Una niña de nueve años debe lidiar con la separación de sus padres y con la aparición de una nueva figura masculina, a la que su madre quiere que llame "papá". La segunda película de Michael Rowe ahonda en la exploración de la soledad, y establece así una continuidad con Año bisiesto, el premiado debut del director.
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En su segunda película, Michael Rowe ahonda en los temas que exploró con éxito en su premiado debut.