Fernando Pessoa (y sus heterรณnimos: รlvaro Campos, Alberto Caeiro y Ricardo Reis) sentรณ las bases, en el primer tercio del pasado siglo, para la modernizaciรณn de la poesรญa portuguesa. Su obra, ajena a cualquier moda o tendencia, quiso ser una summa poรฉtica. Esa vรญa de renovaciรณn โque buscaba la totalidad en la polifonรญaโ no tuvo continuidad, pues los poetas lusos posteriores (Ruy Belo, Cรฉsariny, OโNeill, Eugenio de Andrade, Antonio Ramos Rosa, Fiama Hasse Pais Brandao, Luiza Neto Jorge, Gastao Cruz, Herberto Helder…) intentaron vivificar la poesรญa al amparo de distintos movimientos: neorrealismo, surrealismo, psicologismo, concretismo, irracionalismo visionario… La dispersiรณn se vio agravada por la fiebre experimental de los aรฑos sesenta, que violentรณ formas, prescindiรณ del sujeto e hizo malabarismos con los significados. Como rรฉplica a estos excesos, en los aรฑos setenta, libres ya de las constricciones morales y polรญticas del salazarismo, un grueso de poetas portugueses (Eduardo Paz Barroso, Vasco Graรงa Moura, Nuno Judice, Joao Miguel Fernรกndez, Fรกtima Maldonado, Antonio Franco Alexandre…) recuperan el sujeto y dotan al poema de un inequรญvoco sentido al versar sobre diversas experiencias cotidianas. A dicha generaciรณn pertenece Al Berto.
Una vida intensa se puede resumir en pocas lรญneas: Alberto Raposo Pidwell Tavares naciรณ en 1948 en Coimbra, su familia โde origen britรกnicoโ pertenecรญa a la alta burguesรญa conservadora, estudiรณ artes plรกsticas, abandonรณ Portugal en 1967 para viajar por Bรฉlgica, Francia y Espaรฑa, y en ese autoexilio tuvo vivencias extremas frecuentando ambientes marginales y dando rienda suelta a su homosexualidad; regresรณ a su paรญs despuรฉs de la Revoluciรณn de los Claveles, a partir de 1977 se editarรกn sus poemarios (A procura do Vento num Jardim dโAgosto, Meu Fruto de Morder, Todas as Horas, Trabalhos do Olhar, O Ultimo Habitante, Filmagens, Sete dos Oficios, Roulottes da noite de Lisboa, Salsugem, A Secreta Vida das Imagens, A Seguir o Deserto, Uma Existรชncia de Papel, Finita Melancolia, Horto de Incรชndio…), y muriรณ de linfoma en Sines en 1997. Un aรฑo despuรฉs, la editorial Assรญro & Alvim publicarรก con el tรญtulo O Medo la casi totalidad de su obra, pues no incluye los libros Lunรกrio (1988) y O Anjo Mudo (1993). Estos datos, que acotan superficialmente el curso vital del poeta, apenas dicen nada de su calado humano, de su ansia por vivir sin restricciones morales o sociales (โes siempre una mentira existir/ fuera de aquello que estรก en el fondo de mรญโ), de sus quebrantos emocionales y fรญsicos, del vรฉrtigo de algunas de sus experiencias o del desasosiego lรบcido con que afrontรณ sus postreros aรฑos de vida. Todo esos aspectos se manifiestan en sus poemas.
En los primeros poemarios de Al Berto โfruto de sus recientes vivencias o quizรก como mimesis de Genet, Burroughs, Pasolini o Fassbinderโ ensalza la sordidez de determinadas conductas consideradas perversas y, a modo de propรณsito o emblema, dirรก al respecto: โsรณlo la sangre, el moco, el sudor, tienen verdadera/ dignidad de tintaโ. Esta declaraciรณn de principios, mรกs provocativa y circunstancial que fin en sรญ misma, se atenuarรก, hasta casi desaparecer, conforme el poeta madura en aรฑos y estilo. Tal trayectoria se percibe con claridad en la presente antologรญa (que, dicho sea de paso, sabe a poco), aunque en ella se obvien los poemas mรกs procaces y obscenos de esa primera รฉpoca.
La escritura supone para Al Berto (que se toma la licencia de no escribir jamรกs nada en mayรบsculas) una forma de testimonio y reflexiรณn; una suerte de confesiรณn en voz baja de sus intimidades, derrotas, miedos y presagios (โesta piel-memoria exhalando no sรฉ quรฉ desastreโ). A travรฉs de la escritura (โprimera morada del silencioโ desde donde โmejor engaรฑo a la muerteโ ) se siente vivo y evoca con melancolรญa su errรกtico pasado en el que โla vida cincelรณ el precario cuerpo/ en la luz afilada de un vestigio de tintaโ. El cuerpo (segunda morada que, segรบn dice el poeta, se mueve โdetrรกs de las palabrasโ) es materia de experiencia o, cuando falta, motivo de aรฑoranza. Al Berto tambiรฉn necesitaba escribir para instaurar una realidad paralela y benigna que burlase al tiempo y asรญ demorar la muerte presentida: โyo sรฉ que si consigo escribir/ un verso todas las noches aunque sรณlo sea un verso/ serรก suficiente para aplazar el blanco infinito de la muerteโ. Si tuviรฉramos que realizar una genรฉtica de la obra de Al Berto respecto a la tradiciรณn poรฉtica portuguesa, me atreverรญa a decir que en sus poemas, sin menoscabar su singularidad, hay ecos del simbolismo de Camilo Pessanha, del neorrealismo de Cesรกreo Verde, de la filosofรญa libertaria de Alberto Caeiro, de la sed amorosa de Florbela Espanca y del surrealismo de Mario Cรฉsariny.
Conforme avanzaba la enfermedad que le consumรญa, en sus poemas se reflejan sentimientos de soledad, duda, amargura y desconsuelo: โยฟquรฉ se yo sobre tempestades de la sangre? […] los dรญas son pequeรฑas manchas de color sin nadie […] y nada mรกs se mueve en el centrifugado/ de los segundos- todo nos falta/ ni la vida ni lo que de ella queda nos consuela/ la ausencia brilla en la aurora de las maรฑanasโ. Quiere huir de la realidad โde ahรญ que en sus versos abunden imรกgenes irracionales u onรญricasโ mediante el sueรฑo (โnecesito el sueรฑo y la pesadilla/ la proximidad vertiginosa de los espejos y/ pernoctar en el fondo de mรญ con las manos suciasโ) o los recuerdos felices (โotros cuerpos de lodo y sal atraviesan el silencio/ de esta morada erigida en la precaria saliva del/ crepรบsculo)โ. Con frecuencia alude al mar y, en especial, a su lรญmite deleznable o salsugem: lodo y sal, arkhรฉ (barro primigenio) del que toda vida proviene; metรกfora del territorio vital en el que el poeta quiso habitar. Sus postreros poemas llegan incluso a ser testamentales: โrecomienzo la huida, la รบltima, y en ella he de morir con los/ ojos abiertos, pendiente del mรญnimo rumor, del mรกs pequeรฑo/ gesto โpendiente de la metamorfosis del cuerpo que siempre/ rechazรณ el aburrimientoโ. Quiero creer que asรญ fueron sus รบltimos momentos. ~