Downton Abbey, la serie de televisiรณn producida por la BBC, lleva dos temporadas tras de sรญ y una tercera programada para septiembre. Su creador es Julian Fellowes, responsable del guiรณn de Gosford Park (2001), esa gran cinta de Robert Altman. Es sin duda el referente que mรกs se le acerca: su estructura es idรฉntica en cuanto que ambas producciones retratan a la nobleza o la alta burguesรญa por un lado y al proletariado que le sirve por el otro. No hay un personaje principal sino varios de ambos lados de la escala social. La fastuosa vida que se dan unos en contraposiciรณn con el trabajo diario de la servidumbre que hace posible esos lujos es el tรณpico que se entrelaza con la vida privada de varios personajes. Son retazos de otra รฉpoca que resucitan un mundo perdido. Gosford Park sucede en 1932, Downton Abbey veinte aรฑos antes.
La trama de la primera temporada, que va del hundimiento del Titanic en 1912 al inicio de la guerra en 1914, tiene que ver con el heredero a la fortuna del patriarca, pues solo tiene tres hijas que por el simple hecho de ser mujeres son incapaces de recibir ni tรญtulo ni propiedad. Consternados, descubren que un pariente lejano, joven de clase media-alta sin ningรบn lazo con la nobleza, es quien por ley recibirรญa la herencia, incluida la pequeรฑa fortuna que la esposa del patriarca tenรญa antes de su uniรณn matrimonial. Asรญ lo dicta la norma y no hay mucho que hacer para impedirlo. No hay grandes estrellas, mรกs bien un ensamble de personajes memorables y actuaciones a la altura del mรกs fino drama inglรฉs. La รบnica cara conocida es Maggie Smith —una de las protagonistas en Gosford Park— en un papel exquisito dentro de la serie: la madre del patriarca con prejuicios arraigados hasta la mรฉdula y un afรกn por perpetuar al infinito el estilo de vida familiar, porque ademรกs de lidiar con la herencia es necesario casar bien a sus tres nietas. Es necia y obstinada pero tambiรฉn cรณmica en su ingenuidad y arrogancia. Sus diรกlogos son un respiro de aire fresco entre grandes dosis de rigidez y buenas costumbres. No entiende, por ejemplo, que haya quien prefiera trabajar cuando puede no hacerlo, y no tiene ni idea de lo que esa gente se refiere con "fin de semana". Para ella como para los de su clase todos los dรญas son iguales. Todos los dรญas son sรกbado.
La otra pelรญcula con la que sin lugar a dudas estรก emparentada, sobre todo la primera temporada, es The Remains of the Day (1993), la obra maestra dirigida por James Ivory y producida por Ismail Merchant, basada en la novela de Kazuo Ishiguro. El dรบo Merchant / Ivory es responsable de cintas como A Room With a View (1985) y Howard's End (1992), ambas adaptaciones de novelas de E. M. Forster, bien ancladas en la tradiciรณn cinematogrรกfica que nos ocupa. The Remains of the Day es quizรก la muestra mรกs delicada de esa nostalgia por un pasado que no volverรก mรกs. Es una pelรญcula perfecta si alguna vez existiรณ alguna. Transcurre en los aรฑos treinta, tambiรฉn con esa dicotomรญa entre nobleza y servidumbre como telรณn de fondo, aunque en este caso sรญ hay un personaje principal: el mayordomo interpretado por Anthony Hopkins enamorado de la ama de llaves, Emma Thompson, de carรกcter tan reservado que le impide comportarse acorde a sus sentimientos. Ademรกs, la subtrama le da un relieve excepcional: la frustraciรณn de haberle dedicado tantos aรฑos de servicio a un hombre que resulta haberse equivocado en el aspecto fundamental de su vida: despuรฉs de intentar que las principales potencias de occidente pacten con la Alemania nazi poco antes de la Segunda Guerra Mundial es repudiado en la prensa, y su nombre queda manchado para siempre. Para el mayordomo que dedicรณ gran parte de su vida a servirle el golpe es durรญsimo. El pedestal en que tenรญa a su empleador se derrumba. El esmero en el servicio por parte del mayordomo de Downton Abbey parece una calca del papel que juega Hopkins en The Remains of the Day, al igual que su equipo de trabajo y la relaciรณn entre ellos. El pequeรฑo universo de rangos y la divisiรณn del trabajo son prรกcticamente iguales, mรกs aun que el parentesco con Gosford Park, cuya servidumbre es menos refinada, un tanto caรณtica y desorganizada.
