El caso Cassez-Vallarta: una novela criminal (MĆ©xico, 2022) es una miniserie documental basada en una novela que a su vez se inspira en hechos reales, contados desde un lado de la historia. Y aunque el punto de partida es la persecuciĆ³n de los presuntos perpetradores del secuestro de por lo menos ocho personas a principios de este siglo, durante el sexenio de Vicente Fox, la historia que estĆ” casi ausente es la de las vĆctimas.
El documental relata los innegables abusos de autoridad y violaciones al proceso por parte de Genaro GarcĆa Luna y Luis CĆ”rdenas Palomino, que culminaron en la detenciĆ³n de Israel Vallarta y Florence Cassez como los presuntos lĆderes de la banda de secuestradores Los ZodĆacos. TambiĆ©n recoge la experiencia personal de Cassez hasta su condena por 60 aƱos por los delitos de secuestro, delincuencia organizada y portaciĆ³n de armas de uso exclusivo del ejĆ©rcito y describe el conflicto diplomĆ”tico entre MĆ©xico y Francia alrededor de su proceso y condena. Presenta ademĆ”s los argumentos de dos ministros de la Suprema Corte de Justicia: Arturo ZaldĆvar Lelo de Larrea āque denuncia un supuesto acto de intimidaciĆ³n del gobierno a travĆ©s de la PolicĆa Federal sin precisar lugar, hora o cualquier otro que refuerce la denuncia que realiza 10 aƱos despuĆ©sā y Olga SĆ”nchez Cordero, quienes votaron a favor de la liberaciĆ³n por un amparo liso y llano a la ciudadana francesa desde un primer momento.
En algunos momentos de la miniserie, preponderantemente para seƱalar inconsistencias e incongruencias en actuaciones judiciales, se presenta a las vĆctimas, a travĆ©s de dramatizaciones y lecturas de breves segmentos de sus declaraciones.
En ningĆŗn momento se acude a un experto que explique el efecto psicolĆ³gico que una experiencia trascendental como el secuestro genera en las vĆctimas, a pesar de que tal peritaje debe constar en las actuaciones ministeriales. Menos aun se explica el proceso postraumĆ”tico que atraviesa una vĆctima a la que el secuestrador arrebata toda humanidad, al reducir la razĆ³n de su existencia a la de un objeto de intercambio, sujeto a un precio negociable. Tampoco se menciona el temor justificado que puede experimentar una vĆctima al momento de dar la primera declaraciĆ³n, a sabiendas de que sus captores siguen libres y tienen poder sobre su vida, del que ha tenido prueba suficiente.
La miniserie refiere la existencia de una vĆctima anterior a Valeria (la joven cuyo rescate habrĆa conducido a la detenciĆ³n de Cassez y Vallart): el empresario Abel Figueroa, secuestrado y asesinado presuntamente por la misma banda que sustrajo a la joven. Ambos casos estĆ”n enlazados por vĆnculos comunes, terceros involucrados cuyos nombres se omiten, y que tenĆan relaciĆ³n cercana tanto con las vĆctimas como con Israel Vallarta. No se mencionan los abusos sexuales que Cristina RĆos, la vĆctima supuestamente rescatada en el operativo del rancho Las Chinitas, declarĆ³ haber sufrido, ni la llamada a un programa de radio que en 2021 realizĆ³ Christian, su hijo, en la que reafirmĆ³ el seƱalamiento en contra de Vallarta y Cassez.
En la narrativa de la serie, las vĆctimas no son congruentes, y esto genera dudas en la percepciĆ³n colectiva: tal vez las vĆctimas simplemente mienten. La misma sociedad que unas semanas antes se habĆa escandalizado por la serie documental CanĆbal: indignaciĆ³n total, que ponĆa a un feminicida, y no a sus vĆctimas, al centro de la historia, parece estar conforme con que aquĆ sean un personaje de soporte para presentar las injusticias sufridas por sus presuntos victimarios. El documental pasa de largo que los abusos de poder y violaciones al proceso de GarcĆa Luna y Palomino revictimizan a Valeria, a Abel Ignacio, a Cristina y a Christian, negĆ”ndoles justicia desde el mismo momento en que deciden ārecrearā el momento de la detenciĆ³n de los presuntos responsables, creando a partir de una mentira una verdad jurĆdica que 17 aƱos despuĆ©s pone en duda lo que ellos vivieron por dĆas, semanas, meses.
