La productividad del cineasta coreano Hong Sangsoo es tal que es complicado saber cuál es su última película; este verano se han estrenado dos de las últimas, por este orden: Nuestro día e In water. Hong Sangsoo escribe, dirige, produce, hace la fotografía y compone la música: “Tenía el deseo, quizá también inconsciente, de hacer películas de la forma más ligera posible. Película tras película fui adquiriendo habilidades técnicas, primero en el montaje, el sonido y al final en la fotografía. Hoy en día me parece importante poder conectar todas las facetas de la producción siendo yo mismo el vínculo entre todas esas áreas”, explica en una conversación en la web de la distribuidora española Atalante. Además de las dos películas, estrenadas con una semana de diferencia, en los cines Golem de Madrid puede verse la muestra Pintar las películas que amamos, de Tainah Negreiros de Souza –hay una versión accesible en postales–. La pintura de la escena final de La novelista y su película fue el origen de la serie. La pintura de In water es la que se ha usado para el cartel.
Piedra, papel, tijera. Nuestro día es un díptico, con finos hilos de conexión entre sus partes. Son dos reuniones, en una, dos amigas, una de ellas actriz (Kim Minhe), beben, conversan y no se ponen de acuerdo con la cantidad de chucherías que quieren darle al gato; en un momento dado se les une una aspirante a actriz; en la otra, una joven está haciendo un documental-conversación a un poeta (Ki Joobong) al que el médico ha quitado el alcohol y las grasas, pronto se une a ellos un joven que anda buscando consejo y respuestas al sentido de la vida. El joven trae alcohol y comida de la que no debería comer el poeta, que se resiste todo lo que puede. Juegan a Piedra, papel, tijera y el poeta rechaza la búsqueda de significado de la vida, que de lo único que le tiene que preocupar es en qué ocupa su tiempo. Dice algo así como que la vida sigue independientemente de las intenciones [no apunté la frase y ahora me arrepiento, claro].
La película desenfocada. In water es la película desenfocada de Hong Sangsoo; lo está en gran parte de su metraje, aunque no todo. Por ejemplo, al comienzo, cuando tras una breve introducción desenfocada y en la playa, presenta a los personajes: tres amigos comiendo pizza. Solo queda un trozo y uno de ellos lo parte en tres. Los otros dos, uno chico y una chica, que decían que no lo cortara, terminan por coger cada uno un trozo. Poco después salen a pasear y ya vamos intuyendo lo que se confirma mientras toman un bocadillo: son un director (el que ha cortado la pizza), la actriz y el cámara. El director, interpretado por Shin Seok-ho, ha invertido todos sus ahorros en este proyecto: rodar un corto, aunque no sabe exactamente qué quiere hacer ni cómo ni cuándo. Lo encontrará tras charlar con una mujer que limpia la playa de basura, eso y una canción que compuso hace años le darán la clave de lo que quiere hacer. Cuando sus amigos le preguntan por qué se ha pasado de la interpretación a la dirección, el director responde: “es una cuestión de honor”.
Repeticiones. Todas las películas de Hong Sangsoo se parecen entre sí, en todas suele haber una reunión de personas alrededor de una botella y con una guitarra; algunos elementos, como los gatos, son menos frecuentes, pero también los ha usado. “Como cineasta puedes abarcar toda la experiencia humana y puedes tener el control en el set, en el cambio de iluminación y demás. Los gatos, en cambio, no te escuchan. Los perros tampoco. Quería incluir la presencia de gatos en estas dos películas [La mujer que escapó y Nuestro día] porque son parte de mi experiencia del mundo. Cuando escribí por la mañana, se me ocurrió la idea de incluir al gato, que era de la propietaria del piso en el que rodábamos, y por tanto, pasábamos tiempo con ellos en el set. Escribí abierto a lo que pudiera pasar con el gato en el marco del rodaje. Pero, increíblemente, en las dos películas, los gatos hicieron exactamente lo que esperaba de ellos, así que estoy muy agradecido.”
El sentido del desenfoque. Más allá de la broma de que los cines hayan tenido que avisar de que el desenfoque es una decisión deliberada del cineasta y no un fallo de la proyección, se ha especulado mucho sobre las razones del desenfoque de In water, que es una radical decisión estética. Reflejo de los problemas de vista del director, subrayado del propio cine, un recurso para centrar la atención, reflejo de los titubeos del joven cineasta… Yo añado que es una respuesta a la nitidez absoluta de lo digital, tan fea y plana. El gesto tiene algo de juego. Las razones no pueden saberse, entre otras cosas porque Hong Sangsoo no ha querido explicitarlas. Podemos ver las consecuencias: convierte la película en una especie de cuadro moviente, acerca el cine a la pintura. Leer esta respuesta de Hong Sangsoo me hizo ver la película también en clave autobiográfica: “Mis obras, obviamente, tienen algo de mí, y obtengo parte de mi inspiración en mis lecturas, en las pinturas que miro. Pero siempre intento no crear una representación de mí mismo. A los 22 años intenté escribir un guion sobre un hecho que me había pasado. Luché por hacer esa película durante un año, pero no conseguí hacerla. Fue entonces cuando entendí que no tenía sentido intentar copiar la realidad. Me provocó un bloqueo psicológico que me impedía crear libremente. Por eso trato de mezclar detalles de diferentes fuentes para obtener la distancia necesaria entre el sujeto y yo. Sin embargo, es cierto que a medida que me hago mayor esos detalles que uso están cada vez más cerca de mí.”
Las películas de Hong Sangsoo tienen algo de miniatura, de exploración de las relaciones personales, son conversaciones a las que se nos permite asistir. Quizá lo único malo de las dos es que se sale del cine con ganas de comer y beber.
(Zaragoza, 1983) es escritora, miembro de la redacción de Letras Libres y colaboradora de Radio 3. En 2023 publicó 'Puro Glamour' (La Navaja Suiza).