‘El tercer paĆ­s’, el Comala donde uno no quiere volver

El tercer paĆ­s

Karina Sainz Borgo

Lumen

Barcelona , 2021, 304

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Mezquite es aquel Comala donde uno no quiere volver. De ser posible, ni ir. Y aĆŗn asĆ­, el Mezquite de la novela El tercer paĆ­s (Lumen), publicada en marzo pasado, de la escritora y periodista venezolana Karina Sainz Borgo es un lugar que resuena en el imaginario colectivo venezolano. Es una frontera que se parece mucho, y me excuso con la autora ya que es una mera interpretaciĆ³n personal, a la seca, agotadora y desesperanzadora frontera por la que han huido millones de inmigrantes venezolanos cargando a sus espaldas el pasado y sus ilusiones. PodrĆ­a ser algĆŗn pueblo cerca de CĆŗcuta en Colombia o, tal vez, el KilĆ³metro 88 en el Estado BolĆ­var en Venezuela.

El tercer paĆ­s es una novela que no tiene miedo de ser. De obligarte a dormir con la protagonista, Angustias Romero, en el cementerio. De verle la cara a la oscuridad o a la violencia desatada, la de un hombre o la de un perro que ladra con rabia, que por momentos terminan siendo lo mismo, y a las consecuencias que conlleva tener que abandonar, a la fuerza, un paĆ­s ā€“Āæel primero?ā€“ para buscar un mejor futuro. 

ā€œLleguĆ© a Mezquite buscando a VisitaciĆ³n Salazar, la mujer que sepultĆ³ a mis hijos y me enseĆ±Ć³ a enterrar a los de otrosā€, arranca la novela, para inmediatamente llevarnos pocas lĆ­neas despuĆ©s a aquel descampado con un cartel pintado a brochazos en la entrada: ā€œEL TERCER PAƍSā€: ā€œun cementerio sin ley al que iban a parar los muertos que VisitaciĆ³n Salazar entierra a cambio de la voluntad, y a veces ni eso. Casi todos los que ahĆ­ reposaban nacieron y murieron en la misma fecha. Sus tumbas pobres estaban inscritas con garabatos sobre cemento fresco: la letra accidentada de los que nunca descansarĆ”n en pazā€.

El tercer paĆ­s es donde no queda nada que perder, pero donde tampoco se tienen muchas ganas de ā€œhacerā€. Lo que me hace pensar en las palabras de la antropĆ³loga venezolana, aunque nacida en HaitĆ­, Michaelle Ascencio sobre el libro de Ana Teresa Torres La herencia de la tribu: del mito de la independencia a la revoluciĆ³n bolivariana (Editorial Alfa): ā€œDe muchas cosas nos damos cuenta leyendo el libro. Particularmente, se me hizo claro nuestro afĆ”n por comenzar siempre de nuevo, nuestras dificultades para continuar y sostener un quehacer en el tiempoā€.

El sentido de la vida de los dos personajes principales estĆ” en la muerte, en ofrecerle un entierro digno a los fallecidos de un pueblo olvidado por las instituciones, las autoridades, el mundo e incluso pareciera que por Dios. La cultura popular, el mito y el rito estĆ”n presentes, lo que permite que nos reconozcamos en las lĆ­neas. 

El oficio y la labor de ambas de embellecer a los cadĆ”veres y de dar consuelo a los familiares es un ritual de Afrodita y es uno de esos finos hilos que traza la historia. A su vez lo erĆ³tico gira en torno a la muerte, en el sentido de un Eros hacedor de vida y de ser quien acompaƱa en el trĆ”nsito hacia el Hades. La novelista juega con tierra, territorio de lo elemental.

El elemento femenino, como sostĆ©n de la casa, estĆ” encarnado en las figuras que ā€œtiran paā€™ lanteā€ ante los desmanes de la vida: Angustias Romero y VisitaciĆ³n Salazar, frente a hombres dĆ©biles y cobardes, como el alcalde de Mezquite, Aurelio Ortiz, o el acordeonista, Jairo DomĆ­nguez. Es el retrato de una sociedad matriarcal de la cultura popular, y no tan popular, venezolana. Se nota en la imagen de mujeres que generalmente estĆ”n solas o acompaƱadas de otras mujeres, cosa que Sainz Borgo logrĆ³ transmitir tambiĆ©n en su primera novela La hija de la espaƱola. AllĆ­ lo deja claro en una carta de la protagonista a su madre: ā€œNuestra vida, mamĆ”, estuvo llena de mujeres que barrĆ­an para ordenar su soledad. Mujeres de negro que prensaban hojas de tabaco y apartaban con una pala los frutos caĆ­dos, que reventaban contra el suelo en la madrugada [ā€¦] El fuego purifica a quien no posee nada mĆ”s. Hay tristeza y orfandad en las cosas que ardenā€.

El tercer paĆ­s nos acerca a un paĆ­s que ha perdido su identidad, donde la dignidad de la vida es lograr un entierro y, aĆŗn asĆ­, hay vida. Es una obra sostenida por el misterio que mantiene al hombre avanzando a pesar de conocer su trĆ”gico destino: la muerte. Cesare Pavese decĆ­a que ā€œnarrar es sentir en la diversidad de lo real una cadencia significativa, una cifra irresuelta del misterio, la seducciĆ³n de una verdad siempre a punto de revelarse y siempre huidizaā€. ĀæComo la muerte?

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Anna Carolina Maier es periodista.Ā 


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