La miniserie no nos dice si las vĆctimas contaron con asesorĆa legal coadyuvante con el Ministerio PĆŗblico, a fin de presentar testimonio en contraposiciĆ³n a los argumentos presentados por la defensa. Sin embargo, la consideraciĆ³n de la inocencia plena de Cassez es una constante hacia al final de la serie. Esto, a pesar de que los jueces adscritos a la Primera Sala de la SCJN fallaron Ćŗnicamente en el sentido de que se violaron los derechos humanos de Cassez al momento de su arresto y proceso judicial, y nunca respecto a su inocencia o culpabilidad, conforme al proyecto presentado por Arturo ZaldĆvar. El respeto al principio de la presunciĆ³n de inocencia no entraƱa en sĆ mismo la declaraciĆ³n de inocencia que presumen la defensa y la propia Florence. En su momento, varios juristas estuvieron de acuerdo con la postura del ministro JosĆ© RamĆ³n CossĆo, que se inclinaba por la reposiciĆ³n del procedimiento.
ZaldĆvar es, por cierto, el mismo ministro que el 6 de julio de 2016 propuso desechar la posibilidad de entrar al estudio de las violaciones graves a derechos humanos, semejantes a las argumentadas por la defensa de Cassez, ejercidas en la persona de Nino Colman Hoyos Henao, acusado tambiĆ©n de secuestro en 2009 por la ProcuradurĆa General de Justicia del Distrito Federal. La decisiĆ³n del juez mantiene hasta la fecha privado de su libertad al colombiano naturalizado mexicano.
Otro sesgo perceptible en la miniserie es la referencia a la comunidad judĆa como un grupo que ha acumulado tal cantidad de poder que puede sustraerse al orden pĆŗblico comĆŗn al resto de la ciudadanĆa mexicana. El documental omite mencionar que, dado el nivel de inseguridad y criminalidad que impera desde entonces, en todo MĆ©xico han surgido grupos de vigilancia ciudadana, que en ocasiones han alertado con mantas a los delincuentes de las consecuencias inmediatas a las que se harĆan acreedores en caso de intentar cometer un delito en contra de los integrantes de una determinada comunidad.
Esos grupos son el antecedente directo de los ComitĆ©s de Vigilancia Ciudadana, hoy denominados ComitĆ©s de Seguridad Ciudadana, que empezaron a ser reconocidos como auxiliares en la ejecuciĆ³n de los planes de seguridad pĆŗblica de los gobiernos federales a fines de la administraciĆ³n de Fox. La conformaciĆ³n de grupos de resguardo y vigilancia vecinales no es un fenĆ³meno exclusivo de la comunidad judĆa.
Si es identificable un sesgo narrativo en la miniserie, este no puede ni debe ser condenable en la novela que le da origen. A fin de cuenta, la novela es un gĆ©nero literario que precisa de la exaltaciĆ³n de las emociones para involucrar al lector. El problema se suscita cuando de una novela o un documental, cuya motivaciĆ³n se centra en las emociones, se pretende generar una percepciĆ³n que no es congruente con los efectos de la resoluciĆ³n de la SCJN, o sembrar por lo menos la semilla de una hipotĆ©tica verdad jurĆdica en la percepciĆ³n colectiva, por la deliberada presentaciĆ³n de solo una parte de los hechos, una verdad a medias.
Si hay una caracterĆstica propia e innegable en la ley, su marca distintiva, es la objetividad con la que deben confrontarse los hechos y actos en anĆ”lisis. La ley no obedece a emociones, o por lo menos, no debiera hacerlo. Si hay un elemento que de origen viciĆ³ el procedimiento que debiĆ³ garantizar justicia a vĆctimas y victimarios en el caso Cassez-Vallarta fue el montaje televisivo, que buscĆ³ la manipulaciĆ³n de las emociones a favor de la AFI, en una sociedad harta de impunidad y vulnerabilidad tanto frente a la delincuencia, como frente a la autoridad. El documental El caso Cassez-Vallarta: una novela criminal, lejos de ayudar a esclarecer de manera objetiva los hechos, alimenta esas emociones. Esto tiene que parar.
es licenciada en derecho con especialidad en derecho fiscal por la UDLAP. Activista en favor de la cultura de la legalidad.