El aรฑo pasado, cuando Ben Simmons iba a la lรญnea de tiros libres, los aficionados del equipo rival no dejaban de cantarle un sonoro โNot a rookie!โ en tono de burla. Simmons, en plena disputa con Jayson Tatum y Donovan Mitchell por el premio al mejor novato del aรฑo, tenรญa que lidiar con la mancha, por asรญ decirlo, de no estar en su primer aรฑo como profesional. Debido a una lesiรณn, el base no pudo jugar ni un solo partido en la temporada 2016/17 pero sรญ entrenรณ y viajรณ ocasionalmente con su equipo, los Philadelphia 76ers.
Siguiendo los parรกmetros de las aficiones enfrentadas a Simmons, Luka Doncic tampoco podrรญa optar esta temporada a dicho galardรณn. Pese a contar con dos aรฑos menos, es absurdo entender al esloveno como una promesa ni mucho menos como un novato. Doncic, a los 16, ya jugaba habitualmente en el Real Madrid, ganando ligas y copas. A los 18, liderรณ a la selecciรณn de su paรญs junto a Goran Dragic al primer tรญtulo continental de su historiaโฆ y un aรฑo despuรฉs se proclamaba campeรณn de la Euroliga con su club, completando un palmarรฉs que da para retirarse de adolescente y pasar a la historia de todas maneras.
La relaciรณn entre Doncic y la NBA es atรญpica. No hay manera de encajarla en ninguna categorรญa reciente. En los รบltimos aรฑos, los europeos que han ido a jugar a Estados Unidos se han dividido en dos tipos: estrellas consagradas que van a probarse, generalmente con poco รฉxito โSpanoulis, Navarro, Djordjevic, Teodosicโฆ- o jovencitos que apuntan maneras, especialmente por su fรญsico, pero que no dejan de ser casi desconocidos para el aficionado medio europeo.
Tal vez desde los ochenta, con las figuras de Petrovic y Sabonis, no habรญamos visto un jugador que aunara ambas cosas: juventud, dominio del juego, plenitud fรญsicaโฆ y una experiencia mรกs que sobrada liderando equipos a lo mรกs alto. La diferencia es que, mientras que el croata y el lituano tuvieron que esperar durante lustros hasta entrar en la NBA, Doncic lo ha hecho con diecinueve aรฑos, una edad imposible que conviene recordar porque de tanto hablar de รฉl a veces se nos olvida. Por poner una referencia, el barbilampiรฑo y espigado Pau Gasol que llegรณ a Memphis tras un gran aรฑo en Barcelona, ya contaba con 21.
Lo que sorprende de Doncic no es que promedie mรกs de 19 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias en un equipo bastante competitivo como son los Dallas Mavericks sino la naturalidad con la que ha abrazado su destino. No habรญa escenario racionalmente contemplable en el que Doncic fracasara en la NBA. Algunos apuntaban a su defensa como punto dรฉbil y desde luego tendrรก que mejorar, pero no es peor que la de ningรบn otro novato y su envergadura y tรฉcnica individual le ayudan a compensar una posible falta de velocidad. Desde sus mรกs de dos metros, puede cambiar la marca con cualquier jugador o ayudar a cualquier compaรฑero. Ni siquiera el tiro โalgo irregular en Europa- le estรก traicionando en estas primeras semanas americanas, rozando el 40% en triples.
El รบnico reto que tiene ante sรญ Luka Doncic es el de agradar al aficionado estadounidense. En una liga dominada por los mates, los triples y los tapones, el esloveno no brilla especialmente en ninguna de esas categorรญas. Nunca va a ser Giannis Antetokoumpo, por poner un ejemplo. Es complicado imaginarlo promediando 30 puntos por partido o lanzando triple tras triple como si fuera Nikola Mirotic. Descartado el fracaso, Doncic tiene que garantizarse el รฉxito y eso solo lo podrรก hacer demostrando que sabe competir: dominando los minutos clave y consiguiendo que su franquicia crezca a su lado. Teniendo en cuenta la longevidad actual de los deportistas, no es descabellado pensar que le quedan unos quince aรฑos de NBA al mรกs alto nivel: su guerra no deberรญa ser la de la estadรญstica, el triple doble y los puntos Fantasy, sino la de la sobriedad y el esfuerzo individual al servicio del equipo.
A poco que los Phoenix Suns hagan algo este aรฑo โque es mucho decir, por otro lado- el premio a mejor novato se lo llevarรก DeAndre Ayton. Ayton es el rookie al que estรกn acostumbrados los americanos: exuberante, poderoso, pura fibra debajo del aro. Un aรฑo mayor que Doncic, Ayton no es ni la mitad de jugador, pero puede acumular estadรญsticas sin apenas esfuerzo y mucho mรกs en una franquicia tan poco competitiva. Doncic y sus seguidores no deberรญan preocuparse por eso: de hecho, serรญa hasta justo porque Ayton es un rookie. Un chico nuevo que llega de la universidad e intenta hacerse un sitio entre hombres.
Doncic es otra cosa. Un talento inusitado en Europa independientemente de su precocidad. Un jugador cuyo valor va mucho mรกs allรก de los premios y solo se puede medir en tรญtulos. Es de suponer que tanto el esloveno como su entorno son conscientes de ello y estรกn mirando en esa direcciรณn: en Dallas se puede crecer mucho de la mano de los veteranos Dirk Nowitzki, DeAndre Jordan o Juan Josรฉ Bareaโฆ pero tarde o temprano y en pleno esplendor personal tocarรก sustituir a los viejos por los nuevos y nunca se sabe cรณmo saldrรก ese melรณn. Para entonces, en tres o cuatro aรฑos, Doncic tiene que asegurarse de que cualquier entrenador o general manager con ganas de formar una dinastรญa le tenga entre ceja y ceja como pieza indiscutible. No, quizรก, como el tipo que llena los โhighlightsโ de su equipo pero sรญ como el facilitador de esos โhighlightsโ. No tanto el hombre decisivo como el hombre que decide.
En otras palabras, precisamente, una especie de Ben Simmons; puede, incluso, que mejorado.
(Madrid, 1977) es escritor y licenciado en filosofรญa. Autor de varios libros sobre deporte, lleva aรฑos colaborando en diversos medios culturales intentando darle al juego una dimensiรณn narrativa que vaya mรกs allรก del exabrupto apasionado.