La inmortal Hélène Carrère d’Encausse: una mirada personal

La historiadora francesa, experta en la Rusia imperial, soviética y postsoviética, ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2023.
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Se ha descrito a Hélène Carrère d’Encausse (nacida el 6 de julio de 1929 en París) de diversas maneras, tras haber sido galardonada con el –muy merecido– Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales de 2023. Es madre (no siempre amorosa y comprensiva) del escritor Emmanuel Carrère (que ya recibió, a su vez, el Princesa de Asturias de las Letras en 2021). Es también Secretario Perpetuo de la Academia Francesa (considera el lenguaje inclusivo una moda arbitraria y pasajera), doctora honoris causa por muchas universidades y eurodiputada por la Agrupación por la República de Francia (en 1994-1999), además de brillante historiadora especializada en la Rusia imperial, soviética y postsoviética, lo que le ha valido el sobrenombre de “zarina de los kremlinólogos”. Muchos la recordarán por haber predicho la desintegración de la Unión Soviética en su libro L’ Empire éclaté, publicado en 1978 y traducido al español como El triunfo de las nacionalidades. El fin del imperio soviético (Rialp, 1991), aunque partía de la premisa errónea de que los irredentismos de las poblaciones musulmanas de la Asia central echarían abajo el poder comunista.

Entre su abundante bibliografía, destacaría dos títulos que han cobrado acuciosa importancia en el contexto de la invasión rusa de Ucrania: el primero, La Russie inachevée [Rusia inacabada, Salvat, 2000], donde se plantea si existe una excepcional fatalidad que empuja al pueblo ruso a marginarse de la modernidad global. El segundo, no traducido aún al español , se titula Le Malheur russe. Essai sur le meurtre politique (1988) (“La desgracia rusa. Ensayo sobre el asesinato político”), y en él se analiza el elemento recurrente más trágico de la historia rusa: la violencia política, desde el siglo XII hasta las purgas de Stalin. Destaco estos dos libros, porque el primero explica la incapacidad de Rusia para convertirse en un Estado nación y renunciar al imperio: de ahí el uso del sintagma “Rusia inacabada”, tomado de un verso de Aleksandr Pushkin. El segundo trata acerca de la tradición de asesinar a los oponentes políticos por parte de los gobiernos rusos de cualquier signo.

Hélène Carrère d’Encausse es mi heroína, tanto por su trayectoria vital (como hija de emigrantes de la Rusia imperial, de padre georgiano y madre rusa, casada ella misma con un francés) como por su labor académica, pero, sobre todo, porque entre los historiadores, representa lo que George Kennan entre los diplomáticos. Kennan diseñó la doctrina de la contención de la Unión Soviética, que fue la clave de la resistencia de las democracias liberales al totalitarismo soviético; Hélène Carrère nos hizo comprender cómo era la URSS, y nos reveló que no iba a ser eterna.

A la mirada o visión personal de la gran historiadora francesa debo añadir que, al igual que Hannah Arendt, me enseñó que comprender no es justificar. En 2022, en una entrevista, cuando se la acusó de ser complaciente con el régimen de Vladimir Putin (se había reunido varias veces con él en 2000), respondió : “Si uno intenta explicar, le dicen: ‘ah, es usted putinófila’. Pues yo, en conciencia, prefiero explicar”. Y añadía: “El trabajo del historiador, del científico, no es amar o detestar, sino intentar comprender”. Hannah Arendt lo había dicho en una entrevista con Günter Gaus emitida el 28 de octubre de 1964 en la televisión alemana: “Lo esencial para mí es la necesidad de comprender. Y a esta comprensión remite también, en mi caso, la escritura. La escritura es parte del proceso de comprensión”.

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es investigadora principal del Real Instituto
Elcano y autora de Breve historia de la Revolución rusa (Galaxia
Gutenberg, 2017)


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