Ripley, en una austera morgue, recorre el pecho desnudo de Newt con sus dedos; su cuerpo frio e inmรณvil en una charola. Con los ojos llorosos y un terrible derrame en el izquierdo, levanta la mirada y exige una autopsia. Clemens, el encargado mรฉdico en el planeta penal en la que la nave de Ripley ha quedado varada, le asegura que se ahogรณ, y que una autopsia no es necesaria, mientras cubren su rostro con una manta. Pero Ripley no estรก tan segura, necesita ver lo que hay dentro de ella. Afirma que es un posible caso de cรณlera y teme al contagio. Un corte duro nos lleva a un cajรณn lleno de temibles herramientas quirรบrgicas. Un poco de agua clara escapa por el drenaje. La mano de Clemens toma el bisturรญ y corta el pecho. La incisiรณn estรก fuera de cuadro, pero la escuchamos con una claridad tremenda. El agua clara saliendo por el drenaje se sustituye elegantemente por sangre y Ripley se asoma al cadรกver con curiosidad mรณrbida. Clemens asegura que todo estรก en su lugar y que no hay rastro de infecciรณn, pero Ripley quiere ver lo que hay detrรกs del pecho. Es entonces que Clemens toma una sierra que parece proveniente de una pesadilla clรญnica de David Cronenberg y la lleva al cuerpo de Newt. Aquรญ la acciรณn no estรก enteramente fuera de cuadro, vemos claramente cรณmo la apoya sobre el esternรณn y el torpe arranque de sus manos al empezar a serruchar. Es sรณlo una fracciรณn de segundo, pero el sonido crudo nos acompaรฑa un poco mรกs, hasta que escuchamos el crujir de los huesos al romperse. Ripley mira aterrada, mientras que Clemens avienta la cierra a una charola y abre con sus dedos y nos muestra sus pulmones. Sus pulmones completamente limpios.
¿Cuรกndo una secuela habรญa roto de manera tan violenta los lazos con la anterior entrega de una saga? Carente de monstruos, esta es sin duda la escena mรกs aterradora de la pelรญcula. David Fincher, en su largometraje debut, trata el momento con un frรญo realismo lejos de la violencia estilizada a la que nos tenรญa acostumbrados la saga de Alien. Pero el cuerpo de Newt no es lo รบnico que vemos profanado en esa escena. El puente emocional con la espectacular Aliens de James Cameron queda en cenizas. La cinta de Cameron es el ejemplo mรกs lindo de una secuela hollywoodense bien hecha. Tomando ese naco credo norteamericano “mรกs es mejor” y usรกndolo para convertir la modesta “casa embrujada en el espacio” que es el Alien de Ridley Scott en una emocionante, visceral y siempre terrorรญfica aventura espacial, Cameron nos dio uno de esos extraรฑos casos donde la segunda parte iguala, y tal vez supera, a la original. La pelรญcula logra balancear la mitologรญa de la primera con el fino espectรกculo que se volverรญa emblemรกtico de su autor, y mรกs importante, logra traer nuevos elementos a la mesa. El mรกs acertado aporte de Cameron es sin duda el vรญnculo maternal entre Ripley y Newt. Las circunstancias dejaron a ambos personajes con un importante hueco familiar (aรบn mรกs enfรกtico en el corte del director) y la manera tan natural en la que se complementan es sin duda el corazรณn de la historia. Y la relaciรณn es mรกs interesante aรบn cuando se refleja en la nueva estructura de enjambre de los xenomorfos, la introducciรณn de una reina alien y la creaciรณn de una sociedad matriarcal. Estos matices brindaron nuevas dimensiones a la historia original de Scott, y son posiblemente la razรณn de que Sigourney Weaver aspirara a un รscar por su actuaciรณn. Cameron nos introdujo a un universo mรกs cรกlido y optimista, y nos dio personajes mรกs entraรฑables. Pero todos sus esfuerzos son profanados en la autopsia de Newt.
