Hace treinta aรฑos publiquรฉ la ediciรณn crรญtica de la Correspondencia 1918-1928 entre Josรฉ Gorostiza y Carlos Pellicer, en las Ediciones del Equilibrista de Diego Garcรญa Elรญo, con una hermosa portada en la que aparecen los dos poetas cuando eran bebรฉs, retratados, con pocos aรฑos de diferencia, en el mismo estudio fotogrรกfico de la ciudad de Villahermosa. Es genial: dos futuros altos poetas sentaditos como perlas en el mismo molusco de cartรณn.
Algunas pesquisas que acometo sobre Ramรณn Lรณpez Velarde me llevan, aรฑos despuรฉs, a recordar esa portada y a preguntarme por quรฉ se practicaba esta idea de retratar niรฑos en una concha. La respuesta se pierde en las remotas nieblas del folclore, tan espesas: es un sรญmbolo que lo mismo explica que Venus impecable llegue a tierra parada en su concha, que en algunos paรญses concha denote a la vulva o que en Villahermosa los bebรฉs se presenten en sociedad entre esa aura calcificada.
Leรญa la celebraciรณn de Fuensanta que hace Lรณpez Velarde en โยฟQuรฉ serรก lo que espero?โ, un poema en el que la letra a (el principio de todo, lo mismo entre budistas que entre cristianos) es el eje de sus advocaciones. Quiere evocarla, dice,
con una a colmada de presentes,
con una a impregnada
del licor de un banquete espiritual:
ยกara mansa, ala diรกfana, alma blanda,
fragancia casta y รกcida!
Treinta y tres de los cuarenta y siete versos riman en a, a partir de la idea โยกoh blanda que eres entre todas blanda!โ Es una alabanza singular, pero no anรณmala: mรกs allรก de la textura, el adjetivo blanda, dice el diccionario, significa suave, benigna y apacible, que es la razรณn por la cual blanda es virtud de la Virgen Marรญa, reiterada en sus letanรญas y plegarias, llenas de rimas en a, como en este devocionario escrito por el padre Bernardo Sierra en 1670:
Dios te salve, hija de Dios
Porque os hizo su ama
porque os hizo su amada
porque os hizo su esclava
porque os hizo su casa
porque os hizo su ara
porque os hizo su nรกcar
porque os hizo su mapa
porque os hizo su arca
porque os hizo su alcรกzar
porque os hizo tan casta
porque os hizo tan santa
porque os hizo tan rara
porque os hizo tan dulce
porque os hizo tan blandaโฆ
La devociรณn a la blanda Fuensanta incluye a su aroma, esa โfragancia casta y รกcidaโ de limรณn que sale de su pecho. Es curioso. Y entonces me preguntรฉ si habrรญa literatura sobre el olor de la Virgen, lo que me condujo a un libro fascinante, el Abecedario virginal de excelencias del Santissimo Nombre de Marรญa, exhaustivo tratado de marianologรญa que contiene el inventario de todas las virtudes, sรญmbolos y representaciones de la Deรญpara en el รกmbito (dice el tรญtulo) de โla fagrada Efcritura, y propiedades naturales de Piedras preciosas, Aues, Animales, Fuentes, Arboles y otros fecretos de Naturalezaโ, que fue publicado en Espaรฑa en 1604, por el fraile predicador Antonio Navarro.
