Dadores de becas viajan a México

Una serie de anécdotas surgidas de los diarios en los que los comisionados de la Rockefeller Foundation registraban escrupulosamente sus actividades en México.
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Me encontré con unos de los “diarios” en los que comisionados de la Rockefeller Foundation (RF) registran escrupulosamente sus actividades cuando visitan México para evaluar los proyectos culturales que subsidian, en esos tiempos en que la RF era, en buena medida, la principal patrocinadora de las artes, una especie de Conaculta basada en Nueva York. Los diarios aportan una buena cantidad de información sobre las personas e instituciones que poblaban el paisaje cultural del México de mediados del XX.

Es imposible dar cuenta del tamaño de la RF (no se diga de las empresas y negocios e intereses políticos de la familia que la creó): la bibliografía llena páginas. Baste recordar que fue creada en 1913 “para promover el bienestar de la humanidad en el mundo” por el fundador de la estirpe, el magnate petrolero John D. Rockefeller, dueño de la Compañía Standard Oil. En fin, una historia que puede verse, someramente, aquí.

El bautista Rockefeller creía que el dinero tenía dos sentidos: hacerlo (muchísimo) y donarlo (mucho). Fundó así, en todo el mundo, universidades y escuelas, instituciones culturales y centros de investigación sanitaria y agronómica (la “revolución verde” de Norman Borlaug en México, por ejemplo); creó ejércitos para combatir epidemias; aportó fondos lo mismo para salvar el Ágora en Atenas que para patrocinar museos, orquestas, teatros, revistas. (Y junto a eso, claro, las atrocidades políticas que podía cometer la Standard Oil para conservar y aumentar su poderío…)

El interés en México y en América Latina comenzó temprano. El primero de los diarios en línea, narra el viaje en 1927 del Dr. John A. Ferrell, director de la División de Salud de la RF para entrevistarse con las autoridades mexicanas (el Dr. Bernardo Gastélum, secretario de salubridad y futuro mecenas de la revista Contemporáneos) y supervisar los proyectos de combate a tuberculosis, malaria, fiebre amarilla, sífilis, rabia, un combate para el que la RF subsidiaba proyectos, becaba médicos e investigadores en universidades estadounidenses, instalaba laboratorios, etc. El Dr. Ferrell regresa a NY contento con el hecho de que, a su parecer, “las autoridades mexicanas reconocen que no hay actividad gubernamental más importante que la preservación de la salud del pueblo”.

 

Un viaje de 1951 para asuntos culturales

Los subsidios de la RF a instituciones culturales mexicanas, o en México, comienza luego. Hay por lo menos dos “diarios” en línea que dan cuenta de los trabajos de Charles Burton Fahs, director de la División de Humanidades de la RF, aunque no se limita a ellas, pues también discute finanzas con banqueros y agricultura con la gente de Chapingo (donde patrocinaba investigación de cultivos).

El primer diario de esta historia paralela cubre veinte días de octubre de 1951 en medio centenar de páginas nutridas.

Todo lo que ahora se llamaría “la comunidad cultural y académica” (salvo aquellos a los que Fahs considera “comunistas”) está esperándolo. Pasa lista a los becarios y a sus tutores, asiste a sus sesiones y discute sus proyectos. Cada intelectual patrocinado por la Fundación, o aspirante al patrocinio, le hace recomendaciones y solicitudes. Y Fahs toma nota de todo, aunque insiste, casi ritualmente, y con delicadeza, en que México debería aprender a crear sus propias instituciones. Y luego se la pasa en Xochimilco con una becaria de la ENAH que está estudiando totonaco, viaja con Manuel Gamio a ver los mercados otomíes, discute poesía moderna con Salvador Novo, ballet y escenografía con Miguel Covarrubias y orquestación con Blas Galindo…

 

Además cuenta (en mi versión, abreviada, con mis corchetes)

