Han transcurrido 45 dรญas desde que se registrรณ el primer caso de Covid-19 en Mรฉxico. Las calles desiertas, los supermercados donde algunos productos se agotan cotidianamente, los despidos ocasionados por el cierre de empresas son parte de la realidad de un encierro obligado cuya final aรบn parece lejano, aunque el 30 de abril haya sido marcado como fecha tentativa.
En este punto se sabe que hay 5 mil 14 casos confirmados de personas infectadas y 332 fallecimientos por causa del coronavirus, aunque el nรบmero real de casos, como ha dicho el subsecretario de Prevenciรณn y Promociรณn de la Salud, Hugo Lรณpez-Gatell, podrรญa ser ocho veces mayor.
Mientras tanto, en los hospitales, el personal de salud labora largas jornadas bajo estrictos protocolos sanitarios, atendiendo una demanda que hoy ya es mayor a la habitual y que, de presentarse el aumento exponencial de casos que muchos temen, podrรญa rebasar rรกpidamente la capacidad humana y de infraestructura de dichos centros.
Hablamos con personas que trabajan en el sector salud y les pedimos que nos contaran un poco acerca de cรณmo se enfrenta la pandemia en los lugares donde trabajan.
Dr. Juan Sรกnchez ยญ
En el Centro Mรฉdico Nacional La Raza, Ciudad de Mรฉxico
En los pasillos del hospital donde labora Juan Sรกnchez โcomo ha pedido ser identificado este mรฉdico, para evitar represaliasโ se respira miedo, incertidumbre, tristeza. Por su trabajo le ha tocado ver de todo, pero nunca habรญa estado en medio de una pandemia. Tanto รฉl como sus colegas del centro mรฉdico experimentan a diario los estragos de una situaciรณn de tremenda incertidumbre, porque nadie tiene idea de quรฉ vaya a pasar.
Dentro de este complejo hospitalario del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se encuentra el Hospital de Infectologรญa, que es referente en Latinoamรฉrica en esta especialidad. El doctor Juan Sรกnchez dice que en esta etapa de la crisis sanitaria estรก a un 80% de su ocupaciรณn mรกxima.
โEn Infectologรญa hay 123 camas que, claro, con el progreso de la pandemia serรกn insuficientes. Por eso se tomรณ la decisiรณn de enviar a casa a pacientes โno tan gravesโ, para poder tener disponibles sus lugares en casos de emergencia.โ
Hace un par de semanas, segรบn el especialista, la dinรกmica del hospital cambiรณ de forma drรกstica. โAntes, un dรญa normal allรญ consistรญa en llegar al hospital, pasar a visita con los pacientes habituales, ver a los de estado de salud mรกs delicado, suministrar medicamentos, hacer exploraciones y pedir estudios de laboratorioโ, asegura el doctor.
Ahora, en vez de sus chequeos de rutina a pacientes con VIH, hepatitis C o B, tuberculosis o meningitis, todos los mรฉdicos sumaron a sus prioridades la de cuidar de las 30 primeras personas que fueron diagnosticadas como infectadas por Covid-19.
En estos tiempos, la rutina de cualquier mรฉdico del Hospital de Infectologรญa empieza por ponerse un traje especial de seguridad sanitaria, que incluye un cubrebocas que apenas permite respirar y una mรกscara que dificulta la visiรณn, pero que los mantiene a salvo. Luego se debe hacer la revisiรณn de pacientes, su valoraciรณn y contenciรณn. Como el virus aรบn no tiene cura, la labor de los mรฉdicos es hacer todo lo que estรฉ en sus manos para mantener a las personas con vida.
El trabajo en el hospital es muy pesado, cuenta Sรกnchez. Muchos mรฉdicos tienen turnos de doce horas seguidas, hasta tres dรญas a la semana. Conforme pasa el tiempo hacen falta mรกs manos, las jornadas se hacen mรกs agotadoras y apenas les da tiempo de salir a comer o al baรฑo.
