La รบltima cinta de Lynne Ramsay toca temas espinosos: terrorismo adolescente; la falta de amor, de cariรฑo o de comunicaciรณn entre una madre y su hijo; la pรฉrdida de libertad. Es la historia de Eva y Kevin, madre e hijo, interpretados con esmero por Tilda Swinton y Ezra Miller. La trama se cuenta por pedazos, de ida y vuelta entre tiempos pasados y futuros, una narrativa no lineal que va armando el cuadro de la familia imperfecta como un rompecabezas. John C. Reilly interpreta al padre, con quien Kevin tiene una estupenda relaciรณn, en contraste con la batalla diaria que significa la convivencia con su madre. Desde el dรญa en que nace Kevin, Eva sabe que hay algo en รฉl que no cuadra con ella. La vida familiar transcurre agitada, y por mรกs que Swinton hace todo lo posible por acercarse a su hijo, de la carriola a la preparatoria, no hay manera de romper esa barrera. Para ella es un enigma: no entiende por quรฉ estรก metida en esa situaciรณn ni sabe cรณmo manejarla.
We Need to Talk About Kevin estรก por debajo de lo que podrรญa ser. Es seca, y el intento de sostener una misma nota depresiva a lo largo de toda la pelรญcula agota al espectador. Aunque las primeras cintas de Ramsay son, digamos, locales, la honestidad de sus relatos las vuelve mรกs universales que su รบltima pelรญcula, que tiene buena factura e intenta hablar mรกs allรก de una geografรญa concreta con menos รฉxito que antes.
Los tres cortometrajes con los que Ramsay empezรณ su carrera son prodigiosos. Small Deaths y Gasman (1998) comparten con Ratcatcher el mismo universo, como si los protagonistas de esas tres piezas vivieran en la misma cuadra, en una zona de vivienda popular en Glasgow. Los tres hablan de pequeรฑas muertes durante la niรฑez, episodios que rompen un espรญritu joven. No son grandes cataclismos sino detalles que cambian la manera de ver la vida en un sentido afectivo. Small Deaths y Gasman tienen protagonistas femeninos, mientras que en Ratcatcher es un niรฑo quien se enfrenta con un mundo gris y desolado. Estas tres obras son el recuento perfecto del imaginario de Ramsay. En ellas se resume su visiรณn de la vida en Escocia, los pesares de la infancia y la adversidad del mundo que rodea a sus personajes. Son el nรบcleo que proyecta la inteligencia emocional que maneja con habilidad. Son sus tres grandes creaciones, las mรกs cercanas a su propia vida, tan autรฉnticas como su infancia y juventud.
Su segundo corto, Kill the Day (1996), tambiรฉn pertenece a esa familia aunque se aleja un poco. Los problemas que aquejan a su protagonista van mรกs allรก: un drogadicto rehabilitado encerrado en la cรกrcel. La inocencia robada en la infancia, tan presente en los otros tres casos, ha sido superada. Es el brinco de la niรฑez a la edad adulta sin pasar por la adolescencia (solo uno de los tres segmentos de Small Deaths tiene que ver con la pubertad). Y luego viene Morvern Callar (2002), una obra maestra a la estatura de su filmografรญa previa.
Pero necesitamos hablar sobre Kevin, que a fin de cuentas es una buena pelรญcula. Palidece si se le compara con sus anteriores cintas, pero se mantiene por sรญ sola gracias a la complejidad del tema y la profundidad de los personajes. Ademรกs, la trama abarca un lapso temporal mucho mรกs amplio y por ende mรกs ambicioso que el de sus esfuerzos previos. Va del tiempo antes del nacimiento hasta que Kevin alcanza la adolescencia, un intervalo con el que Ramsay batalla por primera vez. El guiรณn es, como el de Morvern Callar, una adaptaciรณn de una novela, y tambiรฉn fue escrito en colaboraciรณn. Estรก filmada en Estados Unidos porque es una historia que ataรฑe a ese lugar directamente. Por lo tanto, Glasgow y el viejo equipo de producciรณn de Ramsay quedaron atrรกs para dar pie a un estilo mรกs sobrio. Hablar del malestar en la cultura a travรฉs de un personaje como Kevin tiene un valor insoslayable. Es un desafรญo que Ramsay encarรณ con experiencia y destreza tรฉcnica en vez de recurrir a la evocaciรณn de su niรฑez o del lugar en el que creciรณ. Es un paso en otra direcciรณn, un cambio de velocidades loable, aunque no siempre efectivo.
Lo cierto es que el pozo personal de donde vinieron sus primeras historias se secรณ. Ramsay tardรณ casi diez aรฑos en hacer una pelรญcula totalmente alejada de sus preocupaciones originales. Con esta รบltima obra se convierte en una buena directora y deja de ser la cineasta con sello autoral que antes fue. Se echa de menos la especificidad de sus historias pasadas, pero en muchos sentidos Ramsay sigue siendo tan contundente como antes.
(ciudad de Mรฉxico, 1979) Escritor y cineasta