Julio Camba, dijo Josep Pla en 1975, es โel mejor escritor de artรญculos de este paรญsโ. Pese a la precisiรณn con que Pla lo decรญa โo lo escribรญaโ todo, me atrevo a discutir su afirmaciรณn. En mi opiniรณn, le sobra โde artรญculosโ. Los escritores son piezas enteras. La excelencia en cualquiera de las facetas que cultiven irradia toda su personalidad. Francisco Fuster, autor de esta elegante biografรญa de Camba โcuya frase final es la primera de este artรญculoโ, cree que el autor deย La casa de Lรบculoย estรก lejos de ser leรญdo hoy como deberรญa, y puede que cerca del olvido. Si es asรญ, hay que lamentarse, porque Camba tendrรญa que ser objeto de lectura, estudio y disfrute en todas las facultades de letras y escuelas de escritura del mundo hispรกnico, junto con Gonzรกlez-Ruano, Cunqueiro, Pla, Ignacio Aldecoa, Umbral, Millรกs y Joaquรญn Vidal. Su prosa es una de las mรกs agudas que se haya escrito en espaรฑol en el sigloย XX. Su rasgo principal, que harรญan bien en emular cuantos manejan el idioma como herramienta de persuasiรณn, es la ausencia total de superfluidad. En los artรญculos de Camba no hay redundancias โsalvo las que se permite con un fin expresivo, casi siempre para dar cauce a la ironรญaโ, circunloquios, anfibologรญas, adjetivos sobrantes o imรกgenes que chapoteen entre palabras, como si no acabaran de encontrar la forma exacta de manifestarse; y ambigรผedades, solo las justas, cuando asรญ lo decide el escritor, para garantizar la textura literaria de lo dicho. Camba siempre dice lo que quiere decir de la forma mรกs lรบcida y desnuda posible, sin merma de su lustre formal ni su acuidad intelectual. Para ello se sirve de un castellano minucioso y sensato, con el que plasma una singular habilidad para el razonamiento inductivo, esto es, para extraer, a partir de la observaciรณn de ejemplos concretos, conclusiones o leyes de carรกcter general, y regado siempre de paradojas, que son el cimiento de su funciรณn irรณnica, de su escrutinio desapegado y hasta un tanto cรญnico de la realidad. Como Chesterton, como Cioran (ambos opuestos en el tono: el inglรฉs, jovial, pero en el fondo triste; el rumano, tenebroso, pero pese a ello alegre), Camba mantiene encendida la llama de la antรญtesis iluminadora, aunque enunciada con cachaza galaica, con la despreocupaciรณn โy, a veces, con el aparente desinterรฉsโ de quien estรก en eso del articulismo โy de la literaturaโ por casualidad, o incluso a su pesar, pero no obstante lo ejecuta con frialdad profesional, con rigor ajeno a inadecuadas implicaciones emocionales.
Aunque Julio Camba implicaciones emocionales tuvo muchas a lo largo de su vida (si bien no sentimentales: no se casรณ nunca, ni tuvo hijos, ni se le conocen relaciones estables con personas de uno u otro sexo). Naciรณ en 1884 en Villanueva de Arosa, en el seno de una familia acomodada. Pero, urgido por unas inquietudes intelectuales y polรญticas para las que no encontraba satisfacciรณn en aquella comarca arrinconada y poco estimulante de un paรญs en decadencia, se decidiรณ a hacer lo que hacรญan tantos paisanos suyos y emigrรณ โde polizรณn en un barcoโ a la Argentina, donde apenas viviรณ un aรฑo y medio, mezclado con los anarquistas porteรฑos, dando clases nocturnas, redactando panfletos y colaborando con un periรณdico llamado nada menos que La Protesta Humana. Su participaciรณn en una huelga a finales de 1902 le comportรณ la expulsiรณn del paรญs. En Espaรฑa, publica un artรญculo sobre el amor libre (por el que el obispo de Santiago excomulgรณ al semanario donde habรญa aparecido), colabora con revistas que defienden el ideal libertario, como Tiempo y Libertad, y hasta funda un semanario โrevolucionarioโ, El Rebelde, que tuvo una corta vida, pero que le permitiรณ a Camba acrecentar su prestigio entre la izquierda espaรฑola: fue detenido catorce veces en poco mรกs de un aรฑo por โdelitos de imprentaโ, algunos de los cuales le fueron imputados por jalear los magnicidios de Antonio Maura y Antonio Cรกnovas del Castillo (tambiรฉn serรญa llamado a declarar en el caso de Mateo Morral, el anarquista que habรญa intentado asesinar a Alfonso XIII el dรญa de su boda).
