Relato y aparatos

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Un rey que reinรณ tres aรฑos en paรญs extranjero, un edificio grandioso que lleva cerrado casi una dรฉcada, una estrella del rock que quiere olvidar sus dรญas de gloria, dos parejas heterosexuales separadas por la necesidad laboral y unidas por la tรฉcnica; es el breve resumen, a modo de eslogan, de cinco pelรญculas espaรฑolas recientes sobre la memoria y la miseria, sobre el pasado remoto y la dimensiรณn de futuro que proporcionan los nuevos aparatos de comunicaciรณn personal. Lluรญs Miรฑarro hace (en Stella cadente) una pelรญcula irรณnicamente arcaica sobre el breve y turbulento reinado de Amadeo de Saboya, Vรญctor Moreno (Edificio Espaรฑa) un documental sobre un muerto inmobiliario y los seres vivos que lo habitan esporรกdicamente, Beatriz Sanchรญs (Todos estรกn muertos) cuenta una historia de fantasmas sobre el fondo de la “movida” madrileรฑa, Carlos Marques-Marcet (10.000 Km) la crisis a puerta cerrada de una pareja, Jaime Rosales (Hermosa juventud) otra crisis de raรญz amoroso-econรณmica. Las cinco, curiosamente, estรกn habladas en distintas lenguas simultรกneas, el castellano de Espaรฑa y de las Amรฉricas, el catalรกn, el italiano, el alemรกn, una fusiรณn que siendo casual sin duda indica algo del momento presente del cine.

Excepto la debutante Sanchรญs, que consigue en Todos estรกn muertos un relato vivaz con una materia escrita a veces algo รฑoรฑa salvada por un buen plantel de actores espaรฑoles, mexicanos y argentinos, los otros cuatro tรญtulos imponen una penitencia al espectador, al modo en que cierto cine de autor contemporรกneo lo hace sin apenas paliativos, como marca de identificaciรณn o enseรฑa de militancia. Son pelรญculas “ideadas”, es decir, teรณricas, y no es una sorpresa que el cineasta que mejor resuelve el conflicto entre la teorรญa previa y su formalizaciรณn sea el casi ya veterano Rosales: Hermosa juventud es su quinto largometraje. Marques-Marcet, que firma tambiรฉn en 10.000 Km su รณpera prima, propone al espectador un plan narrativo voluntariamente claustrofรณbico (solo aparecen en carne y hueso los dos protagonistas, Natalia Tena, que interpreta a Alex, y David Verdaguer, a Sergi), y los pocos exteriores se ven a travรฉs de los filtros tecnolรณgicos o desde las ventanas. Es, claro estรก, una decisiรณn de estilo, como lo es, en el arranque, el larguรญsimo plano secuencia en que la crisis se enuncia, pero el director parte de otra ocurrencia de superior calado, que le da a su nimia historia un relieve: el conflicto sentimental motivado por la separaciรณn fรญsica de los amantes se desarrolla en pantallas mediadoras: telรฉfonos mรณviles, emails, Skype, Facebook, muros fotogrรกficos y demรกs artilugios de la vida moderna. Raramente aรฑaden algo y no pocas veces aburren, y es significativo que la รบnica escena que me pareciรณ que cobraba vida fuese la del arrebato furioso de Sergi, rompiendo de verdad muebles y mรกquinas de su casa barcelonesa para ser visto por รlex en Los รngeles, California.

La proposiciรณn teรณrica de Jaime Rosales es distinta, considerablemente mรกs rica, y resulta interesante saber que el autor de Hermosa juventud tenรญa en un principio el propรณsito de rodarla con actores naturales, un camino al que no encontrรณ vรญas de salida. De ahรญ que, aprovechando el material “humano” que ese largo casting de entrevistas con no-profesionales le habรญa proporcionado, Rosales decidiera que su pareja protagonista, Natalia y Carlos, fuese interpretada por Carlos Rodrรญguez, un competente actor de televisiรณn, e Ingrid Garcรญa-Jonsson, curtida antes en cortos y largos y actriz, a la vista queda, de enorme talento. En ella, mรกs que en el muchacho, sorprende saber (en mi caso despuรฉs de ver la pelรญcula en el cine) que todo en su Natalia es postizo, es decir, recreado; la verdadera Ingrid es una mujer culta y sofisticada, estudiante de arquitectura antes que actriz, y su personaje, cuenta el director, “el resultado de una construcciรณn muy laboriosa y precisa por su parte”.

Hermosa juventud habla de lo que pasa, y, en la plasmaciรณn de esas angustiosas cotidianidades de la gente joven perifรฉrica que no tiene trabajo ni perspectivas, Rosales es respetuoso, o sea, no-artรญstico. Les sigue, les escucha, les fotografรญa, les deja –quizรก– improvisar ante la cรกmara. No todo lo que vemos suscita curiosidad o solidaridad, mรกs allรก de la simpatรญa moral por su desdicha. Ese fรกrrago, notable en los primeros veinte minutos, podrรญa, sin embargo, no ser obra del director, que ha contado, en una entrevista a Carlos F. Heredero concedida en el pasado festival de Cannes, que la pelรญcula que ha llegado a los cines “No es la pelรญcula que yo hubiera hecho, pero sรญ la que debe ser.” Enigmรกticas palabras, que siguen a la confesiรณn de que, en un momento de disputa con su productora ejecutiva, Bรกrbara Dรญez, Rosales aceptรณ el montaje y los cortes que Dรญez le propuso; no se habla en la entrevista de imposiciรณn o censura comercial.

De ese tiempo muerto en pantalla nos saca la llamativa secuencia de la pelรญcula porno casera, que sin duda se debe enteramente a Rosales y estรก realizada con mordiente gracia y bella escritura de guiรณn. Esa secuencia da la impresiรณn de rectificar la pelรญcula, pero no es asรญ. Las brillantes ideas de puesta en escena que cristalizaron en los grandes momentos fรญlmicos de Las horas del dรญa y La soledad, en Hermosa juventud parecen sustituidas por planos sentenciosamente teรณricos, como el de la silla vacรญa al final del juicio de faltas o el de agresiรณn de los matones fuera de campo, con la cรกmara enfocando el edificio en el descampado. Una vez que Natalia, como la Alex de 10.000 Km, se ha ido al extranjero a trabajar, Rosales coincide con Marques-Marcet en el lenguaje vacacional de las redes, y sus enamorados, รฉl en Madrid, ella en Alemania, se comunican por medio de “piezas iPhone”, whatsapps, “interfaces” y demรกs animaciones, tan vacuas y quizรก mรกs innecesarias que las del filme de Marques-Marcet.

Rosales, sin embargo, recupera el relato en la parte final, y su desenlace del programa de televisiรณn nos devuelve al artista, por encima del teorizador, en imรกgenes que se expanden en nuestro recuerdo de espectadores y explotan con efecto retardado, entendiendo en su plenitud la idea generadora de este filme irregular pero de gran envergadura: la idea de la generalizada subasta del cuerpo joven en el creciente mercado de la humillaciรณn y el comercio. ~

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Vicente Molina Foix es escritor. Su libro
mรกs reciente es 'El tercer siglo. 20 aรฑos de
cine contemporรกneo' (Cรกtedra, 2021).


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