En avión y en bicicleta

El resultado práctico de intentar generalizar el progreso desde arriba es el fracaso. Se desdeña el progreso en bicicleta, y nunca se alcanza la utopía de que todos suban al avión.
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Es un error creer que las innovaciones más recientes superan lo que había y lo vuelven obsoleto. Lo más común es que convivan lo nuevo y lo viejo.

Hay inventos milenarios que resultaron insuperables, por ejemplo: la rueda. En seis mil años, no se ha inventado algo que la vuelva obsoleta.

En el otro extremo está el fax, desarrollado por Xerox como una máquina para telecopiar por línea telefónica. El lanzamiento en 1964 fue un éxito fulminante. Todos querían tener fax. Pero, unas décadas después, el fax se volvió obsoleto, frente al correo electrónico.

Históricamente, el avión se inventó antes que la bicicleta. Es una especie de ave (avión) que nació del sueño de volar como las aves. Según la mitología griega, el famoso inventor Dédalo convirtió el sueño en realidad. Ató plumas de águila a sus brazos con hilos y cera, y usó plumón de perdiz para el resto del cuerpo. Vestido como ave, se expuso al viento y empezó a volar, agitando los brazos.

Hizo lo mismo con su hijo Ícaro, advirtiéndole que no volara demasiado alto, porque el sol derretiría la cera. Pero Ícaro se entusiasmó tanto con subir y subir que la cera se derritió y el “avión” se desplomó.

Leonardo da Vinci inventó el ornitóptero (pájaro volador), una especie de planeador con piloto tripulante. Pero no lo construyó.

El primero en diseñar, construir y volar un planeador fue Otto Lilienthal en 1891. Los primeros en volar aviones con motor fueron los hermanos Wilbur y Orville Wright en 1903. A partir de entonces, hubo aviones cada vez mayores, más rápidos y capaces de volar más lejos.

El Concorde hacía 3.5 horas de Londres a Nueva York, pero no superó económicamente a los aviones más lentos y, en menos de tres décadas (1976-2003) salió del mercado.

La bicicleta se inventó en 1817. Desciende de la rueda, y parece que tendrá la misma longevidad. Su ventaja insuperada es el bajo consumo de energía por kilómetro recorrido: menos que andar a pie, y menos también que moverse en automóvil o en avión. Nació “verde”.

La conciencia ecológica empezó por el uso masivo de herbicidas y fertilizantes, pero pronto se amplió al uso de combustibles fósiles. Son la mayor fuente de contaminación del ambiente. Y su costo es cada vez mayor.

Antes de que estallara la crisis petrolera de 1973, el precio del barril de petróleo estaba en dos dólares. Pronto se quintuplicó a 10. Hoy sobrepasa los 60. Esto favorece el uso de la bicicleta.

Los países más desarrollados son los más ciclistas. Encabeza la lista Holanda. Según Discerning Cyclist (Bicycle usage statistics by country) en 2023, Holanda tenía una población de 17.5 millones que tenían 23 millones de bicicletas, 1.3 por habitante.

En los países menos desarrollados, las cosas se complican por los buenos sentimientos. De andar a pie a moverse en bicicleta, el progreso es enorme y la inversión mínima. Hay bicicletas que cuestan menos de $3,000.

La bicicleta puede ser para todos, y convivir con los otros medios de transporte, como en Holanda. Pero, en los países menos desarrollados, desde la altura del progreso en avión, la pobreza allá abajo despierta impulsos ilusorios: dar a todos asiento en el avión, incorporarlos al único modelo deseable de vivir, que es el suyo: mucha escolaridad, empleo formal con buenas prestaciones y acumulación de méritos que permitan ascender a puestos más altos. Les parece poco pedalear en bicicleta.

No saben favorecer otras vías de plenitud humana, porque no las admiran. Y, sin embargo, el progreso sin ascenso de un puesto a otro es normal en las profesiones libres, los oficios, las artesanías, las artes y todo tipo de pequeñas empresas. Fue de hecho el modelo universal, hasta que apareció el gigantismo del siglo XX, con sus imágenes fascinantes de grandeza, poder, celebridad, en grandes estructuras de poder económico, político, mediático, institucional.

El resultado práctico de intentar generalizar el progreso desde arriba es el fracaso. Se desdeña el progreso en bicicleta, y nunca se alcanza la utopía de que todos suban al avión. Las buenas intenciones se quedan en las nubes, mientras los pobres, como siempre, siguen a pie, sin avión ni bicicleta.

La solución tiene que ser híbrida: mejorar tanto arriba como abajo. El progreso en avión y en bicicleta. ~


Publicado en Reforma el 27/IV/25.


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