Según su director, Gaspar Noé, Love usaría la tercera dimensión para retratar el sexo como nunca se había hecho, provocando en el público reacciones viscerales. En las salas ha encontrado más bien indiferencia. El problema está en la obra negra: la 3D es un recurso que no aporta gran cosa, la narrativa no se sostiene y los personajes son, paradójicamente, bidimensionales.
es crítica de cine. Mantiene en letraslibres.com la videocolumna Cine aparte y conduce el programa Encuadre Iberoamericano. Su libro Misterios de la sala oscura (Taurus) acaba de aparecer en España.