–Que se vio con Daniel Cosío Villegas para revisar el proyecto y coordinar los subsidios para la elaboración de la Historia moderna de México que dirigirá en El Colegio de México (el COLMEX es parcialmente patrocinado por la RF). Fahs asiste a una reunión de su seminario y queda muy impresionado con procedimientos y resultados. Cosío insiste en la necesidad de crear y preservar archivos, así como en la de apoyar estudios de ciencia política para entender la “organización de partidos y gobierno”. Le pide su intervención para adquirir la casa y biblioteca de Luis Cabrera, que desistió de donarla a la UNAM –explica Cosío Villegas– cuando supo que los libros se pierden y se mutilan: se necesitan doscientos mil dólares. Fahs le pregunta si la RF debe apoyar a la UNAM para la mudanza de la Biblioteca Nacional a la nueva Ciudad Universitaria y anota la respuesta: “Cosío es escéptico: dice que no hay planes y que nada se logrará mientras esté administrada por la UNAM, y que teme que se van a robar y perder muchos libros; ha escuchado decir que tomará dos años la mundanza, lo que es grave para la investigación.”

–Que le dijeron que el mismo día en que Alfonso Reyes aceptó presidir el comité de ingreso al Mexico City College (que patrocina la RF), le negaron visa para entrar a EUA, que porque participa en un “Comité de amistad” con la URSS [¿?]. Luego visita a Reyes.  

–Que Leopoldo Zea  le cuenta los éxitos del grupo Hiperión (patrocinado por la RF). Dice Zea que va a fundar sucursales en América Latina; a poner un “centro institucional” en México y hacer una revista; a organizar encuentros multidisciplinarios con universidades de provincia para “discutir el estado acual del mexicano”. ¿Y por qué no con la UNAM? pregunta Fahs. Porque es “demasiado inestable y sujeta a presiones políticas; la gente de El Colegio de México trabaja, pero la del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, no”, responde tajante Zea. Fahs no entiende bien el proyecto de Zea, que éste abrevia así: “crear conciencia, entender el presente de México y elegir rutas de acción”. ¿Y no hay riesgo de que ese movimiento se haga partidario y quiera imponerle su ruta a México? No, pues es un grupo plural, dice Zea. Tiene hasta un comunista y un católico. Luego Fahs presenció una sesión con los hiperiones Reyes Nevares, Luis Villoro, Ma. del Carmen Rovirosa, Gloria Daessle, Fausto Vega, Bonifaz Nuño, Fernando Salmerón, Jorge Carrión, Emilio Uranga, Jorge Portilla, etc. Fahs recomendó no descuidar el aspecto empírico de sus trabajos.

–Que vio a Alfonso Caso en el Instituto Nacional Indigenista (patrocinado por la RF), quien se quejó amargamente de que lo poco que ganan los indios se lo quitan los apostadores, las prostitutas y el alcohol: “la cultura indígena ha sido arrasada y nada valioso la reemplaza”, dice. Cree que la forma de salvar a las comunidades es que en cada una de ellas haya un molino y una máquina de coser [anticipaciones de Gabriel Zaid…]. 

–Que estuvo en una sesión del recién fundado Centro Mexicano de Escritores (CME, patrocinado por la RF) con la directora Margaret Shedd, los becarios Sergio Magaña, Emilio Carballido y Rubén Bonifaz Nuño y los asesores, Ramón Xirau y Julio Torri. No llegaron Agustín Yáñez ni Juan José Arreola ni Reyes, que está enfermo.

Los dramaturgos están entusiasmados con abrir un teatrito para poner sus obras (quieren dinero) y cuentan que Novo va a abrir el Teatro Hidalgo. Se habla de Seki Sano, el mejor director teatral en México aunque, escribe Fahs, “quizás sea comunista”. Carballido informa que escribe un drama sobre La Llorona; Magaña uno sobre Moctezuma II y Bonifaz Nuño otro sobre Cuauhtémoc (pero a la manera de Esquilo). Carballido y Magaña le informan a Fahs que a los mexicanos les encanta ver tragedias y ponerse a llorar, como a los japoneses. Se habla del absoluto fracaso de Cristóbal Colón, la obra de Fernando Benítez. El Niño y la niebla de Usigli, en cambio, ha sido un éxito popular. Escribe Fahs: “Bonifaz, que parece el más pedestre de los becarios, admira las letras grecorromanas” y leyó poemas en español con metros latinos. Xirau le parece excelente a Fahs: inteligente, trabajador cortés y con buen inglés, está escribiendo una filosofía del hecho poético. “Nos sirve más como intelectual que como creador”, pues sólo escribe poesía en catalán. Luego de la comida (y la bebida) Fahs anota que a los becarios los fastidia el método pedagógico de Shedd… 

