Así pensaban los liberales

El gobierno ha querido expropiar la palabra liberal, pero esto es imposible. La historia del liberalismo mexicano fue una lucha por defender principios que el gobierno viola, desvirtúa, pervierte y corrompe.
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El gobierno ha querido expropiar la palabra liberal. Es imposible. Toda la historia del liberalismo mexicano fue una lucha por defender principios que el gobierno viola, desvirtúa, pervierte y corrompe. Acá una muestra mínima del pensamiento liberal en el siglo XIX.

 

Contra el poder absoluto

“Nada más importante para una nación que ha adoptado el sistema republicano […] que disminuir los motivos reales o aparentes que puedan acumular una gran masa de autoridad y poder en manos de un solo hombre […] El amor del poder, innato en el hombre y siempre progresivo en el gobierno, es mucho más temible en las repúblicas que en las monarquías”.

José María Luis Mora, Discurso sobre los medios de que se vale la ambición para destruir la libertad, 1827.

“El mal no está en el depositario del poder; está, sí, en el poder mismo. Siempre que éste sea absoluto e ilimitado, sean cuales fueren las manos en que se deposite, ha de causar los mismos males”.

José María Luis Mora, El Sol, 13 de mayo de 1824.

 

Por la legalidad

“Sacrificar el orden y las leyes libremente adoptadas a los planes más o menos ilusorios de un hombre, por muy ameritado que se le suponga, sería hundirnos en una anarquía sin término, arruinar por completo los elementos de prosperidad en el país, destruir quizá para siempre nuestra reputación en el mundo y comprometer en lo futuro nuestra misma independencia”.

Benito Juárez, Discurso de toma de protesta como presidente electo, 1 de diciembre de 1871.

Por la libertad de opinión

“La discusión es permitida por la ley y debe ser fomentada por el gobierno, para así asegurar la libertad del pensamiento. [Los que sostienen opiniones contrarias] son todos hijos de la patria […] la nación no reconoce partidos. Como sabe que el simple error no es delito, oye, admite y califica las opiniones más encontradas, pesándolas en la balanza de la razón”.

José María Luis Mora, El Observador, 24 de marzo de 1830.

 

Por la tolerancia

“¿Por qué la reprobación en las doctrinas ha de cambiarse en odio a las personas? […] ¿Quién es el dueño exclusivo de la verdad?, ¿quién es el que está sumergido en el error?”.

Melchor Ocampo, Reflexiones sobre la tolerancia, s/f.

“Mientras no se establezca por base moral y civil la tolerancia política […] es decir, la seguridad perfecta de no ser molestado por exponer las propias opiniones; mientras los hombres que siguen determinados principios se crean con obligación o facultad de maldecir o perseguir a los que profesan doctrina diferente o contraria; […] mientras no se generalice el hábito de sufrir la contradicción y censura ajena, es imposible la regeneración política de los pueblos”.

José María Luis Mora, Discurso sobre las aversiones políticas que en tiempos de revolución se profesan unos a otros los ciudadanos, 1830.

“La libertad de conciencia […] es un principio incontrovertible”.

José María Mata, Discurso ante el Congreso Constituyente, 1856.

 

Por la unión de la patria

“¡La patria está en peligro! Pero unidos lo conjuraremos. Es hablando, no matándonos, como habremos de entendernos […] En nombre de nuestra religión, de vuestras familias, de vuestra dignidad, de vuestros intereses todos, os ruego que permanezcáis unidos. ¡En nombre de todos nuestros recuerdos y aspiraciones de honor y gloria!”.

Melchor Ocampo, Discurso del 16 de septiembre de 1852.

 

Contra el pensamiento uniforme

“Porque cada liberal lo es hasta el grado en que sabe, o en que desea manumitirse; y nuestros contrarios son todos igualmente serviles y casi igualmente pupilos”.

Melchor Ocampo, Carta a D. A. García, 8 de marzo de 1853.

 

Contra el revanchismo en la victoria

“No ha querido ni ha debido antes el gobierno, y menos debiera en la hora del triunfo completo de la República, dejarse inspirar por ningún sentimiento de pasión contra los que lo han combatido […] Encaminemos ahora todos nuestros esfuerzos a obtener y consolidar los beneficios de la paz […] Que el pueblo y el gobierno respeten los derechos de todos pues entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.

Benito Juárez, Manifiesto, 15 de julio de 1867.

 

Publicado en Reforma el 14/VI/20.

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Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clío.


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