La democracia como basura

Durante estas semanas, las ciudades se convierten en azoteas mugrosas gracias a las campaƱas electorales.
AƑADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

 

La ciudades de MĆ©xico se han convertido en unas azoteas cochinas y saturadas de basura gracias a las “campaƱas electorales”. Las ciudades como campos para una batalla mortal que libran entre sĆ­ los pendones y pĆ³sters, banderolas y banderines, afiches y pegotes vociferantes de candidatos ansiosos de enterar a MĆ©xico de sus ganas de salvar a MĆ©xico. Tendederos de caras como calzones y lemas como calcetines. Lluvias de plĆ”stico colgando de las tripas de sus mecates para edificaciĆ³n de la democracia…  

Los partidos polĆ­ticos convierten a las ciudades en aparadores para vender al mejor postor sus mĆ”s bajos apetitos (no hay de otros). La exhibiciĆ³n de su miseria humana es a tal grado cĆ­nica que no les importa violar la ley para protestar, si ganan, que habrĆ”n de respetarla. Que ensuciar el “mobiliario urbano” con propaganda electoral sea ilegal, y que los candidatos a crear leyes comiencen por violar las que ya existen, ¿serĆ” una forma de la sinceridad? SegĆŗn la prensa hay legisladores que promovieron esa ley que son los que mĆ”s se anuncian…

Un absoluto asco, y no sĆ³lo visual: no hay sector mĆ”s aborrecido en MĆ©xico que los polĆ­ticos: monopolizan el derecho a violar la ley para promover su amor a la ley. Que ademĆ”s lo hagan con dinero saqueado a la misma ciudadanĆ­a que ofenden con su propaganda cierra un cĆ­rculo que ya ni siquiera es vicioso: es perverso. Que los futuros legisladores ensucien las ciudades en tiempos en los que la basura amenaza con enterrarlas ya ni siquiera es perverso: es enfermo.

La multiplicante pandilla patriotera de ocasiĆ³n privatiza el espacio civil. No hay puente, poste, farola, Ć”rbol, banca, fuente, plaza, glorieta, calle, calleja o callejĆ³n que no estĆ© maculado por fotos del candidato Canseco o la candidata CĆ”ndida. Muestran sus sonrisitas obsequiosas y mendigan un votito por amor de Dios, jurando honestidad, certificando la esperanza, anunciando que hay futuro. “Vota por mĆ­: patria, amor y frijolitos”. ¿Por quĆ© habrĆ­a de hacerles caso? ¿Porque tienen corbatas, dientes, flecos y cachetes?

El 96% de la propaganda se coloca en lugares prohibidos. ¿QuĆ© porcentaje de las toneladas de plĆ”stico contaminante que revolotean en mi ciudad fue pagado por mis impuestos? Calculo haber aportado el costo de la impresiĆ³n de por lo menos uno de los abundantes chinitos del combativo lado izquierdo de la populosa cabellera de la candidata Tortadepierna, despeinado 100 mil veces en 100 mil pendones.

De nada, seƱora. Ya lo sabe usted: no tengo de otra que estar a sus Ć³rdenes, y pagarlas de mi bolsa.

¿CuĆ”ntos millones de pesos cuesta tapizar las ciudades con las caras de los mexicanos estadĆ­sticamente mĆ”s despreciados por los mexicanos? Por lo menos tanto como costarĆ” limpiarlas. La SecretarĆ­a de Obras y Servicios del gobierno del DF ha recogido 46.5 toneladas de mierda electoral. Cuando terminen las campaƱas la cantidad se habrĆ” quintuplicado. Un himalaya de plĆ”stico imperecedero lleno de rostros idiotas y lemas que nacieron muertos.

Un ciudadano, JesĆŗs Robles Maloof, la lanzado un movimiento, “ContingenteMx”. Organiza a otros ciudadanos dispuestos como Ć©l a quitar anuncios de sus barrios. No, no es ilegal: tĆ©cnicamente equivale a recoger basura de la calle y regresarla al basurero del que nunca debiĆ³ haber salido.

No es mala idea. La apoyarĆ­a con una condiciĆ³n: que el ciudadano Robles Maloof garantice, cuando ya sea famoso, que nunca verĆ© su cara colgando de un puente.   

+ posts

Es un escritor, editorialista y acadƩmico, especialista en poesƭa mexicana moderna.


    × Ā 

    Selecciona el paĆ­s o regiĆ³n donde quieres recibir tu revista:

    Ā  Ā  Ā