–Que fue a comer con Anita Brenner, quien le dijo que “el tapado” es Adolfo Ruiz Cortines, señor que le parece decente. Que el preferido de Alemán era otro veracruzano, Casas Alemán, pero que fue vetado porque la gente ya está harta de la corrupción en México.

–Que Fahs le preguntó al agregado cultural de EUA sobre la influencia de los comunistas en las humanidades en México. El agregado, Mr. Raine, dice que “sólo hay dos escritores comunistas, José Revueltas y José Mancisidor.” Según Raine, Revueltas está a tal grado comprometido que aceptó retirar una novela porque la descalificó el Partido”. Raine cuenta que Alfonso Caso habló contra el totalitarismo en términos que permiten suponer que incluía a la URSS, sin embargo es pariente político de Lombardo Toledano. Dice que Cosío Villegas le parece sincero y honesto, y que le gustaría que Jesús Silva-Herzog lo fuese también…

–Que Silvio Zavala le mostró la sala de microfilms en el Castillo de Chapultepec, con equipo enviado por la RF que, además, patrocinará a Zavala y a Castro Leal para que escriban sus libros sobre historia de las ideas en México.

–Que como Juan Iguínez y José Luján, director y subdirector de la Biblioteca Nacional, llegaron una hora tarde a la cita, sólo puede darles unos minutos. Se quejan de que la UNAM y el gobierno “no entienden que hay que formar bibliotecarios”. Dicen que uno de la UNAM gana 230 pesos mensuales (la quinta parte de lo que gana en México un becario de la RF) y que, como no hay presupuesto, la Biblioteca no compra libros hace mucho.

–Que José Gaos le dijo que Uranga es el más prometedor de los hiperiones y que Agustín Yáñez dijo que los mejores becarios en letras son Carballido y Juan José Arreola. Cuando Fahs les preguntó cuándo habría apoyo mexicano para los escritores, Yáñez dijo que las becas de la RF ya han obligado al gobierno a, por lo pronto, “otorgar más premios”.

–Que Edmundo O’Gorman le dijo haber recibido la beca Guggenheim y que va a usarla para escribir una “Ontología de América”, cuya tesis es que América “no fue descubierta, sino que es una creación colectiva” [es decir que planea La invención de América, de 1958].

–Que en una reunión en el COLMEX con Silvio Zavala, Cosío Villegas, Gaos, Raymundo Lida y Manuel Calvillo hubo acuerdo en el sentido de que “no se puede hacer trabajo serio en la UNAM porque no hay disciplina ni selección de estudiantes” y que el COLMEX es la alternativa para formar a la “próxima generación de académicos”. Fahs pregunta por opciones de trabajo e ingresos. Cosío Villegas y Lida responden que en la UNAM hay pocos académicos de planta con salarios de unos 1,500 pesos mensuales, pero que los profesores “ordinarios” reciben sólo 80 pesos. Dicen que en provincia es peor y que no tienen idea de cómo mejorarlas. Cosío y Fahs lamentan que en México no haya una cultura filantrópica hacia las ciencias, la educación y las artes.

–Que conoció por fin a Juan José Arreola, becario de la RF. “Estaba feliz con un nuevo traje cruzado y un par de zapatos nuevos, los primeros que compra en años”, dijo, gracias al segundo pago de la beca, pues el primero se le fue en pagar deudas, y que se puso elegante porque va a ir a recibir un premio de poesía a Jalisco…

 

(La semana que viene se tratará el diario de 1954…)

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Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.


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