Ahora ya es una estrella. Literalmente.
Pero antes de irse a comprobar si hay vida en Marte, David Bowie (1947-2016) no sรณlo dejรณ un deslumbrante legado musical: tambiรฉn en pantalla queda huella perdurable de su genio, no sรณlo en sus mรบltiples videoclips —todos, desde “Space Oddity”y “Ashes to Ashes", hasta “Fashion”, “Blue Jean”, “The Heart’s Filthy Lesson”y “The Stars Go Out Tonight”, sรณlo por mencionar algunos, son perturbadoramente bellos—sino en su trabajo en cine. Aunque esporรกdica y en cintas de calidad errรกtica, su obra cinematogrรกfica siempre tuvo como sello distintivo su elegante excentricidad y una entrega admirable, como se aprecia en estos cinco retratos, tomados a lo largo de una carrera como actor que no alcanzรณ los niveles que hubiera anhelado, pero que le proporcionรณ un nicho รบnico, indiscutiblemente suyo.
1: The Man Who Fell To Earth (Nicolas Roeg, 1976)
Su esperado debut estelar en el cine se dio de la mano de uno de los cineastas mรกs polรฉmicos de su รฉpoca. Nicolas Roeg habรญa dirigido a Mick Jagger en la estrepitosa Performance (1970, en mancuerna con Donald Cammell), explorado el outback australiano en la delirante Walkabout (1971) y explorado la angustia gรณtica en las interpretaciones de Julie Christie y Donald Sutherland en Don’t Look Now (1973), cuando tomรณ el reto de llevar a Bowie en el rol de Thomas Jerome Newton, personaje protagรณnico de la cinta, basada en una novela de Walter Tevis.
En medio de una serie de tomas abiertas y una frรญa atmรณsfera, el lacรณnico, ambiguo y pelirrojo Bowie encarna a un humanoide que llega a la tierra procedente de otra galaxia, con una misiรณn: llevar agua a su planeta, que agoniza debido a una sequรญa apocalรญptica. Al aparecer en Nuevo Mรฉxico y asumir una identidad humana, el extraterrestre termina por sucumbir gradualmente a las experiencias —sexo, alcohol, religiรณn, dinero, problemas emocionales —que le brinda su nuevo entorno y lo vuelven cada vez mรกs humano hasta el punto de hacerle olvidar lo crucial de los motivos de su visita. Roeg presenta una cinta que no es del todo exitosa, mas ostenta una estรฉtica visual รบnica, que complementa la actuaciรณn de Bowie, quizรกs no demasiado alejada de la “persona”que habรญa creado unos aรฑos antes —Ziggy Stardust, el rockstar marciano —, mostrรกndolo como un ente lo mismo vulnerable que fascinante: una interpretaciรณn sui generis que muchos aรฑos mรกs tarde servirรญa como plano para que Scarlett Johansson hiciera una reinvenciรณn de esos temas en la inquietante Under The Skin (Jonathan Glazer, 2013).
2: The Hunger (Tony Scott, 1982)
El apareamiento —figurativo—de dos criaturas tan idiosincrรกsicas como Bowie y Catherine Deneuve parecรญa un binomio perfecto. Al menos eso habrรญan pensado los productores del primer largometraje del menor de los hermanos Scott, que ya contaba con un currรญculum notable de comerciales de fragancias y videoclips, cuando fue contratado para filmar esta versiรณn de la popular novela de vampiros amorales en Manhattan de Whitley Strieber.
Si bien el resultado es precisamente eso —intrigante mezcla de anuncio de Chanel No. 5 y video de los Cocteau Twins con toques chic y violenta ediciรณn—, la cinta es fallida. Esto no fue obstรกculo para que rรกpidamente se volviera objeto de culto, tanto por su estilo visual y efectos de maquillaje (obra de Dick Smith, galardonado por The Exorcist), como por su reparto: el triรกngulo amoroso lo completa una sensual Susan Sarandon, aunque las verdaderas figuras a admirar aquรญ son los dos monstruos sagrados, John y Miriam Blaylock, a quienes vemos desde la cรฉlebre secuencia inicial, con Peter Murphy y Bauhaus tocando “Bela Lugosi’s Dead” en algรบn club subrepticio, como hermosos nosferatus que han cazado parejas de swingers incautos desde fines del siglo XVIII. Bowie, que aparece poco en la cinta pese a tener crรฉdito protagรณnico, tiene una participaciรณn notable: su desencanto y desesperaciรณn se hacen palpables, incluso bajo capas de lรกtex mientras comete una atrocidad con una niรฑa de doce aรฑos (Beth Ehlers), brindando una actuaciรณn que deja una desazรณn en el espectador, aรบn cuando ya no salga a cuadro. Aรฑos despuรฉs, Jim Jarmusch tomarรญa ecos de estos personajes para crear a su pareja de amantes sempiternos y sedientos de sangre (Tilda Swinton y Tom Hiddleston), en la formidable Only Lovers Left Alive (2014).
