El gran compositor mexicano olvidado por la historia

Aunque fue autor de un vals muy cรฉlebre, Juventino Rosas es apenas conocido fuera de Mรฉxico. Una obra teatral estrenada en Los รngeles buscรณ acercarse a su figura con la mirada del presente.
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El vals “Sobre las olas” de Juventino Rosas es quizรก la canciรณn mรกs famosa de su generaciรณn. Mรกs de 130 aรฑos despuรฉs de su composiciรณn, la melodรญa sigue pareciendo actual, arrolladora, ensoรฑadora y sobre todo, sumamente segura de sรญ misma. Cada nota tiene raรญces y al mismo se eleva, invitando incluso a los tรญmidos a bailar y balancearse. Estรก fรกcilmente a la altura de “El Danubio azul”, la obra maestra de su contemporรกneo Johann Strauss (hijo), hasta el punto de que a menudo se atribuye errรณneamente a este la composiciรณn de “Sobre las olas”.

ยฟA quรฉ se debe esto? ยฟSe debe simplemente a que Strauss procedรญa de Viena, el centro mismo de la fiebre del vals? ยฟO hay algo mรกs, consciente o no, que ha impedido que Juventino Rosas ocupe el lugar que le corresponde entre los grandes melodistas, antes y ahora?

Escribรญ Ghost waltz, una obra que se estrenรณ el 4 de mayo del aรฑo pasado en el Centro Teatral de Los รngeles, para recuperar la historia del compositor. Esta investigaciรณn sobre la vida de Rosas sigue una melodรญa que me ha perseguido durante gran parte de mi carrera: ยฟPor quรฉ querer โ€œblanquearโ€ a tantos artistas de color? ยฟPor quรฉ enterrar sus nombres? ยฟPor quรฉ desvincular el arte del artista? ยฟPor quรฉ borrar la rica historia de lo que somos?

Rosas era indรญgena, de piel oscura como aparece en sus fotografรญas, y joven. Orgullosamente otomรญ, รฉl y su familia tocaban mรบsica por dinero en las calles de la Ciudad de Mรฉxico en la dรฉcada de 1880. Era una รฉpoca de grandes cambios: el intento de colonizaciรณn francรฉs y austriaco habรญa fracasado, pero habรญa vestigios de la cultura europea por todas partes. La cerveza y las polcas se convirtieron en el nรบcleo de la identidad mexicana. Rosas encarnaba este momento. Sin embargo, a pesar de que su famoso vals arrasรณ en todo el mundo, se encontrรณ a sรญ mismo en la posiciรณn de tener que demostrar su autorรญa. Perder la batalla por los derechos de autor de la canciรณn fue sรณlo una desgracia de las muchas que le esperaban. Tanto en su รฉpoca como en la nuestra, Juventino no encajaba en el perfil del compositor de “Sobre las olas”. ยฟCรณmo podรญa alguien como รฉl haber escrito algo tan elegante, tan sutil, tan vienรฉs?

Hay muy poca informaciรณn histรณrica sobre รฉl. Perteneciente a una familia de mรบsicos, fue un prodigio del violรญn que estudiรณ poco tiempo en el conservatorio antes de incorporarse a una mundialmente famosa banda mexicana de mรบsica marcial. Ademรกs de su famoso vals, compuso mรบsica popular de salรณn, seductoras polcas y mazurcas para piano. La esposa del dictador mexicano Porfirio Dรญaz le regalรณ un piano de cola por su genialidad y su mรบsica se interpretรณ en toda Amรฉrica y en Europa, desde entonces y hasta la fecha.

Quizรก por las mismas razones por las que tuvo que demostrar constantemente su valรญa ante un mundo incrรฉdulo, Rosas no mereciรณ una biografรญa en su รฉpoca. La suya fue tambiรฉn una generaciรณn anterior a la mรบsica grabada, y las fotografรญas eran una tecnologรญa relativamente nueva. Para Ghost waltz, todo lo que yo tenรญa eran las composiciones y lo que me hacรญan sentir.

A veces una obra de teatro puede acercarse mรกs al corazรณn de un personaje que los datos o un documental. Escuchando “Sobre las olas” y otras composiciones de Rosas una y otra vez, empecรฉ a ver mรกs allรก de la oscuridad y a localizar gestos y contornos de la dรฉcada de 1890: retazos de polรญtica, desamores romรกnticos y el deseo juvenil de crear algo inmortal, atemporal. En una รฉpoca plagada de desigualdades econรณmicas, huelgas laborales paralizantes y asesinatos violentos, por no mencionar la discriminaciรณn racial, รฉsta es una mรบsica llena de esperanza y alegrรญa, aunque estรฉ teรฑida de dolor y pรฉrdida.

Tambiรฉn pude localizar a Rosas en otros. Tenรญa la misma edad que Scott Joplin, el indiscutible “Rey del ragtime”, un hombre negro cuya obra musical quedรณ igualmente enterrada u olvidada junto a la historia de su vida hasta que la pelรญcula de 1973 The sting utilizรณ su canciรณn “The entertainer”, y una expectante generaciรณn de apasionados de la mรบsica recuperรณ su mar de rags y valses (uno de los cuales cita una melodรญa de Rosas). ยกQuรฉ maravilloso fue descubrir que tanto Rosas como Joplin estuvieron en Chicago en 1893 con motivo de la Exposiciรณn Universal! Dos jรณvenes de color, virtuosos de la mรบsica, al principio de sus viajes de hรฉroes, impรกvidos ante las adversidades, con visiones de รณperas y sinfonรญas aรบn no escritas bailando en sus cabezas.

