Vigilancia extrema, de Jennifer Chambers Lynch
La hija del director de Terciopelo azul ya habĆa tenido un primer intento tras la cĆ”mara: Boxing Helena, un filme sumamente fallido que pareciĆ³ enterrar sus aspiraciones cinematogrĆ”ficas. Quince aƱos despuĆ©s regresa con una cinta mucho mejor construida que, tras estrenarse exitosamente en el festival de Sitges, revive su carrera y deja claro su talento como directora. Ligada inevitablemente al estilo y las temĆ”ticas de su padre, la segunda pelĆcula de Jennifer Chambers Lynch es una historia sobre asesinos seriales y policĆas que remite a las atmĆ³sferas de Twin Peaks y Lost Highway. Lo mĆ”s interesante es la manera en que la cuenta: una vez ocurridos los crĆmenes, los involucrados cuentan sus diferentes versiones a un agente del FBI, encarnado atinadamente por Bill Pullman. Una poderosa mezcla entre lo absurdo, el humor negro y lo grotesco, que se sostiene gracias al firme pulso de su realizadora.
HĆ©roes, de Paul McGuigan
Una prueba mĆ”s del estancamiento de Hollywood y su falta de ideas nuevas, que contrasta ante el impresionante despliegue de tecnologĆa y efectos especiales. HĆ©roes recuerda a demasiados filmes recientes de acciĆ³n, pero sobre todo a la saga de X-Men: un grupo de personas con poderes especiales se ve obligado a marginarse de la sociedad y el gobierno los caza incesantemente al considerarlos una amenaza. A diferencia de los famosos mutantes, aquĆ las habilidades de los protagonistas rayan en el ridĆculo: unos gritan para derribar puertas y reventar peceras, otros huelen cepillos de dientes y lĆ”pices labiales para rastrear personas, y otros se jalan las orejas para reducir objetos, entre otras monerĆas. Destaca, curiosamente, la fotografĆa, que sabe sacar provecho al ācolorido sucioā Hong Kong y sus bajos fondos. Dakota Fanning, como siempre, se roba la pelĆcula.
Sin nombre, de Cary Fukunaga
Producida por Gael GarcĆa Bernal y Diego Luna, Sin nombre recrea el sĆ³rdido mundo de los āmarasā en Chiapas y la frontera sur. A travĆ©s de la historia de Sayra, una hondureƱa que busca llegar como indocumentada a los Estados Unidos, conocemos los cĆ³digos de la peligrosa pandilla, cuyos integrantes se caracterizan por tatuarse la cara y sus crĆmenes sanguinarios. El filme retrata con efectividad el contexto de rezago y pobreza, y la falta de ley en la zona, que deja a todos los hombres sin prĆ”cticamente otra opciĆ³n que unirse a la llamada Mara Salvatrucha. TambiĆ©n vemos de cerca el drama de los indocumentados sudamericanos, quienes pasan por un autĆ©ntico calvario al atravesar MĆ©xico, donde las autoridades fronterizas y locales se portan igualmente despiadadas que las estadounidenses. Una Ć³pera prima bastante digna y comprometida con la denuncia social.
ā Bernardo Esquinca
Su libro mĆ”s reciente es el volumen de relatos de terror Mar Negro (AlmadĆa).