Suculento cerdo

Hoy, como siempre, los clรกsicos estรกn bajo ataque. Izquierda, derecha, religiones, sicรณlogos, pacatos, perezosos, dictadorzuelos, acadรฉmicos, cada bando halla razones por la que no deben leerse.
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En 1952, la Enciclopedia Britรกnica publicรณ Grandes libros del mundo occidental. El primer tomo era un largo prรณlogo de la que serรญa una colecciรณn de sesenta volรบmenes. Comienza con estas palabras: โ€œHasta รบltimas fechas, Occidente habรญa considerado una obviedad que el camino hacia la educaciรณn constaba de grandes libros. Ningรบn hombre estaba educado a menos que conociera las obras maestras de su tradiciรณn. Nunca hubo dudas en la mente de nadie sobre cuรกles eran estas obras maestrasโ€.

Los autores incluidos van desde Homero hasta Samuel Beckett. Y, por supuesto, no faltaron las crรญticas por incluir tal o cual escritor u obra y dejar fuera a otros; esto ocurre automรกticamente cada vez que alguien propone una lista de lecturas. Sobre todo, hubo crรญticas que argumentaban que los clรกsicos eran patrimonio de una รฉlite y poco tenรญan que decir al grueso de los contemporรกneos.

โ€œHasta muy recientementeโ€, continรบa el prรณlogo, โ€œestos libros fueron esenciales en la educaciรณn de Occidente. Fueron el instrumento esencial de la educaciรณn liberal, la educaciรณn que adquirรญan los hombres como un fin, por ningรบn otro propรณsito que para crecer como hombres, vivir vidas humanas, y mejores vidas que las disponibles para aquellos que no se eduquenโ€.

Por supuesto, hay palabras de lamentaciรณn: โ€œLa educaciรณn en Occidente se ha venido deteriorando consistentementeโ€, asรญ como โ€œlos grandes libros han desaparecido, o casi desaparecido, de la educaciรณn en los Estados Unidosโ€. Y como ese paรญs ha dictado las normas culturales al resto del mundo, agregan: โ€œvaticinamos su desapariciรณn en todos los paรญses occidentalesโ€.

Todos los libros incluidos en la selecciรณn de la Enciclopedia Britรกnica son grandes libros y toda alma se halla en estado cuasizoรณtico si no lee una buena parte de ellos. La antologรญa tiene defectos, pero mรกs defectuosa es la actitud de desecharla por sus defectos.

En Mรฉxico, hace cien aรฑos, Vasconcelos tuvo la misma certeza de todo hombre educado: que los clรกsicos eran necesarios. Entonces se embarcรณ en el proyecto de hacerlos accesibles para los mexicanos. Por supuesto, hubo de enfrentarse a muchos opositores. Claude Fell cuenta que โ€œse manifestรณ con virulencia la hostilidad de algunos diputadosโ€ฆ Se reprochรณ a Vasconcelos el despilfarro de fondos pรบblicos, la imposiciรณn de criterios culturales no populares, una actitud considerada como despreciativa ante las verdaderas necesidades del pueblo, la publicaciรณn de obras de difรญcil lectura, histรณricamente anacrรณnicas y carentes de aplicaciรณn prรกctica inmediataโ€.

Claro que se habla de โ€œdespilfarro de fondos pรบblicosโ€ porque se trata de libros. โ€œEn vez de clรกsicos hay que imprimir silabariosโ€, decรญan. Si las mentes estรกn desnutridas, hay que matarlas de hambre.

El volumen mรกs criticado en el proyecto de Vasconcelos fue las Enรฉadas, de Plotino. ยฟY quรฉ serรญa de nosotros sin Plotino? Plotino se ocupa de las virtudes, de la belleza, de la felicidad. Y lo hace mucho mejor que una tetratรฉtica guรญa รฉtica. โ€œEl alma es bella por la inteligenciaโ€, dice Plotino. Tambiรฉn habla de la belleza de la inteligencia.

Vasconcelos ademรกs publicรณ obras de Homero, Esquilo, Eurรญpides, Platรณn, Plutarco, Dante, Goethe, Tolstรณi, Tagore y Rolland, asรญ como los Evangelios, y hubiesen venido mรกs libros, de no ser porque dejรณ la Secretarรญa de Educaciรณn. Entonces los opositores respiraron tranquilos. Cambiaron โ€œLa cรณlera, canta, oh diosa, del Pelida Aquiles, maldita, que causรณ a los aqueos incontables doloresโ€ por โ€œMi mamรก me mimaโ€.

Hoy, como siempre, los clรกsicos estรกn bajo ataque y razones no faltan. Izquierda, derecha, feminismo, minorรญas raciales o nacionales o sexuales, religiones, sicรณlogos, pacatos, perezosos, dictadorzuelos, acadรฉmicos, cada bando halla razones por la que no deben leerse los clรกsicos.

Luego de la รบltima nota periodรญstica sobre otra universidad que sacรณ a Homero del currรญculum, me puse a releer la Ilรญada. La estoy disfrutando mรกs que nunca. Una joya viva, bella y resplandeciente que se acerca a los tres mil aรฑos. O, para ponerlo en tรฉrminos gastronรณmicos y con palabras del mismo Homero, es โ€œun suculento cerdo, floreciente en seboโ€.

Deliciosa la Ilรญada y la Odisea. Me encanta el cerdo.

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(Monterrey, 1961) es escritor. Fue ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2017 por su novela Olegaroy.


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