belleza
Fuente: David R. Tribble / Wikimedia Commons

De la belleza invencible y la peste

En estos dรญas en que tanta gente en el mundo empieza a encerrarse en sus casas, vale la pena seguir las huellas abundantes de la belleza.
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Mientras escribo estas lรญneas, el coronavirus ha sido declarado pandemia. Estรกn prendidas las alarmas sobre el calentamiento global, ha habido una caรญda feroz de las bolsas de valores del mundo y polรญticos irresponsables siembran fealdad y desasosiego.  โ€œNo soy quiรฉn para cuestionar los cรณdigos de la desesperanzaโ€, como dice el poema del venezolano Santiago Acosta

((Santiago Acosta. โ€œNunca entregues tu corazรณn a una planta nuclearโ€œ. En El prรณximo desierto. Guadalajara: Editorial de la Universidad de Guadalajara, 2019.  Premio Ciudad y Naturaleza  Josรฉ Emilio Pacheco (2018), otorgado por la FIL de Guadalajara.
))

, pero pese a todo la belleza sigue en pie. Nos interpela desde la variedad infinita del arte, del cuerpo que danza y actรบa, de las sutilezas mรกs notorias del pensamiento, de las mejores pรกginas de la literatura y las narraciones del mundo audiovisual, pero tambiรฉn desde las ideas que se despliegan hoy en la ciencia y la tecnologรญa.

En estos dรญas en que tanta gente en el mundo empieza a encerrarse en sus casas, vale la pena seguir las huellas abundantes de la belleza. Por ejemplo, pueden verse los videos de la bailarina sierraleonesa Michaela Deprince, cisne definitivamente negro que baila la mรบsica de Tchaikovski en grandes escenarios (algunos de los cuales estรกn hoy cerrados por miedo a la peste), pero tambiรฉn comparte su tiempo con niรฑos y adolescente de Uganda.  Cabe leer el extenso perfil biogrรกfico Gelber, de la argentina Leila Guerriero, y disfrutar del singular despliegue de musicalidad, histrionismo e ironรญa de uno de los grandes pianistas del siglo XX.  Viene Dead Can Dance a Mรฉxico, si no lo impide el coronavirus; largas listas de su esplรฉndida mรบsica estรกn disponibles en las diversas plataformas de mรบsica existentes.  No estรก de mรกs disfrutar del humor con series como El Mรฉtodo Kominski, Grace y Frankie o La maravillosa seรฑora Maisel.

Pero la belleza, como ya se indicรณ, estรก igualmente en la tecnologรญa y en la ciencia, sobre todo si enfrentan el cambio climรกtico. En todo el mundo se trabaja para sintetizar la proteรญna de los insectos y sustituir la piel de los animales, del mismo modo que se proyecta la limpieza de los ocรฉanos, la purificaciรณn de las aguas de consumo humano y la conservaciรณn de especies animales y vegetales. Las iniciativas de energรญas limpias y reforestaciรณn se multiplican. En Mรฉxico Adriรกn Lรณpez y Marte Cรกceres apostaron por una tela sintรฉtica proveniente del nopal y con apariencia de cuero. El nopal es, como se sabe, un cactus mexicano tan legendario que marca el nacimiento de Tenochtitlรกn hace casi setecientos aรฑos. No es poca cosa convertir lo sagrado en abrigo para asรญ sustituir en el futuro al cuero animal, cuya explotaciรณn estรก relacionada con la huella de carbono en el mundo.

En una escala mรกs amplia, el doctor Barron Joseph Orr, el cientรญfico a cargo de la Convenciรณn de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificaciรณn, explica que la gran muralla verde africana, un gigantesco esfuerzo de arborizaciรณn, ha avanzado lo suficiente โ€“aunque debe hacerlo mucho mรกsโ€“ para plantearle cara a la desertificaciรณn que ha ido expandiendo el desierto del Sahara. El planeta le debe a รfrica mucho mรกs que una muralla verde, pero no cabe duda de que el รฉxito de esta iniciativa abre un camino en la lucha contra el calentamiento global. Esa muralla es un paso hacia la mรกs absoluta de las bellezas.

Se multiplican las edificaciones ecosustentables en el mundo, las cuales aprovechan la calidad menos contaminante de los materiales de construcciรณn y reducen el consumo de energรญa. Existen proyectos como el esplendoroso Paris Smart City 2050, del arquitecto belga Vincent Callebaut, con el cual la capital de Francia reducirรญa el 75% de sus emisiones de carbono y serรญa revitalizada con la agricultura y un manto verde que alcanzarรญa incluso las edificaciones mรกs antiguas.

Triunfa definitivamente la belleza como verdad, bien y virtud, tรฉrminos dilectos del recientemente fallecido filรณsofo inglรฉs Roger Scruton, en las increรญbles imรกgenes que nos ofrecen telescopios de altรญsima precisiรณn como el Hubble sobre el universo. Hasta la superficie del planeta Marte, fotografiada como quien se asoma por la ventana de una habitaciรณn en medio de un desierto rojizo, luce tremendamente cercana aunque de un modo sin duda desconcertante. Tanta belleza es un premio ante la existencia de las obras que tanto rechazaba Scruton, al estilo de Comedia, del italiano Maurizio Cattelan, un simple plรกtano pegado a una pared con cinta adhesiva. Preferible mirar las esplรฉndidas nubes de Jรบpiter que nos ofrece la sonda Juno o contemplar ese ojo de dios impasible que muestra la primera imagen lograda de un agujero negro. El conocimiento del universo confirma lo que se ha considerado elitista y conservador en el pensamiento de Scruton: la percepciรณn de la belleza es una facultad racional de la humanidad.

Los amables lectores tal vez piensen que quien escribe se evade de la realidad y no lee las noticias; otros dirรกn que propongo distraer el ocio y el miedo, como Pampinea, un gran personaje de ficciรณn. Pampinea, en la flor de sus veinticinco aรฑos, preside una pequeรฑa asamblea de hombres y mujeres jรณvenes que relatan historias plenas de humor, erotismo y regocijo. Tales historias conforman un volumen de cien cuentos, El Decamerรณn, de Giovanni Boccaccio, cuya fama proviene no solamente de su genio literario, sino del relevante detalle de que Pampinea y compaรฑรญa apelaron al relato para huir del pรกnico a la peste que asolaba la ciudad italiana de Florencia. De tan refinado antecedente provienen popularรญsimos chistes sobre infidelidades, impotencia masculina y pรญcaros sinvergรผenzas que podrรญa contar cualquier parroquiano ebrio en una barra de bar con karaoke, mientras alguien canta desafinadamente una canciรณn del estupendo Juan Gabriel. Siete siglos han perdurado estas historias, asรญ sean masticadas y hasta escupidas por narradores de lengua alcoholizada. Quรฉ terca es la belleza.

Lรกstima que tanta creatividad, imaginaciรณn y hermosura en el mundo estรฉn alejadas de donde mรกs hace falta, de la polรญtica, infectada con el virus de la estupidez, la ignorancia y la torpeza. Como dice el filรณsofo brasileรฑo Roberto Mangabeira Unger en El despertar del individuo, la pujante creatividad tecnolรณgica, cientรญfica y cultural deberรญa impregnar la polรญtica democrรกtica, pero no es asรญ. El poder en manos de los imbรฉciles es la peor de las pestes, mucho peor que el coronavirus.

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Escritora y profesora universitaria venezolana. Su รบltimo libro es Casa Ciudad (cuentos). Reside en la Ciudad de Mรฉxico.


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