3: Merry Christmas, Mister Lawrence (Nagisa Oshima, 1983)
Con el ardiente deseo de mostrarse como un actor preparado —que lo era: habรญa tomado cursos de teatro y expresiรณn corporal desde los aรฑos 60 con el reconocido mimo Lindsay Kemp —, Bowie se puso en manos del controvertido director japonรฉs de El imperio de los sentidos (1975), para interpretar al Mayor Jack Celliers, un prisionero de guerra neozelandรฉs durante la Segunda Guerra Mundial que establece un vรญnculo estrecho con el Capitรกn Yonoi (el tambiรฉn mรบsico Ryuichi Sakamoto), ambos consumidos por secretos y culpabilidad.
Esta es quizรก la actuaciรณn mรกs lograda de Bowie en cine, en el sentido de que aquรญ se encuentra completamente apartado del aura que hasta entonces —y recordemos que el rodaje coincide el mismo aรฑo de su exitoso disco Let’s Dance y su apoteรณsica gira Serious Moonlight—habรญa empleado: se despoja de glamour y de androginia, sus dos armas secretas, para ser un hombre cualquiera, desolado no por su situaciรณn presente como “huรฉsped del Emperador”, tambiรฉn llamados furyo por los celadores, sino por un pecado que le impone una larga sombra. No hay vanidad en su actuaciรณn, al punto de someterse literalmente a tortura para entregar un trabajo impecable.
4: Labyrinth (Jim Henson, 1986)
“You remind me of the babe,”exclama Jarteh, Rey de los duendes, rodeado por un coro de sus sรบbditos audioanimatrรณnicos, y comienza a bailar y cantar Magic Dance, uno de los temas emblemรกticos no sรณlo de su discografรญa de mediados de los 80, sino de muchas infancias: este es uno de los momentos clave de Labyrinth, el รบltimo filme dirigido por Jim Henson. Con pelucรณn y maquillaje, Bowie es el monarca de un mundo fantรกstico que tienta a la virginal y bellรญsima Jennifer Connelly con la posibilidad de ser su reina coronada a la fuerza si no rescata a su latoso hermanito bebรฉ, que raptรณ para atraerla a su comarca.
Con ostentosa producciรณn de George Lucas, el filme es una aventura al mismo tiempo sofisticada e inteligente, algo que no se tradujo en รฉxito de taquilla, pero sรญ en un amor profundo por los espectadores que le han dado larga vida en el video domรฉstico, y ahora en la alta definiciรณn del blu ray (que, por cierto, le sienta muy bien). Bowie va con todo: su personaje es un ente quimรฉrico y en รฉl imbuye la imaginaciรณn que habรญa aplicado anteriormente en sus discos y presentaciones (ese mismo aรฑo tambiรฉn cantรณ y demostrรณ su habilidad dancรญstica como un publicista taimado en ese primoroso desastre que es Absolute Beginners, de Julien Temple) para divertirse enormemente con lo que hace en pantalla. Y aรบn despuรฉs de todo este tiempo, esa alegrรญa se nota.
5: Twin Peaks: Fire Walk With Me (David Lynch, 1992)
Hacia el comienzo de los aรฑos 90, Bowie habรญa buscado aparecer con mรกs frecuencia ante la cรกmara y eso lo llevรณ a roles estelares en cintas independientes —como la estrambรณtica comedia romรกntica The Linguini Incident, de Richard Shepard — y a papeles pequeรฑos en producciones de alto perfil. En el caso de la precuela cinematogrรกfica concebida por Lynch a su exitoso serial de TV, que describe los siete dรญas anteriores al bestial asesinato de la mรญtica Laura Palmer (Sheryl Lee), Bowie aparece repentinamente en una set piece, representando lo que se podrรญa describir como una especie de cameo extendido: aquรญ es el agente del FBI Philip Jeffries, desaparecido en Buenos Aires sin dejar rastro dos aรฑos antes de iniciar la acciรณn, que reaparece sin motivo aparente y completamente confundido en la oficina del jefe regional Gordon Cole (Lynch, himself) en presencia del agente Dale Cooper (Kyle MacLachlan). Sus diรกlogos no tienen sentido, y su presencia es interrumpida por estรกtica e imรกgenes surrealistas, pero Bowie se desenvuelve con aplomo y otorga a una cinta mayormente infravalorada uno de sus momentos mรกs inquietantes, cosa que, en el universo del director, no es cosa fรกcil.
Miguel Cane (Mรฉxico DF, 1974) Es novelista y periodista cinematogrรกfico. Su mรกs reciente publicaciรณn es el inclasificable "Pequeรฑo Diccionario de Cinema para Mitรณmanos Amateurs".