perro. No es que no le guste, pero yo siempre digo que muchas veces la gente lo que hace con los perros es como si nosotros a un alcohólico o un drogadicto le diéramos alcohol o droga todo el tiempo, porque lo queremos mucho y nos da pena verlo mal. Entonces al final, convierten al perro en un adicto a una serie de cosas que no le da felicidad por ninguna parte.
Esa visión del perro como objeto de consumo trae aparejados muchos abandonos de animales, ¿no?
Sí. Porque no entienden que el perro no es un objeto de consumo que no necesita de tus cuidados ni de tus esfuerzos ni de tu paciencia ni de tu sacrificio. Cuando se ven ante esta tesitura, lo abandonan, en general en carreteras. Lo cual lleva a problemas terribles, con perros que son atropellados, y también un perro solo en la carretera provoca accidentes gravísimos. Hay que ver claramente si uno va a poder tener un perro, si uno va a poder ocuparse de él, ver cómo es uno y qué tipo de vida lleva. Y a partir de ahí, tomar una decisión honesta con uno mismo. Si no puedes tener un perro, pues te compras un peluche y te dedicas a dar cariño a un muñeco relleno de goma.
¿Crees que la adopción de perros abandonados que se encuentran puede ser una parte de la solución a este tema del perro-regalo, del perro-objeto de consumo?
Yo a todo el mundo que me pregunta qué perro se compra le doy la opción de la adopción. Evidentemente hay que saber bien qué es lo que uno va a buscar, tener los conocimientos mínimos para saber qué perro elegir, porque hay perros muy complicados, y entonces uno tiene que saber si tiene la preparación suficiente como para rehabilitar ese perro y, si no, buscar uno más fácil. No hay que dejarse llevar por el primer impulso de pena o de lástima, que al final va a ser peor, porque te llevas al perro y vas a tener que devolverlo a la semana o al mes.
¿Qué opinión tienes del adiestramiento de animales salvajes, como en el caso de los circos?
Estoy totalmente en contra. Es algo que poco a poco deberíamos ir eliminando, y convertir el circo en otra cosa distinta, que no parta del espectáculo de animales salvajes encerrados, que está más que demostrado que es una vida de un sufrimiento intensísimo y terrible.
¿Y de los zoológicos?
No es lo mismo un zoo que otro. Hay zoos que tienen a los animales en condiciones lamentables, pero hay zoos en los que están mejor. Es verdad que siempre sería mejor tenerlos en reservas, para visitarlos como un safari. En el zoo, por muy bien que estén los animales, al final los espacios son limitados. Creo que es algo que también habría que revisar con el tiempo.
– Feliciano Tisera
Periodista todoterreno, ha escrito de política, economía, deportes y más. Además de Letras Libres, publicó en Clarín, ABC, 20 Minutos, y Reuters, entre otros.