En Mรฉxico no hay mรฉdicos especialistas suficientes para hacer frente a la pandemia. Los infectรณlogos, por mencionar solo a una rama de la medicina especializada en este tipo de emergencias, escasean. En el Hospital de Infectologรญa de La Raza hay veinte de ellos, que se apoyan en aproximadamente catorce residentes. Pero hay centros hospitalarios donde no hay uno solo. En todo el paรญs, segรบn un estudio, hay 595 infectรณlogos.
La incertidumbre, la impotencia
Lo que mรกs le pesa a los mรฉdicos y enfermeros de La Raza, y especialmente a los de Infectologรญa, es la incertidumbre. El doctor Sรกnchez cuenta que, hasta el momento, se considera que ahรญ son suficientes para atender a los pacientes que estรกn internados. Pero no tienen idea de quรฉ vaya a ocurrir si el nรบmero de personas afectadas por la enfermedad aumenta de forma exponencial.
โEn este momento, todos los mรฉdicos sentimos mucha impotencia y ansiedad. La explosiรณn de casos empieza y tememos no contar con los recursos suficientes para atender a tanta gente. Encima, nos da miedo contagiar a nuestras propias familias por el hecho de que, entre mรกs cansados estamos, tendemos a cometer mรกs errores con nuestro propio cuidado. No queremos que nos ocurra algo como lo que pasรณ en China o Italia, donde muchos de los muertos trabajaban en servicios de saludโ, dice.
Infectologรญa ha tomado ya algunas medidas para enfrentar la crisis que se avecina. Modificaron y reacomodaron los espacios del hospital, para evitar todo lo posible la transmisiรณn del virus a pacientes con otras afecciones. Tambiรฉn se gestionaron pedidos de materiales y ventiladores suficientes y, de forma externa, se busca convertir hospitales y clรญnicas generales en espacios destinados solo a cuidar enfermos con coronavirus.
Pero lo mรกs difรญcil hasta el momento, dice el doctor Sรกnchez, ha sido comunicar el fallecimiento de algunos pacientes a sus familias. Mรกs aรบn, cuando deben informarles que, por restricciones de seguridad sanitaria, no pueden despedirse de ellos.
โDar a conocer ese tipo de cosas y ver cรณmo la gente se desploma es muy desconsolador. Especialmente, porque aรบn no hay tratamientos para curar a quienes estรกn hospitalizados. No te imaginas la impotencia y el dolor que se siente. Encima, ignorar lo que nos depara el paso del tiempo lo vuelve todo peorโ, finaliza.
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Dr. รdgar Barragรกn
En un Hospital General de Zona del IMSS
Segรบn el doctor รdgar Barragรกn, el coronavirus nos tomรณ desprevenidos a todos. รl es infectรณlogo, trabaja para el IMSS y asegura que en su hospital, al igual que en todos los hospitales del mundo, intentan salir adelante como mejor pueden, con los recursos que tienen a la mano.
โNingรบn lugar en el planeta estaba preparado para esta pandemia. En el caso de Mรฉxico, hay agravantes. Primero, no tenemos los recursos suficientes para hacerle frente. A ello se suma el hecho de que se trata de un virus desconocido: sรญ es una familia de virus que hemos estudiado, pero รฉste en particular tiene un comportamiento y modo de transmisiรณn distintasโ, asegura.
Luego de un dรญa de trabajo normal, en el que atendiรณ a tres pacientes positivos con Covid-19, Barragรกn dice que en el hospital hay mucha gente con miedo, lo mismo mรฉdicos que enfermeras y pacientes.
โContamos con los recursos bรกsicos para atender a quienes estรฉn enfermos, pero estamos comprando de nuestro bolsillo otros artรญculos para poder asegurar nuestra protecciรณn. Usamos lo bรกsico que recomendรณ la OMS, pero en cierto punto eso serรก insuficienteโ, dice.