El lapso de la segunda temporada es mรกs amplio. Cubre toda la guerra y sigue hasta las primeras horas de 1920, con un final de Disney que le resta seriedad a la obra pero que el espectador acepta tras convivir con aquellos personajes durante tanto tiempo. La conmociรณn que causa el enfrentamiento bรฉlico es mayรบsculo; varios van a pelear, otros se escudan detrรกs de cualquier excusa para evitar enlistarse en el ejรฉrcito y otros mรกs estรกn incapacitados o demasiado viejos para la lucha armada. รstos se quedan con las mujeres que procuran ayudar al esfuerzo nacional de una u otra manera entre pretendientes que van y vienen. Las balas se cruzan con las flechas de cupido. Quizรก sea Atonement (2007) de Joe Wright, basada en la novela de Ian McEwan, la mรกs cercana en espรญritu a la segunda temporada. En cada una llega la guerra mundial a destruir todo a su paso, inclusive el รกmbito de la nobleza del que solo quedan vestigios despuรฉs de 1945. El fuego irrumpe para desgarrar vidas y hacer aรฑicos estructuras sociales e histรณricas. Ademรกs, tanto en Atonement como en la segunda temporada de Downton Abbey uno de los temas centrales es el amor entre una mujer acomodada y un hombre que forma parte del servicio.
La esfera contenida en la primera temporada supera dramรกticamente a la segunda, que se pierde entre senderos que se bifurcan descuidando los tres o cuatro espacios en los que se desarrolla la primera. Al igual que en las vidas que vemos en la pantalla, la guerra rompe con un esquema pulido y encerado a perfecciรณn. La aรฑoranza es por el mundo costumbrista de la primera temporada, no tanto por la red posterior que conecta la confusiรณn de la batalla con el orden de la abadรญa. A nivel de dramaturgia una funciona mejor que la otra, sin con esto quitarle mรฉrito a la segunda, mรกs compleja y arriesgada. The Remains of the Day es un equivalente a la primera temporada porque aunque hay rumores de la guerra la atenciรณn se mantiene en el pequeรฑo palacio, el รบnico mundo que conoce el mayordomo que jamรกs sale de ahรญ hasta el final, cuando va en busca de la mujer perdida.
Como corolario es imposible ignorar La regla del juego, escrita y dirigida por Jean Renoir en 1939. Gosford Park y por aรฑadidura Downton Abbey pueden ser vistas como una suerte de homenaje a esa obra monumental, vigente despuรฉs de setenta aรฑos. Asรญ, esta fina tradiciรณn inglesa tiene su ancestro principal en Francia. La trama es mรกs o menos la misma: un grupo de gente se reรบne en un castillo, peleando el amor de las damas y las risas de los caballeros. La servidumbre juega un papel imprescindible como contrapeso, y las historias se van multiplicando. Y en todas, excepto en Atonement, estรก presente la cacerรญa, ese "deporte" que hace dรฉcadas era parte esencial de la nobleza y la alta burguesรญa. La gran diferencia entre La regla del juego y las demรกs es que Renoir filmรณ a sus contemporรกneos, pues la trama sucede en los albores de la Segunda Guerra Mundial. Para รฉl esa era la actualidad, mientras que el resto son reconstrucciones de momentos histรณricos perdidos en el tiempo.
La tercera temporada abarcarรก el inicio de los aรฑos veinte y contarรก con la participaciรณn de Shirley MacLaine, la รบnica actriz norteamericana del elenco. El รฉxito de Downton Abbey en su paรญs ha sido rotundo, tanto para la crรญtica como para el pรบblico en general, por lo que es probable que no se detengan en una tercera entrega. Por lo pronto, sobre todo la primera temporada pero tambiรฉn la segunda son un recomendable viaje a un pasado que no es el nuestro pero que de alguna manera compartimos como seres humanos nacidos en el siglo XX. Downton Abbey restaura la fe en la televisiรณn como instrumento de cultura y entretenimiento de calidad.
(ciudad de Mรฉxico, 1979) Escritor y cineasta