Durante la segunda mitad del siglo pasado, la insistente bรบsqueda de una discontinuidad (acaso confrontaciรณn) ante el esquema tradicional de la narrativa dio origen a obras literarias que pretenden suprimir o, como mรญnimo, alterar la linealidad. Esta legiรณn de inconformes con el formato tradicional de la novela no es novedad alguna. Sartre acuรฑรณ el tรฉrmino pero los antecedentes de la antinovela, aunque en su sentido vanguardista, datan de siglos anteriores. En el XVIII, Laurence Sterne, profundo admirador de Cervantes y atento lector de Gargantรบa y Pantagruel, se apartรณ de la estructura de este gรฉnero en La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy. Sobran ejemplos que se erigen a partir una marcada antipatรญa a la disposiciรณn secuencial de los elementos narrativos.
El paso, no siempre tan complaciente, hacia esta forma expresiva y las aproximaciones relacionadas difieren en complejidad. Digitalizar un documento es un simple traspaso: no es literatura digital, sino literatura digitalizada. Lo mรกs comรบn es que un espacio virtual confine un libro a la pantalla. En la literatura para la mรกquina hay infinidad de opciones: pensemos la cercanรญa de un smartphone o tableta como como soporte de lectura, aunque no estรฉn diseรฑados para disminuir la fatiga ocular. Y esa incerteza de finitud es clave para asignar al lector y su lectura (minuciosa con sus consiguientes especulaciones o fortuita repleta de lapsus) un papel protagรณnico. La lectura hipertextual exige al lector convertirse en un integrante mรกs dentro del inmenso capital de personajes y sus actos inventados. Mรกs que una trama configurada a lo largo de un inicio, un desarrollo y un desenlace, la hipertextualidad deja la construcciรณn en manos (y ojos) del lector y el final es prรกcticamente inexistente.
Crecen proyectos que no pretenden ser la รบltima manifestaciรณn de la hipertextualidad pero insisten en emular la sabidurรญa de Borges, quien dijo: “No me interesan los libros fรญsicamente (sobre todo los libros de los bibliรณfilos, que suelen ser desmesurados), sino las diversas valoraciones que el libro ha recibido”. Las piezas que parten de herramientas de producciรณn textual colaborativa como el foro, las salas de chat o el correo electrรณnico ya no son una minorรญa. We think alone de Miranda July, estรก conformada por diversos mails rescatados (y seleccionados por los dueรฑos de la cuenta de correo) de la carpeta de enviados de interlocutores como Kirsten Dunst o Etgar Keret. En 2007 fue lanzada A Million Penguins, una frustrada novela en red inspirada en la Wikipedia que recibรญa cien ediciones cada hora moderadas por un grupo de estudiantes. Esta plataforma, apoyada por Penguin y la Universidad De Montfort, concluyรณ a las cinco semanas no en una novela como tal sino en la exploraciรณn de “nuevas formas de publicaciรณn, autorรญa y colaboraciรณn”. Poco despuรฉs de A Million Penguins, nace Flight Paths, planteada como novela en red (e impresa en un futuro) con recursos multimedia mรกs atractivos que su antecesor. Los participantes no solamente contribuyen con textos, tambiรฉn pueden enviar imรกgenes, sonidos y hasta ideas vagas que puedan convertirse en parte de este thriller. Esta aleatoriedad se contrapone a un itinerario definido de lectura y amplia (si se tienen las competencias que clarifican el proceso) la capacidad de comprensiรณn: son textos facilitadores.
La adaptaciรณn digital de grandes obras de la literatura universal con el objetivo de proporcionar un acercamiento innovador a los clรกsicos ha sido exitosa en casos como El Quijote Interactivoo The Golden Notebook (que es una exploraciรณn a partir de la lectura de siete escritoras de El cuaderno dorado de Doris Lessing. En esta lรญnea de relectura, se encuentra 88 Constellations for Wittgenstein (to be played with the Left Hand) del artista canadiense David Clark. Este hibrido entre el cine pensado para internet y la instalaciรณn en lรญnea es una verdadera joya de la hiperficciรณn explorativa. Elegir un trayecto de lectura genera una ficciรณn conversacional. La estilรญstica repiensa la figura del filรณsofo, su obra y sus circunstancias. Este ensayo, catalogado como documental transmedia, es exhaustivo y se sustenta en instrumentos narrativos que son comunes en la literatura electrรณnica, como efectos visuales y sonoridad, pero es su procedimiento de interacciรณn que lo hace รบnico: la bรณveda celeste con 88 reinterpretaciones, que tienen un lรญmite preciso a la sombra de una figura infinita. Este hombre, paranoico y crรณnicamente tergiversado, se proyecta en las constelaciones. Todo Wittgenstein se encuentra en este mapa celestial refundado en ideas, opiniones, vivencias: una verdad de ficciรณn. รl es Orion y su pensamiento estรก en transiciรณn, el lector le da nuevos significados. Si bien los fragmentos son prรณximos, la conexiรณn radica en la constelaciรณn en sรญ misma y la lectura (somos partรญcipes de un hecho) que hacemos de ella: "El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas". El diagrama de constelaciรณn se adapta a la perfecciรณn a la lรณgica del Tractatus logico-philosophicus, un punto es un hecho y dos puntos se conectan con una lรญnea. La lรญnea, entonces, es una historia.
Realizada en un lapso de cuatro aรฑos (2004-2008), 88 Constellations for Wittgenstein (to be played with the Left Hand) se mantiene vigente por su complejidad y su รฉxito radica en completar las cualidades tradicionales y digitales de la literatura. No importa la constelaciรณn elegida, sino el hecho: es รบnico y se deriva de una variabilidad. El montaje, su sensaciรณn atemporal, trastoca la perspectiva del lector y lo involucra. Las propiedades formales de 88 Constellations for Wittgenstein… son muy relevantes debido a las estrategias comunicativas que desarrolla Clark para lograr, con una interface es bastante atractiva, que lo participativo y enciclopรฉdico sea una provocativa experiencia, mรกs que un espacio de programaciรณn por procedimientos. Aquรญ el listado de instrucciones se repite dentro de la megaestructura de datos pero nunca jamรกs en la lectura que hacemos de ellos La multilinealidad de esta pieza replantea la pregunta de Wittgestein: ¿Si el mundo es la totalidad de los hechos, quรฉ lenguaje y quรฉ realidad son los que aparecen la pantalla?
es escritora. Con su libro Teorรญa de cuerdas obtuvo el Premio Nacional de Literatura "Gilberto Owen" 2018. En su pรกgina web POETronica (poetronica.net) dialoga con poesรญa y multimedia.