Registra ese Abecedario que Marรญa olรญa a nardos, a viรฑa nueva y a โla azucena de la limpieza, la rosa de la caridad, la violeta de la humildad, el mirto de la templanzaโ (modernizo la escritura). Como suele ocurrir, algunos atributos que Salomรณn adjudica a la amada en el Cantar de los cantares se trasladan a la Virgen, como hace Navarro evocando a san Isidoro, quien argumentรณ que habรญa en ella un bรกlsamo de โgrandรญsimo olorโ:
Este olor fue la Virgen Santรญsima, de quien se entiende lo que dijo Salomรณn: Quasi Balsamum non mixeum odor meus: Mi olor es como Bรกlsamo no mezclado, el cual olor se puede entender del buen olor de sus virginales entraรฑas,
porque no de otro modo podรญa oler el vientre que hospedรณ a Jesรบs. La extensa disquisiciรณn sobre las entraรฑas de la Virgen le otorga una carga de corporeidad discordante con la idea de su absoluta pureza, desde luego, y mรกs cuando roza una sensualidad irremediable, como en el citado devocionario de Bernardo Sierra, en el que (de nuevo aludiendo al Cantar) se describe el olor de Marรญa como el de una โconcha escogidรญsima que destila fragancia del divino amor, paraรญso ameno de sagrados deleites, tรกlamo florido del divino Esposoโฆโ
Navarro explica la analogรญa narrando que se debe a que los moluscos โllegan a las orillas del mar, y allรญ se abren y reciben dentro de sรญ el rocรญo del cieloโ. Esta idea popular permite que pueda โla Virgen ser comparada a una de estas conchas marinas, por ser tan humilde, que se tuvo siempre por pequeรฑaโ. De ahรญ deriva a la explicaciรณn sobre cรณmo fue posible que la Virgen โsin obra de varรณn concibieseโ. Segรบn Navarro, la Santรญsima Trinidad enviรณ primero a un รngel que procediรณ โcertificando a la Virgenโ y le anunciรณ que el Espรญritu Santo โsobrevendrรญa en ellaโ. Y fue asรญ que โabriรณse asรญ la concha, entendida en la tierra, que es la Virgen, dando consentimiento de su parte a la obra misteriosa de la Encarnacionโ (p. 79). La analogรญa de la Virgen-tierra fertilizada por el Espรญritu con la concha preรฑada por el rocรญo no tardรณ en abarcar a la iglesia, concha ella misma fertilizada por Dios, y por ende con las madres que engendran las perlas de sus hijitos. Y esa es la razรณn por la que los รกbsides de las iglesias replicaban la forma de la concha y la razรณn por la que Pellicer y Gorostiza aparecen sentaditos en la suya.
(Otra concha)
La cultura popular convirtiรณ esos mitos sagrados de concepciรณn y fertilidad en representaciones โvulgaresโ, una de ellas la que emplea a la concha como sobrenombre de la vulva. En 1772 un cientรญfico alemรกn, Ernest Bruckmann, registra dos conchas cuyos nombres cientรญficos aceptaron la sexualizada denominaciรณn popular, en un breve panfleto titulado Relatio brevis physica de Cvriosissimis Dvabvs Conchis Marinis qvarvm vna Vvlva Marina et altera Concha Venerea, en el que estudia esas conchas llamadas vulva marina y concha venรฉrea. Merecieron esos apelativos, explica, porque โquod pariter ac Vulva Marina, nomen a signatura & analogia cun virginum pudendis acceperitโ (que mucho se parece esta vulva marina, en nombre y signatura, asรญ como analogรญa aceptada, a la parte pudenda de las vรญrgenes). Y es interesante que achaque la responsabilidad de esos nombres no a la cultura popular sino a los poetas remotos que consideraban a โla concha venรฉrea como la mรกs bella Diosa de la belleza, de los manjares y de los placeresโ, que es el motivo por el cual son esos poetas โquienes mรกs persiguen a las partes รญntimas de Venusโ.
Y sรญ, son muchos los poetas aficionados a tales manjares, como Rafael Alberti cuando, en su โDiรกlogo entre Venus y Priapoโ, celebra a la Diosa diciรฉndole que es
concha marina, alga abierta en la arena,
paraรญso de sal de las mujeres,
secreto erizo que en la mar transmina.
Es comprensible la analogรญa, y mรกs cรณmoda, pues atenรบa la fuerza de la rimam magna (la โgran fisuraโ, le dice Bruckmann) vistiรฉndola con un cรญrculo valvar mรกs pรบdico, como en las pinturas y la estatuaria que enconcha las partes pudendas.
Asunto complicado, y eso sin mencionar a las fragancias รกcidas o a los ecos fonรฉticos que oyen vulvosos a las valvas de los moluscos, habitantes de las conchas que, como escribiรณ famosamente Rubรฉn Darรญo, tienen โreminiscencias de mujeresโ.
Un รบltimo detalle: ante Fuensanta, la mรกs blanda, no estรก de mรกs recordar que la palabra molusco deriva del latรญn mollis, que significaโฆ blanda.
Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.