รngela Peralta, cantante de รณpera originaria de Mazatlรกn, otra de las colegas musicales de Rosas (y posible interรฉs amoroso), tambiรฉn me ayudรณ a abrir su historia. Conocida en el mundo por su apodo de “Ruiseรฑor mexicano”, era de piel morena e indรญgena como Rosas. A diferencia de Rosas, ocultaba su tez oscura bajo polvos blancos para la cara.

En muchos sentidos, Peralta era lo opuesto a Rosas: elitista, cohibida, eurocรฉntrica. Como soprano, actuรณ en La Scala y otros teatros de รณpera europeos, ademรกs de realizar giras por Amรฉrica, siempre bajo la mรกscara de la blancura. Sin embargo, a pesar de su diferente filosofรญa a la hora de enfrentarse al casticismo y al racismo, el “Ruiseรฑor” acabรณ corriendo la misma suerte que Rosas: sus nombres y hazaรฑas enterrados, en su paรญs y en el extranjero, su coolor de piel blanqueado, borrado.

Despuรฉs de muchas dรฉcadas escribiendo obras de teatro, he llegado a la conclusiรณn de que no hay ninguna buena razรณn para escribir sobre el pasado a menos que se trate de resolver los problemas a los que nos enfrentamos en el presente. Cuando me remonto a la historia, mi principal objetivo es descubrir el misterio de un momento histรณrico, y por misterio me refiero a lo que aรบn se desconoce. Esta relaciรณn entre historia y misterio es vital para mis intenciones artรญsticas y para mi manera de construir el mundo de la obra. No puede haber una cosa sin la otra.

Resulta que esta obra empezรณ en forma de sueรฑo. No sabรญa nada de Rosas hasta que la Latino Theater Companypresentรณ su historia como una posible idea para un encargo del cรญrculo de escritores Imaginistas. Estaba ante un antepasado indรญgena, alguien que podrรญa haber influido e inspirado a generaciones de estadounidenses nativos a ambos lados de la frontera, pero cuya historia estaba perdida. La presentaciรณn me impresionรณ, pero yo estaba muy ocupado con otro proyecto, asรญ que Rosas pasรณ a un segundo plano.

Entonces tuve un sueรฑo: Rosas, con huaraches y traje de algodรณn blanco, bailando el vals en su cabeza, mientras el mundo de 1890 se derrumbaba a su alrededor. A pesar del tumulto, bailaba con calma y determinaciรณn, como si siguiera la melodรญa hacia un destino aรบn no revelado. Cuando me despertรฉ, me dirigรญ a la computadora y escribรญ una pรกgina, mรกs o menos intentando captar no sรณlo las imรกgenes, sino tambiรฉn el sentimiento del sueรฑo.

Hace muchos aรฑos, escribรญ el libreto de una รณpera titulada Amรฉrica tropical, sobre el gran mural de 1932 de David Alfaro Siqueiros en la calle Olvera de Los รngeles, que fue literalmente blanqueado por el ayuntamiento y los fundadores de la ciudad, todos de raza blanca, por su contenido polรญtico. No solo nos arrebataron la imagen para siempre, sino que el artista fue deportado para no volver jamรกs. ยฟLa figura central del mural? Un indio de cuatro metros de altura crucificado en una cruz doble, frente al Ayuntamiento, presagiando el destino de su violento borrado, la doble injusticia del fanatismo pasado y presente.

Hoy, el mural โ€œAmรฉrica tropicalโ€ vive en un estado liminal. Aรฑos de sol californiano han desgastado el encalado del muro, dejando entrever las imรกgenes originales de Siqueiros. Entre dos mundos, viviendo al margen, la historia del mural es ahora tanto el golpe original de la provocaciรณn como el contragolpe del borrado, de la eliminaciรณn de la historia. Tesis y antรญtesis nos dejan para siempre en las fronteras, a menos que encontremos la manera de sintetizar la experiencia, ver mรกs allรก de la falsa fachada y reconciliar los misterios de nuestra relaciรณn tanto con el artista como con el silenciador del arte.

Como dramaturgo, mi trabajo consiste en traer a la luz esas capas de cal que ocultan la vida de Rosas y de tantos otros como รฉl. El daรฑo no puede deshacerse, pero hay una oportunidad de recuperaciรณn y una historia que contar en el fantasma de nuestra historia y nuestro misterio.

No todo el mundo ha olvidado a Rosas. Hay un pueblo que lleva su nombre, junto con una estatua, en la regiรณn centro-oriental del estado de Guanajuato, donde naciรณ y donde los otomรญes aรบn viven. Algรบn dรญa le presentarรฉ mis respetos. Pero escribo para dar vida a los muertos.

Juventino Rosas merece ser escuchado y visto. Porque cuando le vemos, nos vemos a nosotros mismos. Cuando escuchamos su mรบsica, รฉl vuelve a vivir. ~

Este artรญculo se publicรณ originalmente en Zocalo Public Square, una plataforma de ASU Media Enterprise que conecta a las personas con las ideas y entre sรญ.

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es dramaturgo, poeta y profesor de la Escuela de Arte Dramรกtico de la University of Southern California. Es autor de Ghost waltz, obra teatral sobre Juventino Rosas.


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