Todo lo que se esconde genera deseo. Es la gran paradoja del censor: cuanto mรกs se tapa un cuerpo en las pelรญculas, mรกs morbo suscita ese fรญsico, pese a que se busque lo contrario. Y, por supuesto, sucede con los regรญmenes polรญticos en los que reina la mรกs absoluta opacidad. Las ganas de saber se disparan e intentan aplacarse en todos los terrenos, tambiรฉn en el literario. Hace unas dรฉcadas fue la URSS y todos los paรญses de la รณrbita soviรฉtica que generaron una nutrida colecciรณn de novelas de espรญas, testimonios y ensayos periodรญsticos sobre la Guerra Frรญa. Ahora le ha tocado el turno al que quizรก sea el paรญs menos transparente del planeta: Corea del Norte. Un extraรฑo lugar del que apenas se deslizan noticias, que ademรกs poseen un punto entre orwelliano, kafkiano y surrealista: una poblaciรณn que no puede caminar sola, que no tiene acceso a internet, que tiene que llevar flores a las estatuas de sus amados lรญderes, Kim Jong-sung y Kim Jong-il, y que ahora debe adorar a un joven estrafalario como Kim Jong-un. Un Estado totalitario creado en 1953 en plena รฉpoca de misiles y tambores de guerra entre bloques geopolรญticos, pero que sobrevive en tiempos de redes sociales. No puede haber nada mรกs absurdo y no se puede pedir mรกs a la literatura.
Este es el origen de la รบltima novela del francรฉs Jean Echenoz, Enviada especial, publicada recientemente en espaรฑol por Anagrama. Despuรฉs de sus incursiones en la novela de no ficciรณn con Correr, sobre el atleta checo Emil Zatopek, Ravel, sobre el mรบsico Maurice Ravel, y Relรกmpagos, sobre Nikola Tesla, el novelista ha construido una especie de parodia sobre las novelas de espรญas y el gรฉnero pulp ambientada en Corea del Norte. Como afirmรณ el escritor en una entrevista, โuno de los motivos de la historia era que se desplegara en un paรญs opaco. Y, por el lado de la opacidad, Corea del Norte es evidentemente un abominable modeloโ. Pero, pese a que en la novela se pueden reconocer los relatos que llegan a Occidente sobre el paรญs asiรกtico, como las locuras de su lรญder o los abusos a los que estรก sometida su poblaciรณn, Echenoz no viajรณ a Corea. Leyรณ todo lo que pudo y a partir de ahรญ se adentrรณ en la ficciรณn, que era su pretensiรณn final para crear una humorada. La tragedia convertida en disparate.
Y este es el salto que da la novela del francรฉs con respecto a lo publicado hasta ahora sobre Corea del Norte, de la tragedia contada por los que la vivieron a la construcciรณn ficticia, puesto que los primeros libros que se publicaron en Occidente sobre el paรญs eran relatos periodรญsticos o testimoniales. Como el pionero Pyongyang, de Guy Delisle, publicado en Espaรฑa por Astiberri en 2005. โCuando lo publicamos no habรญa nada en ese momento. Nos fascinรณ. Era increรญble. Nos gustรณ porque tenรญa acceso a la realidad de Corea del Norte y estaba hecho con mucho talentoโ, explica su editor, Fernando Portalรณn. Para muchos, el cรณmic de Delisle supuso la primera vez que oรญa hablar del amado lรญder, su violencia y sus excentricidades.