Alien3 comienza con un incรณmodo borrรณn-y-cuenta-nueva en el que perdemos a Newt, Hicks y a un irreparable Bishop, los sobrevivientes de Aliens, cuando su nave se estrella en el planeta Fiorina, o Fury 161. Sรณlo Ripley sobrevive para descubrir que Fury es un planeta que funciona enteramente como una colonia penal, 100% masculina y con un serio problema de piojos. Esta cรกrcel es administrada por la compaรฑรญa Weyland-Yutani, el Big Brother de la trilogรญa hasta ahora, quienes al ser informados de la supervivencia de Ripley, dan instrucciones de salvaguardarla en lo que llega su rescate. Pero la seguridad de la protagonista estรก en riesgo, por tratarse de un planeta habitado enteramente por asesinos y violadores; y, mรกs importante, por que un facehugger llegรณ al planeta junto con ella. En esta ocasiรณn, el siempre fascinante ciclo reproductivo del alien da una vuelta nueva cuando el facehugger deposita su semilla en un rottweiler, dรกndonos un xenomorfo cuadrรบpedo, que empieza a deshacerse de nuestros personajes uno por uno, muy en la estructura de la cinta original de Scott. Sรณlo que en esta ocasiรณn las circunstancias dejan a nuestros personajes sin armas para defenderse, desamparรกndolos en un duro ejercicio de supervivencia en lo que las autoridades de Weyland-Yutani llegan a rescatar a Ripley. El escenario es sumamente desesperanzador.
Alien3es donde la saga finca una tradiciรณn tรกcita de contratar distintos visionarios para cada entrega, cada uno brindรกndole una personalidad distinta a su respectiva cinta. Y si bien resulta fรกcil etiquetar el aporte de Scott como un excelente ejercicio en terror y el de Cameron en acciรณn, la pelรญcula de Fincher es mucho mรกs difรญcil de definir. El pesimista retrato de personajes haciendo hasta lo imposible por sobrevivir mezclado con lo estrecha que se vuelve la relaciรณn entre Ripley y el alien hacen de esta posiblemente la Alien existencialista. Una pelรญcula mรกs preocupada por la esencia de sus personajes que por su destino. Filosรณficamente mรกs ambiciosa que las anteriores, pero tambiรฉn mรกs dispareja. Las piezas que forman Alien3 son tremendamente atractivas, sin embargo rara vez embonan. La pelรญcula es una serie de atractivos fragmentos que se sienten completamente desconectados, cada uno llevรกndonos de manera fortuita al siguiente. Sin embargo, la mano de Fincher, con tan sรณlo treinta aรฑos y un puรฑado de videos y comerciales bajo el brazo, es segura y nunca traiciona su poca experiencia. Desde entonces se mostraba como un perverso pero extremadamente controlado conjurador de imรกgenes, cuyo dominio del cuadro se aprecia en cada escena. El futuro en el que se desarrolla la saga siempre ha sido modestamente austero, pero en manos de Fincher es cutre y un poco mรกs desolador. En Fury predomina el concreto, y su tono frรญo y grisรกceo deja muy claro que ahรญ hay pocos trazos de tecnologรญa. Estos hombres fueron llevados al rincรณn mรกs lejano de la galaxia con el fin de ser olvidados, y Fincher lo tiene muy claro. Por primera vez en la serie el planeta representa un peligro para Ripley, quien como albergue de una reina en gestaciรณn en su pecho, tiene que preocuparse menos por el xenomorfo que por los presos.
Todo esto en papel suena sumamente atractivo, pero en pantalla carece de cohesiรณn. Tal vez es porque las primeras dos pelรญculas partรญan de visiones muy singulares, en el caso de Aliens la astuta mirada de Cameron, mientras Alien contaba con la mano firme de Scott y la formaciรณn pulp de Dan O’Banon (el visionario menos citado de la saga). Pero Alien3 fue un platillo con muchos chefs. Volviendo a su inducciรณn de directores novatos, el primero al bat no fue Fincher sino el neocelandรฉs Vincent Ward. Fresco de su encantadora The Navigator, una linda fantasรญa con tonos Gilliam-escos, Ward abordรณ la saga como una oportunidad de saciar sus necesidades creativas. Su tratamiento situaba la pelรญcula en un planeta hecho enteramente de madera, por los monjes que lo habitaban. Estos monjes decidieron abandonar la Tierra cuando la tecnologรญa se volviรณ abrumadora, renunciando enteramente ella y volviendo a vivir en una especie de medievo intergalรกctico. La visiรณn de Ward pronto cautivรณ a los productores, incluyendo a Weaver cuyo papel le aseguraba un muy pesado voto sobre todas la decisiones. Ward estaba construyendo uno los mundos mรกs singulares e imaginativos jamรกs antes vistos, obsesionรกndose hasta en el รบltimo detalle de su particular sociedad. Pero en el camino parece haberse olvidado del alien, Ripley, y los particulares de la franquicia, relegรกndolos a un rincรณn de su historia. Este desinterรฉs por continuar con una narrativa que ya se habรญa empezado fue finalmente lo que causรณ la salida de Ward, dejando atrรกs una producciรณn cojeando y un guiรณn inservible para Fincher, que llegรณ a hacer lo que pudo con un proyecto que nunca se dejarรญa de sentir a medio cocer.
