La biografรญa de Debussy que ha escrito Stephen Walsh (Debussy, un pintor de sonidos, Acantilado, 2020) parte de ese doble estatus desde el que generalmente se considera al compositor: el de ser un punto de inflexiรณn para la historia de la mรบsica en lo respectivo a la armonรญa, la melodรญa, la tรญmbrica e incluso la linealidad misma de las obras musicales, y el de contar, a pesar de ello, con una apreciaciรณn generalizada tanto por parte del profesional como del diletante. Ese โdesconocido pero familiarโ, esa manera de aportar innovaciones valiosรญsimas de manera poco escandalosa, mediante la atenciรณn a pequeรฑos detalles que hasta entonces se habรญan dado por hecho, lo sitรบa en un lugar particular en el panteรณn al que solo unos pocos โpor el fin de รฉpoca que representa y su popularidad uno piensa en Wagnerโ han llegado: โ[Debussy] nunca tuvo el objetivo de รฉpater le bourgeois; por el contrario, tenรญa la belleza como consigna, y verdaderamente creรญa que los oyentes atentos serรญan capaces de escuchar y apreciar esa cualidadโ.
El texto de Walsh sigue en todo momento esa lรณgica. Indica las razones por las que la obra de Debussy supone una ruptura y sientan un precedente insรณlito, seรฑalando en muchos casos las razones de la indignaciรณn de crรญticos y compaรฑeros de profesiรณn, pero lo hace dirigiรฉndose al oyente seducido. A propรณsito, por ejemplo, de La Cathรฉdrale engloutie (1910), uno de sus preludios para piano mรกs famosos, seรฑala que la mรบsica toma una forma imprecisa mediante la yuxtaposiciรณn de fragmentos sueltos, ante los que uno se conmueve sin saber exactamente por quรฉ: โpodemos considerar que estamos ante una reacciรณn producida por la actividad de la imaginaciรณn ante las hermosas pero inexplicables reliquias de la historiaโ.
El libro no es tanto un intento de redescubrir a Debussy como de explicar las razones de su seducciรณn, y por eso su vocabulario tรฉcnico se orienta menos al experto, al que le resulte quizรก demasiado simplificado, que al aficionado que busque profundizar. En este sentido, en medio del debate clรกsico de si es necesario comprender para disfrutar, que en el terreno musical suele ser mรกs pronunciado que en otras artes, la biografรญa de Walsh es un acierto por la manera en que acerca ideas musicales complejas โcomo las alternativas a la divisiรณn regular de la escala, que explican el interรฉs de Debussy por las escalas pentatรณnicas y hexรกtonas, o la idea de que la forma pueda nacer de la orquestaciรณn y no al revรฉsโ al pรบblico general.
Una serie de motivos principales atraviesan todo el libro, generando una suerte de narrativa que engloba los detalles tรฉcnicos y las explicaciones sobre las obras: la promiscuidad que acompaรฑรณ a Debussy toda su vida, y que le hace aparecer en ocasiones como una caricatura del artista atormentado por sus pasiones; la ambigua relaciรณn con Wagner, a quien admira pero a quien no quiere parecerse; o la meticulosidad con que abordaba la escritura, y relacionado con esto, la innumerable cantidad de mรบsica prometida y que por razones de exigencia jamรกs entregรณ.
A propรณsito de sus obras no realizadas, es llamativa la relaciรณn de Debussy con la escena, y la gran cantidad de proyectos operรญsticos y dancรญsticos que llegรณ a pergeรฑar. Su รณpera Pellรฉas et Mรฉlisande (estrenada en 1902) es, por ejemplo, cรฉlebre por revolucionar las ideas de melodรญa o estructura narrativa, pero no menos ambiciosa fue esa Caรญda de la Casa Usher que quedรณ sin terminar, y que Walsh presenta como un horizonte de depuraciรณn tรฉcnica que el compositor tuvo la permanente necesidad de reescribir (como curiosidad, en el disco que The Alan Parsons Project dedica a Poe puede escucharse una orquestaciรณn alternativa del preludio que Debussy dejรณ escrito para la รณpera).
Uno de los aspectos mรกs gratos del libro es, a tรญtulo personal, la minuciosidad con la que se estudian algunas de las obras menos conocidas del autor. Gracias a ello he descubierto obras como los Trois poรจmes de Stรฉphane Mallarmรฉ (1913) โexpuesta en relaciรณn a las adaptaciones que hizo Ravel, algunas sobre los mismos textosโ o la pseudo sonata para dos pianos En blanc et noir (1916). Ambas son la muestra de un lenguaje evolucionado con respecto al de sus obras mรกs cรฉlebres, y que podrรญa haber sido una fase radicalmente distinta de su producciรณn de no haber muerto tan joven.
Un capรญtulo final, dedicado a la influencia de Debussy en la modernidad, se pregunta por la posibilidad de ser transgresor y al mismo tiempo popular. O lo que es lo mismo, si es posible que la inteligencia de la estructura se alรญe con el disfrute de la escucha. La respuesta de Walsh es clara: โDebussy tratรณ la mรบsica existente como harรญa un niรฑo con un libro ilustrado, seรฑalando esta o aquella imagen y haciendo caso omiso del relato. (โฆ) eso supone un problema al teรณrico, pero al oyente comรบn le ofrece la posibilidad de realizar un viaje fascinante y nada amenazador por un paisaje relativamente familiarโ.
La ventaja de Walsh a la hora de leer el impacto de Debussy en los aรฑos posteriores a su muerte radica en que es britรกnico, y puede distanciarse del asfixiante ambiente francรฉs que dominรณ en su vida al compositor y que hasta cierto punto determinรณ su influencia inmediata. De otro modo, serรญa tentador caer en aquella observaciรณn que Pierre Boulez hizo en 1956, y que el biรณgrafo recoge con cierta ironรญa: โยฟColocamos entonces el eje Debussy-Cรฉzanne-Mallarmรฉ en la raรญz de todo el arte moderno? Si no fuera demasiado chovinista, podrรญamos hacerlo perfectamenteโ.
Manuel Pacheco (Villanueva de los infantes, Ciudad Real, 1990) es mรบsico y filรณlogo. Es autor de 'Las mejores condiciones' (Caballo de Troya, 2022).