Todo gran documental necesita de un gran protagónico. My Architect tiene a Louis Khan. The King of Kong tiene al megalómano de Billy Mitchell. Fahrenheit 9/11 tiene a la inquietante oligofrenia de George W. Bush. The Cove, el magnífico documental dirigido por Louis Psihoyos, tiene a Rick O´Barry.
Famoso mundialmente por ser el entrenador de los cuatro delfines que interpretaban a Flipper en la serie de televisión del mismo nombre, O´Barry fue –bajo su propia cándida admisión- el responsable directo de la comercialización de los delfines, de su venta directa a parques acuáticos y su posterior cautiverio y adiestramiento para el espectáculo que todos aquellos que hemos ido a SeaWorld conocemos. Durante los últimos años de la transmisión de Flipper, O´Barry fue testigo de la depresión de sus delfines. Una tarde, recuerda, uno de ellos murió en sus brazos. Desde ese momento, el entrenador decidió convertirse en su más absoluto defensor, dedicando su vida entera a la liberación de estas criaturas.
Desde hace varios años, O´Barry ha enfocado todos sus esfuerzos en delatar y detener la matanza anual de decenas de miles de delfines en el puerto de Taiji, en Japón. The Cove es el relato de ese esfuerzo. O´Barry recluta a Psihoyos y a un equipo de expertos (“digno de la película Ocean´s Eleven”, dice) con el único propósito de grabar lo que nadie ha logrado grabar: el aniquilamiento sistemático de aquellos delfines que no fueron escogidos para cautiverio, en una bahía de la costa de Taiji, a manos de una docena de japoneses. La tarea no es sencilla: la costa y las montañas que la rodean son vigiladas día y noche por la policía, la guardia costera y, sobre todo, por el villano de la historia: un tipo belicoso, de rostro enjuto, al que apodan “Private Space”.
En el transcurso de su odisea, Psihoyos y O´Barry exponen la conspiración y los motivos detrás de la matanza de delfines en Taiji: el tráfico de influencias ejercido por los representantes japoneses de la IWC (International Whaling Commission); la venta de carne de delfín a supermercados que deciden venderla como si fuera de ballena, y el peligro latente que esto conlleva debido al alto grado de mercurio dentro de los cuerpos de los cetáceos. Sin embargo, lo más cautivador de la cinta es la manera en la que el equipo de O´Barry elude a las autoridades japonesas para registrar en cámara lo que ocurre en esa bahía escondida. Lo que descubren es mucho más terrible de lo que ellos –y nosotros, los espectadores- imaginaban.
Mitad thriller y mitad necesaria denuncia, The Cove es un documental que habla sin tapujos sobre nuestra insoslayable responsabilidad en la destrucción del planeta que habitamos. A veces incómoda, pero siempre profunda, la cinta de Psihoyos es una obra maestra de su género.
-Román Cabeza
Profesor adjunto de Cinema Studies en la Universidad de Edmonton. Autor de Kinesis o no Kinesis: ¡Cinema Verité!