Desde que en 1991 se estrenรณ el inmensamente exitoso (y oscarizado) filme de Jonathan Demme El silencio de los inocentes, basado en una novela de Thomas Harris, se pusieron de moda en el cine dos figuras: el serial-killer y su nรฉmesis, el profiler. Al paso del tiempo, se han convertido prรกcticamente en arquetipos en el thriller de suspenso y han trascendido tambiรฉn en la novela negra (un 80% de los argumentos de las novelas de gรฉnero giran en torno a este tipo de personajes) y en la TV con series como Profiler, The Following, The Mentalist, Law & Order SVU, Criminal Minds, e incluso True Detective.
Pero, y esta es la pregunta que se plantea la cineasta austriaca Barbara Eder, directora del documental Profilers: Gaze into the Abyss, ¿cรณmo es realmente la persona que tiene que cargar con este trabajo tan agotador, casi infernal? Ciertamente, los verdaderos profilers del mundo no se parecen en absoluto a Jodie Foster, Thomas Gibson o Kevin Bacon. Nada de glamoroso tienen en su sรณrdida obligaciรณn de tratar de construir perfiles de asesinos carentes de cualquier escrรบpulo, sin caer ellos mismos en el abismo al que metafรณricamente tienen que asomarse – evidentemente, una alusiรณn al cรฉlebre aforismo de Friedrich Nietszche: “cuando miras al abismo, รฉste tambiรฉn mira dentro de ti” – como indica el tรญtulo. No obstante, lo que este documental ofrece es mucho mรกs que una simple mirada.
Eder nos presenta a seis hombres y mujeres procedentes de Alemania, Finlandia, los EE.UU. y Sudรกfrica. Su trabajo principalmente consiste en estudiar casos no resueltos de asesinato o violaciรณn (y en algunos casos, cosas peores) con el excepcional ojo experto que poseen para reconocer un patrรณn de rasgos que podrรญan conducir a la mente tortuosa que ha perpetrado los crรญmenes brutales que tienen que investigar, y conforman un paralelo con sus vidas cotidianas. Estas corren el riesgo de ser literalmente consumidas por su misiรณn como investigadores, al penetrar hasta el fondo de escenarios violentos para formar un perfil de personalidad, con la precisiรณn que implicarรญa armar un rompecabezas imposible.
Las edades de los participantes oscilan entre los 42 y los 75, tienen muchos aรฑos de experiencia en el campo y nunca consideran el darse por vencido como una opciรณn viable. Un caso sin resolver es su peor pesadilla. El mundo que habitan resulta mรกs inquietante y sobrecogedor que cualquier pelรญcula de terror. Asรญ, la directora, cuyo documental de 2010 Inside America, la llevรณ a hacer un catรกrtico recorrido por las vidas de consumistas estadounidenses en busca de sentido entre pantallas de plasma, coches veloces y cheques de desempleo por ayuda gubernamental, considerรณ importante subrayar que el asesinato en serie es algo que se manifiesta de manera universal, no sรณlo confinado al panorama norteamericano y por lo tanto seleccionรณ como sus objetos de estudio a profilers veteranos de diferentes paรญses, cada uno con una idiosincrasia y sistema judicial completamente diferente al anterior.
A travรฉs de una narrativa fluida, casi รญntima en su manera de exponerse pese a lo escalofriante del tema, estos personajes reales – Helina Hรคkkรคnen-Nyhom, Robert R. Hazelwood, Helen Morrison, Roger L.Depue, Stephan Harbort, y el brigadier Gerard N. Labuschagne – nos cuentan de viva voz cรณmo descubren que los asesinos monstruosos recreados en un marco teรณrico para ser atrapados, en el mundo real, se ven como ciudadanos perfectamente normales, tienen vidas ostensiblemente normales, con hogares, familias, mascotas. Sin indicio aparente, o ‘marca de Caรญn’ que los delate. Hay incluso una escena donde investigador y asesino se confrontan sentados ante una mesa, y resulta prรกcticamente imposible hallar diferencias entre ambos.
Los seis entrevistados por Eder hablan de lo que, en su experiencia previa, ha sido determinante para caracterizar a un asesino serial, si bien el espectro es muy amplio. Asรญ, hablan de genรฉtica versus educaciรณn, tratamiento de electroshocks para controlar los impulsos criminales, por quรฉ algunos matan a perfectos desconocidos y otros a sus seres queridos. Las posibilidades son tantas, que es abrumador pensarlo para el espectador, pero tambiรฉn para el investigador, que acumula una serie de detalles y conocimientos que debe tener en la punta de los dedos cuando se actรบa contra el tiempo. La memoria para el detalle es importante, e incluso dos de ellos, Hazelwood y Depue, tienen tanto conocimiento al respecto que fueron entrevistados por el propio Thomas Harris, cuya novela Red Dragon, publicada en 1981 se convirtiรณ en una pelรญcula y aquรญ funge como parte de la inspiraciรณn para el proyecto.
Naturalmente, esta lรญnea de trabajo afecta los nervios y merma la serenidad, por lo que a veces alguno admite que ha sentido la tentaciรณn de darse por vencido y abandonar su puesto. ¿Por quรฉ iba alguien a elegir una profesiรณn semejante?, pregunta Eder, y no de una manera retรณrica. Es un trabajo carente de gloria – y a veces hasta de un pago decoroso –; es Helina Hรคkkรคnen-Nyhom quien dice, sin afectaciรณn, sรณlo tal cual: “rara vez experimentamos alegrรญa o satisfacciรณn en este trabajo…” aรบn asรญ, hay algo que los mantiene en pie y alertas, algo que es muy difรญcil de explicar, pero que es parte intrรญnseca del carรกcter de quienes viven para (y de) hacer esto.
Tan perturbador como cualquier thriller en memoria reciente (incluso mรกs, porque esto que vemos, al final de cuentas, no tiene posibilidad de acabar) este documental es un ejercicio interesante por parte de su autora, debido al tratamiento que hace de su tema controversial y brutalmente violento. Es autรฉntico y aquรญ el “monstruo” muchas veces escapa, donde la vรญctima no tiene rescate posible ni final feliz. Con una direcciรณn eficiente, que no se anda por las ramas cuando tiene que tocar lo escabroso, Barbara Eder abre las puertas a un mundo que el espectador de a pie, nunca va a entrar (con suerte, jamรกs pasarรก por algo asรญ), lo que hace que valga la pena llegar hasta el final; una manera de ampliar el panorama de comprensiรณn sobre un fenรณmeno real, sin tener que ponerse en peligro, si bien estos tampoco son hรฉroes; sรณlo son hombres y mujeres valientes y con un estรณmago mรกs fuerte que el promedio, pero que seguramente preferirรญan tener un modo distinto de ganarse la vida, pero no pueden dejar de hacer lo que hacen. Es su propia obsesiรณn, ya no tan secreta.
Profilers – Gaze into the Abyss forma parte del Festival Ambulante 2014.
Miguel Cane (Mรฉxico DF, 1974) Es novelista y periodista cinematogrรกfico. Su mรกs reciente publicaciรณn es el inclasificable "Pequeรฑo Diccionario de Cinema para Mitรณmanos Amateurs".