Hubo que esperar un tiempo para que aparecieran reportajes como el de la corresponsal de Los Angeles Times Bรกrbara Demick, Querido Lรญder (Turner), publicado en 2011, y que parte de las revelaciones que le hicieron mรกs de cien exiliados en Seรบl; a รฉl le siguieron los testimonios de un condenado a uno de los campos de concentraciรณn relatados por Shin Dong-hyuk a Blaine Harden en Evasiรณn del campo 14 (Kailas, 2014), los de una profesora estadounidense de origen surcoreano, Suki Kim, que imparte clases en una universidad norcoreana en Sin ti no hay nosotros (Blackie Books, 2015), o la historia de la actriz y el director surcoreano Choi Eun-hee y Shin Sang-ok, secuestrados por Kim Jong-il en los aรฑos setenta para que mejoraran la producciรณn cinematogrรกfica del paรญs y relatada en Producciones Kim Jong-il presenta, del periodista Paul Fischer (Turner, 2015). De hecho, sobre esta estrafalaria historia se estrenรณ en 2016 el documental The Loversand the Despot, dirigido por Robert Cannan y Ross Adam, y que cuenta con grabaciones reales de la voz del dictador, un documento de particular relevancia puesto que su voz es casi desconocida, y el testimonio de la actriz, que linda entre el aborrecimiento del rรฉgimen y el sรญndrome de Estocolmo. El novelista portuguรฉs Josรฉ Luรญs Peixoto publicรณ Dentro del secreto. Un viaje por Corea del Norte (Xordica, 2016). Entre estos libros se colรณ El huรฉrfano, de Adam Johnson (Seix Barral, 2015), que le supuso el Pulitzer, y en el que narra la Corea de Kim Jong-il con un estilo que bascula entre lo novelesco y lo periodรญstico.
โAl principio Corea del Norte era algo a descubrir y al no haber un territorio imaginario comรบn lo normal es que fueran libros de testimonios o periodรญsticosโ, comenta Portalรณn. O documentales, como el del espaรฑol รlvaro Longoria Propaganda Game, que contรณ con el asesoramiento de Alejandro Cao de Benรณs, que trabaja para el rรฉgimen comunista. Habรญa que contar quรฉ ocurrรญa en un paรญs que lo escondรญa todo. Sin embargo, la novela de Echenoz revela que ya se puede jugar desde la ficciรณn. โEchenoz ya ha leรญdo sobre el tema, tiene datos y puede crear una novela de espรญas setenteraโ, sostiene Portalรณn. Y asรญ es como el francรฉs crea escenas disparatadas en las que varios espรญas intentan traspasar la frontera entre las dos Coreas con consecuencias que, aunque trรกgicas, colocan una sonrisa en el lector mรกs que pavor.
ยฟSe ha convertido, entonces, Corea del Norte en un sรญmbolo de la cultura pop? No solo las novelas โen breve Astiberri publicarรก el cรณmic de ficciรณn El cumpleaรฑos de Kim Jong-il, sobre un niรฑo que descubre que su amado lรญder no es tan fantรกstico como todos le hacen creer-, tambiรฉn es un paรญs dado a la parodia en las redes sociales o en los programas de televisiรณn. โEsto sucede por la aceleraciรณn en la que vivimos. La cultura se come todo y la banalizaciรณn es muy sencilla de conseguir. Hemos pasado de la no ficciรณn a la ficciรณn seria, y quizรก ahora ya estamos llegando al autoclichรฉ, y la ironรญaโ, afirma el editor. Pese a que en el paรญs asiรกtico continรบe el hermetismo, los asesinatos, los campos de concentraciรณn y las bravuconadas de su lรญder, Corea del Norte en Occidente es posmoderno.
Y es paradรณjico, ya que es lo contrario a lo que sucede sobre la antigua Uniรณn Soviรฉtica donde, con el regreso de Rusia a la trama de espรญas y los hackers que descabalgan gobiernos, vuelve a interesar el testimonio periodรญstico. Es el caso de los ensayos de la ganadora del Nobel, Svetlana Alexiรฉvich, Voces de Chernobil o รltimos testigos, o de libros como Limรณnov de Carrรจre, convertidos en un รฉxito entre lectores y la crรญtica. Putin y sus antecesores hacen menos gracia.
es periodista freelance en El Paรญs, El Confidencial y Jotdown.