En el programa transmitido justo antes de la premiere del รบltimo episodio de Lost, tanto los creadores como los actores hicieron hincapiรฉ en que la serie sobrevivirรก el escrutinio actual para convertirse en un clรกsico. En veinte aรฑos, dijeron sus protagonistas, la gente seguirรก hablando de Lost y la verรกn como un experimento รบnico en su gรฉnero.
Damon Lindelof, Carlton Cuse y su elenco no mintieron. Es difรญcil imaginar a una cadena de televisiรณn abierta (sea ABC o NBC) volviendo a invertir en una premisa como la de Lost, asรญ como es difรญcil imaginar a un sรฉquito de televidentes invirtiendo seis aรฑos de su vida para obtener las respuestas mรกs bรกsicas a preguntas planteadas desde el primer episodio.
A diferencia de tantas series similares (Heroes y Flashforward, por mencionar algunas), Lost pudo mantener el interรฉs del pรบblico a travรฉs de seis desiguales, frustrantes y confusas temporadas. Lost cuenta la historia de un grupo de pasajeros que sobreviven la caรญda de su aviรณn y que, varados en una isla misteriosa, emprenden el camino hacia la redenciรณn. Usando el recurso del flashback (y mรกs adelante del flashforward) para delinear a sus mรบltiples personajes, desde su famosรญsimo programa piloto la serie dio la impresiรณn de ser un experimento รบnico: una gigantesca novela televisiva, rica en enigmas y en la exploraciรณn de la psicologรญa de sus protagรณnicos. Y si bien abusaron de recursos esotรฉricos (casi propios del vudรบ), como cientรญficos que hablan con muertos y viajes en el tiempo propiciados por destellos de luz, Lost ha sido siempre una serie valiente. Valiente porque puso a prueba la paciencia de su nada desdeรฑable nรบmero de seguidores. ยฟQuieres saber quรฉ es el humo negro? Bien: pues tendrรกs que esperar hasta la sexta temporada para saber quรฉ (o quiรฉn) es. ยฟQuieres saber quรฉ son los nรบmeros? No te lo vamos a decir nunca. ยฟQuieres saber quรฉ es la isla? Nunca obtendrรกs una respuesta directa. Muchos argumentarรกn que era la propia ignorancia de los creadores frente a estas preguntas la que los obligรณ a reservarse las respuestas. Tal vez tengan razรณn. Y, sin embargo, se requieren cojones para no responder. Y, sรญ, se requieren cojones para seguir lanzando preguntas hasta el penรบltimo capรญtulo.
Por lo demรกs, sobrรกn errores. A partir de la cuarta temporada, Lost dejรณ de ser un character study para convertirse en un hรญbrido de La Isla de Gilligan y Quantum Leap: llena de vueltas de tuerca, de gimmicks absurdos (como el viaje en el tiempo) y oportunidades desperdiciadas. La serie comenzรณ a dar la impresiรณn de que sus creadores se estaban atorando en una enredadera de temas y misterios imposibles de desbrozar. Y quizรกs por eso la รบltima temporada (sobre todo el tan denostado flashsideways) dejรณ tanto que desear: Cuse y Lindelof no sรณlo no pudieron atar todos los cabos sueltos: a duras penas respondieron la mitad de sus enigmas. El equivalente a un par de magos que, tras meter la mano en el sombrero, no logran sacar ni la pata de un conejo.
Sin embargo, siempre preferirรฉ un fracaso ambicioso que un รฉxito seguro. Sรญ, prefiero al que arriesga en grande y pierde que al que apuesta cinco dรณlares y gana. Y Lost es exactamente eso: una serie fallida pero hermosa. Un experimento que luce por su ambiciรณn: por sus pretensiones bรญblicas, por el tamaรฑo de su conflicto central, por la amplitud de su propia mitologรญa. ยฟCuรกntas series de televisiรณn โcuรกntas obras, en cualquier gรฉnero- pueden jactarse de haber creado una mitologรญa propia? Lost lo hizo. El universo de sus personajes: esa isla de estatuas y jeroglรญficos egipcios, de compuertas impenetrables, de barcos encallados en la selva, de templos con poderes divinos, es suyo y sรณlo suyo, tanto como Hogwarts solamente le pertenece a J.K. Rowling y Harry Potter. Que en gran parte su trama sea absurda no la invalida: no quiero extender mรกs el paralelo con Potter, pero ยฟquiรฉn se queja de que un mago de 17 aรฑos derrote al Hitler de los hechiceros? Y si de historias de fantasรญa se trata, de nuevo me quedo con Lost. A pesar de Hurley y sus limitados recursos histriรณnicos, a pesar del uso idiota de apellidos de filรณsofos, a pesar de todas las preguntas sin respuestas, uno no puede mรกs que admirar el lienzo en el que decidieron trabajar Cuse y Lindelof: la fe contra la ciencia, la naturaleza del destino, la posibilidad de redenciรณn y finalmente lo que es para mรญ el tema mรกs poderoso de toda la serie: ยฟpuede una persona cambiar su naturaleza?, ยฟpuede Jack dejar de ser el hombre que necesita salvar al mundo?, ยฟpuede Sawyer dejar de ser un hampรณn de quinta?, ยฟpuede comprometerse Kate?, ยฟpuede dejar de ser un asesino Sayid?
Es por eso que Lost tendrรก una larga vida en los anales de la historia televisiva moderna: por valiente y fallida. La recordaremos por sus aciertos y sus fracasos. Esta naturaleza memorable queda plasmada en esa รบltima secuencia: de lo ridรญculo y forzado del limbo en el que viven los personajes en sus โvidas alternasโ a la innegable belleza lรญrica de ese final en la isla, en el que Jack, por fin reivindicado, muere en el mismo lugar en el que despertรณ seis temporadas atrรกs. Lo idiota y lo genial, lo poรฉtico y lo burdo, lo resuelto y lo enigmรกtico, todo vive โy vivirรก- dentro de esa isla, parte ya de nuestro imaginario colectivo.
-Daniel Krauze