Muchos de los aspectos mรกs interesantes del Alien3 de Fincher son vestigios del Alien que nunca fue de Ward. La austeridad tecnolรณgica del planeta, el carรกcter religioso/extremista de los reos y el planteamiento del alien como un dragรณn o una bestia mitolรณgica son todos ingredientes que se filtraron del trabajo de Ward. En particular: el รฉnfasis religioso se vuelve uno de los elementos mรกs memorables de la cinta. Estos presos estรกn mรกs cerca de las grotescas caricaturas de monjes medievales que son los personajes de la adaptaciรณn cinematogrรกfica de El nombre de la rosa que la modernidad penitenciara de Oz. El judeocristianismo es un tema evitado en la ciencia ficciรณn, sin embargo le brinda a Alien3 un jugoso anacronismo que a su vez la ayuda a conectarse con los subtemas sexuales siempre presentes en la serie. Desde el principio Dillon, el lรญder del grupo de reos, enfatiza que han decidido ser cรฉlibes como un sacrificio religioso. Pero en esta sociedad en la que la cรฉlibe religiosa equivale subconscientemente a un depredador sexual, el tema es relevante de nuevo. El siempre fรกlico xenomorfo ya no es la principal amenaza sexual para Ripley. El opresivo carรกcter religioso de esta sociedad marca el rumbo que toma la historia. No es casualidad que Ripley, obligada por la plaga de piojos en el planeta, se vea obligada a cortarse todo el pelo. Su cuero cabelludo desnudo hace que nuestra heroรญna sea un reflejo lejano de la Juana de Arco de Carl Theodore Dreyer. El final de esta pelรญcula no es un heroico sacrificio, es un martirio completamente religioso.
Lo que nos lleva al final. A sabiendas de que lleva una reina alien en el pecho, y que encargados de Weyland-Yutani han venido no a rescatarla sino por su preciada arma biolรณgica, Ripley se arroja a un contenedor de metal fundido, sacrificรกndose por el bien de la humanidad. La conclusiรณn estรก llena de extraรฑas similitudes con el Terminator 2 de Cameron que saliรณ un aรฑo antes. Pero mientras la segunda nos deja con una sensaciรณn de heroรญsmo humano, la cinta de Fincher nos deja desesperanzados. Es la diferencia entre un nudo en la garganta y un nudo en el estรณmago. Cameron es un cuentacuentos humanista, cuyos aportes al gรฉnero siempre estรกn llenos de sincero optimismo. Pero Fincher no es un soรฑador. รl simplemente levanta un espejo que refleja muchas de las futilidades del ser humano y lo ingenuos que pueden ser los sacrificios. Su pelรญcula estรก llena de un nihilismo que resulta difรญcil de sacudirse despuรฉs de verla. El hecho de que un estudio hollywoodense haya producido la pelรญcula como parte de una multimillonaria franquicia es una anomalรญa de las que ya no se ven estos dรญas. Alien3 es muchas cosas, pero, ¿entretenimiento escapista? Nunca.
Sin embargo los aรฑos han sido gentiles con Alien3. La producciรณn de Alien: Resurrection hace que deje de ser una conclusiรณn pesimista y la convierte en un (mรกs digerible) capรญtulo oscuro de la saga. Y la consolidaciรณn de Fincher como uno de los talentos mรกs importantes del cine moderno hacen de la pelรญcula una curiosidad necesaria. Es fallida, pero fascinante. Parte de la razรณn porquรฉ la saga de Alien es tan querida por los cinรฉfilos mรกs necios es porque cada una de sus partes se siente como un riesgo tanto artรญstico como comercial. Una apuesta por ejecutivos de traje por productos que no entienden y artistas emergentes que en ninguna de sus entregas garantizaba un รฉxito econรณmico. Alien3 fue la entrega que le tocรณ perder en ambos rubros. Sin embargo, su singular visiรณn predomina sobre sus defectos, y al final se aprecia menos como un mal necesario que como un valiente fracaso.
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