Las comedias tristes de Todd Solondz

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La fascinaciรณn que una cinta de Todd Solondz puede ejercer en el espectador es difรญcil de describir sin sonar peyorativo. Para disfrutar cualquiera de sus pelรญculas es necesario dejar de lado ciertos prejuicios y olvidar una que otra convenciรณn social para explorar personajes รกcidos que pueden provocar risa involuntaria o incluso repulsiรณn. El รกngulo desde el que Solondz observa al ser humano en sociedad parece estar distorsionado: incurre de manera consciente en deformaciones humanas, un aspecto que queda en evidencia sobre todo en Palindromes (2004): el personaje principal es interpretado por ocho actores y actrices de distintas edades, razas y gรฉnero. La elecciรณn del elenco y la construcciรณn de sus personajes es primordial mientras que su estilo fรญlmico es completamente convencional, con encuadres sencillos y poquรญsimos movimientos de cรกmara. Solondz procura filmar a sus personajes sin un solo destello de pirotecnia visual. La manipulaciรณn del espectador estรก en el guiรณn y la sencillez de su puesta en escena.

En sus pelรญculas proliferan secuencias ante las que el pรบblico no estรก seguro cรณmo reaccionar; unos rรญen, otros quedan al borde del llanto y otros mรกs se paralizan anรญmicamente frente a la pantalla. ยฟLo que vemos es humor involuntario o un drama que se debe asumir con toda seriedad? ยฟSon caricaturas o seres humanos cuyo abismo existencial rebasa la imaginaciรณn? La prerrogativa de quien estรก sentado en la butaca es decidirlo por sรญ mismo y responder al cรบmulo de emociones con espontaneidad.

Todd Solondz dice hacer “comedias tristes”. Tal es su oficio.

Life During Wartime (2009) es la secuela de Happiness (1998), su cinta mรกs exitosa. Aunque los intรฉrpretes son otros, los personajes son inmediatamente reconocibles, lo que confirma la habilidad del autor para dirigir actores y recuperar una dรฉcada despuรฉs aquellos personajes memorables. Al ser este el punto de partida, la comparaciรณn entre ambas es ineludible, a pesar de no ser requisito indispensable haber visto la primera para aproximarse a su continuaciรณn. Happiness enriquece a Life During Wartime aunque รฉsta funcione tambiรฉn como pieza independiente. Los personajes accesorios de Happiness estรกn ausentes en esta รบltima entrega en la que el foco se mantiene en la vida que circunda a las tres hermanas Jordan.

El tรญpico campo contra campo implรญcito en cualquier telenovela es el mรฉtodo tรฉcnico que conduce su obra. Los diรกlogos avanzan implacables en situaciones que por lo general comienzan suaves para progresar hacia desplantes toscos repletos de insultos hirientes que desembocan en lรกgrimas e irritaciรณn. Hay una distancia infranqueable que separa a Joy, Trish y Helen Jordan, las hermanas protagรณnicas. A Joy las relaciones de pareja le resultan dolorosas, meros obstรกculos emocionales que a pesar de todo busca con ahรญnco. Su รกnimo altruista es opacado por su debilidad como mujer. Trish sigue en el infructuoso intento de llevar una vida familiar aparentemente perfecta despuรฉs del catastrรณfico desenlace de Happiness: la hecatombe conyugal ante el horror de descubrir en el padre de sus hijos a un pederasta. Por su parte, Helen acumula รฉxitos profesionales que acentรบan su tendencia a olvidarse de sus lazos filiales, un lastre con el que no desea cargar. Mientras tanto, como una figura fantasmagรณrica, la madre de las tres hermanas se desmorona declarรกndole la guerra al gรฉnero masculino.

Life During Wartime es otra postal kitsch, un fresco mรกs condensado que Happiness pero mรกs abierto que Storytelling (2001), otra de sus grandes creaciones, que junto con Welcome to the Dollhouse (1995) completa la esencia de su asombrosa filmografรญa -asombrosa por el simple hecho de existir, de que una obra tan bizarra haya encontrado un nicho y siga creciendo-. Entre sus curiosidades podemos encontrar a Paul Giamatti (Storytelling), a Philip Seymour Hoffman y Jon Lovitz (Happiness) o a Paul Reubens alias Pee-Wee Herman (Life During Wartime) en papeles que compiten por ser los mรกs patรฉticos de sus carreras. No es poca cosa. Los lรญmites histriรณnicos que explora, por mรกs indignos que parezcan, valen la pena por su diversidad y radicalismo, por el riesgo que implica llevar a sus รบltimas consecuencias situaciones lamentables o vulgares que sonrojan a cualquiera.

-Juan Patricio Riveroll

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(ciudad de Mรฉxico, 1979) Escritor y cineasta


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