Acaba el año y la mayoría de los libros que pensaba que me iban a gustar no los he llegado a leer por una cosa u otra. Otros te decepcionan y muchos llegan por sorpresa, y seguro que me dejo algunos que deberían estar. Me han gustado Bad hombre de Pola Oloixarac y No hemos venido a divertirnos de Nina Lykke. Uno de mis libros preferidos de este año y de cualquier otro es Lloro porque no tengo sentimientos de Bárbara Mingo. Manuel Arias Maldonado ha publicado los admirables (Pos)verdad y democracia y Ficción fatal: Ensayo sobre Vértigo. He aprendido y disfrutado con Bienvenido, Mister Chaplin de Juan Francisco Fuentes y Pero ¡en qué país vivimos! de Agustín Sánchez Vidal. Sánchez Vidal dedica su libro a José Luis García Sánchez, que aparece en Vida y maravillas de Manuel Gutiérrez Aragón. Un estupendo libro kafkiano en el año Kafka es Por así decirlo, de J. A. González Sainz; otro, Nadie y nada de Mariano Gistaín. También era el año Conrad y me gustó La guardia del alba, la biografía que le ha dedicado Maya Jasanoff. Disfruté con la selección de sus cuentos que ha compilado Martín Schifino para Debolsillo, y con Bajo la mirada de Occidente, novela de trasterrados como los protagonistas de Los extrañados de Jorge Freire. Joseph (por Conrad) Anton (por Chéjov) era el nombre en clave de Salman Rushdie en los años de la clandestinidad: Cuchillo es otro de los libros que más me han impresionado en 2024. En Ropa de casa Ignacio Martínez de Pisón cuenta cómo se hizo escritor, y siempre es un gusto acompañar a Pisón. Duelo sin brújula, el libro sobre el duelo de Carme López Mercader, la viuda de Javier Marías, es elegante y conmovedor. Me he reído con los cuentos de T. C. Boyle y Moncayo Estrés de Miguel Mena. Athenaica ha publicado dos ensayos imprescindibles: Contra Babel, de Manuel Toscano, y Amnistía. Una ley para olvidar, de Josu de Miguel. También ha publicado Guerra en España, de Juan Ramón Jiménez, con un prólogo de Andrés Trapiello, autor de una novela cervantina y a la vez cinematográfica, Me piden que regrese. Pensar la tecnología, de Antonio Diéguez, es un ensayo lúcido sobre un tema tan capital como confuso; también son muy útiles e inteligentes Cultura española en democracia de Sergio Vila-Sanjuán, La muerte del periodismo de Teodoro León Gross y Recordar es político (y jurídico) de Pablo de Lora. Pocos libros me han dado más placer que dos geniales recopilaciones de columnas: Bibliotecas y extravíos, de José Luis Melero, y Zona de confort, de José Antonio Montano. Casi no he ido al cine, pero me han gustado Los destellos y La virgen roja, y En la alcoba del sultán, Segundo premio y Volveréis. También cumplían años dos filmes que admiro: Chinatown, que por su temática de secarral es cine aragonés, y El moderno Sherlock Holmes, mi película preferida.
Este artículo se publicó originalmente en El Periódico de Aragón.
Daniel Gascón (Zaragoza, 1981) es escritor y editor de Letras Libres. Su libro más reciente es 'El padre de tus hijos' (Literatura Random House, 2023).