El sitio donde labora, que nos ha pedido no identificar, se convirtiรณ en un hospital de atenciรณn del Covid-19 mientras dura la contingencia. Esto significa que puede seguir prestando servicios a enfermos por distintas causas, pero su prioridad es atender a quienes contrajeron coronavirus. Es decir: las personas que trabajan ahรญ estรกn expuestas directamente a la enfermedad, todos los dรญas.
Segรบn el especialista, sรญ hubo un poco de retraso en la preparaciรณn del sistema de salud. โNo podemos comparar cualquier clรญnica de otros estados de la repรบblica con, por ejemplo, el Hospital de Inmunologรญa en la Ciudad de Mรฉxico, que es รบnico en el continente. En casi todos los hospitales faltan recursos y, lo peor, hay mucha zozobra.โ
En su trabajo, el doctor Barragรกn estรก comisionado para temas de organizaciรณn, ademรกs de sus consultas habituales. Desde el inicio de la pandemia le tocรณ solucionar la distribuciรณn nueva de los pacientes, la asignaciรณn de mรฉdicos para ciertos casos o el manejo correcto del equipo de protecciรณn. Dice que hacen falta mรกs expertos en temas de epidemiologรญa o infectologรญa pero que, en serio, hacen lo que pueden para mantener la situaciรณn a flote.
Por dentro
Barragรกn relata que, en un dรญa normal de chequeo de pacientes con Covid-19, se levanta muy temprano. Luego desayuna, tomando en cuenta que no serรก sino hasta por lo menos las 4 de la tarde cuando de nuevo pueda salir y comer.
Su resistencia ante la situaciรณn, dice, se debe en gran medida a su capacidad de mentalizarse. Sus colegas y รฉl saben que dentro del hospital padecerรกn diario las incomodidades del cubrebocas, de los lentes especiales, del calor encerrado en las estancias para evitar la dispersiรณn del virus.
โA estas alturas ya das por sentado que debes llegar al hospital con una muda de ropa civil, tu uniforme quirรบrgico y encima el equipo de protecciรณn personal. Te acostumbras a los dobles guantes, al alcohol y al gel desinfectante a todas horas, a tomar una ducha reglamentaria antes de irte a casa. Tenemos familia y no podemos darnos el lujo de descuidarnos, porque los nuestros lo pagarรญan caroโ, asegura Barragรกn.
La sede del IMSS donde estรก รฉl cuenta con un รกrea Covid para 20 pacientes, que todo el tiempo oscila entre el 80 y 100% de ocupaciรณn. Si la situaciรณn se agrava y llegan muchos mรกs enfermos, se destinarรกn mรกs รกreas exclusivas para dicho tipo de cuidados.
El hospital tiene una capacidad de 160 camas. Se espera que en los tiempos mรกs crรญticos sean 50 de ellas, asรญ como 40 ventiladores exclusivos para quienes padezcan coronavirus. El resto se usarรก para atender todas las demรกs afecciones que, por supuesto, no dejan de presentarse.
โMuchos mรฉdicos con los que trabajo sienten temor. Y se entiende: sabemos que el equipo de protecciรณn eventualmente podrรญa acabarse, o que cualquier dรญa nos podemos contagiar y morir. En otros noto enojo, coraje, mucha incertidumbre. Quizรก muchos no se hayan dado cuenta aรบn, pero durante la cuarentena todos atravesamos por un periodo de duelo, debido a que todos hemos perdido algo en este tiempo: desde la libertad de salir, hasta algรบn familiar o amigo.โ
El doctor Barragรกn dice que รฉl no siente miedo. Que quizรก se deba a que ya pasรณ esa etapa de su duelo. Ahora solo se ocupa de servir a sus pacientes, al tiempo que toma todas las medidas necesarias para no contraer el virus. โVamos a salir de รฉsta. Vamos a contarle al mundo que sobrevivimos, que lo que pasaba dentro de los hospitales no era un cuentoโ, dice.
es periodista.