La felicidad de su pluma, no obstante, despierta el interรฉs de medios mรกs acomodados โy menos levantiscosโ, que le ofrecen colaboraciones. En 1907 abandona su credo anarquista y se incorpora a un diario monรกrquico, El Mundo, desde el que iniciarรก una carrera de cronista y corresponsal en los mayores y mรกs conservadores periรณdicos espaรฑoles, como El Sol y abc, en el รบltimo de los cuales escribirรก hasta su muerte. Camba experimenta, asรญ, la clรกsica (clรกsica por lo repetida, no por su ejemplaridad) evoluciรณn ideolรณgica: del radicalismo juvenil al conservadurismo mรกs tenaz โque รฉl disimulรณ, en sus รบltimas dรฉcadas, de liberalismo vagamente crรญtico con el Rรฉgimenโ, pasando por el abrazo decidido al levantamiento militar del 36 y la dictadura instaurada por el general Franco. Fuster aventura, con razones atendibles, que el motivo de su desafecciรณn por la Repรบblica no fue tanto polรญtico como material: Camba no recibiรณ el cargo diplomรกtico que esperaba de las nuevas autoridades republicanas, y que sรญ se les concediรณ a otros intelectuales y escritores, muchos de ellos amigos suyos y compaรฑeros de generaciรณn โPรฉrez de Ayala, Madariaga, Maraรฑรณn, Ortega y Gasset, Azorรญn, Unamunoโ, y se sintiรณ asimismo abandonado por estos. En el abc de Sevilla publica desde mediados de 1937 artรญculos acerbos contra la Repรบblica, otros ferozmente anticomunistas, alguno hasta antisemita y, el 11 de enero de 1938, con el tรญtulo de โEl tabรบโ, un panegรญrico de Franco: โยกFranco! ยกFranco! ยกFranco!โฆ Una de las cosas que mejor demuestran la limpieza de nuestra vida pรบblica es esta claridad con que pronunciamos todos el nombre del Caudillo. Franco. Francisco Franco Bahamonde. ยกSaludo a Franco! ยกViva Franco!โ Los escritores tan dotados como Camba estรกn siempre al borde, si no los contiene un freno moral que deben haberse procurado y no dejar de cultivar, de poner sus privilegiados recursos al servicio de la iniquidad. Y eso hizo Julio Camba no solo con la eclosiรณn del fascismo hispano, sino con artรญculos tan caracterรญsticos de su paradรณjica pluma como aberrantes, como โEn defensa del analfabetismoโ, publicado en abc y fechado en Nueva York el 17 de junio de 1931, donde escribe: โEl analfabetismo, como causa de atraso y de barbarie, es una supersticiรณn de nuestras izquierdas. [โฆ] en Espaรฑa solo los analfabetos conservan รญntegra la inteligenciaโฆโ
El triunfo de los suyos en la Guerra Civil le supuso a Camba la tranquilidad definitiva โsiguiรณ colaborando en los mejores periรณdicos del paรญs (y tambiรฉn en Arriba, de la Falange), aunque a menudo lo hacรญa con refritos,y publicando recopilaciones de sus artรญculos; y obtuvo diversos reconocimientos, aunque no quiso entrar en la Academia, alegando que รฉl no necesitaba un sillรณn en la docta casa, sino un piso, y que eso no se lo iban a dar los acadรฉmicosโ, pero tambiรฉn el principio de su decadencia literaria. Su trabajo mรกs brillante, con sus viajes por el mundo y sus legendarias corresponsalรญas en Estambul, Parรญs, Londres, Roma, Berlรญn y Nueva York, habรญa muerto con el conflicto, y, salvo alguna excepciรณn, Camba se limitรณ a sobrevivir; en buena medida, a sobrevivirse a sรญ mismo: a su figura de cronista certero, luminoso y cosmopolita, y a escritor de humor fino y retranca acreditada. La metรกfora de este encierro en sรญ mismo, sin apenas obra encomiable ni trabajo innovador, es su encierro en el hotel Palace de Madrid, en el que vive desde 1949 hasta su muerte en 1962. Allรญ pasa el tiempo acostado, atendiendo el telรฉfono con una visera de oficinista y leyendo novelas policiacas en inglรฉs.
Francisco Fuster ha escrito una biografรญa รณptima de Julio Camba โmerecedora del Premio Antonio Domรญnguez Ortiz de Biografรญas 2022โ, en la que mezcla con tino los aspectos periodรญsticos, literarios, estilรญsticos y personales del biografiado. No empece la objetividad con que trata los asuntos que se apropie, en ocasiones, del procedimiento expresivo preferido de Camba: la paradoja. Al describir el despacho de este en la รบnica vivienda estable que tuvo en su vida, en la calle Menรฉndez y Pelayo de Madrid, dice: โEs el despacho de un escritor al que, sin embargo, le gusta escribir en cualquier lugar, menos en el despacho.โ ~x
(Barcelona, 1962) es poeta, traductor y crรญtico literario. En 2011 publicรณ el libro de poemas El desierto verde (El Gato Gris).