Laurie Ann Ximรฉnez-Fyvie
Un daรฑo irreparable: La criminal gestiรณn de la pandemia en Mรฉxico
Mรฉxico, Planeta, 2021, 264 p.
Nada de lo sucedido durante la crisis sanitaria por covid-19 era inevitable ni impredecible. El crecimiento en el nรบmero de contagios y de muertes es una consecuencia directa de las decisiones que se tomaron para enfrentar el problema, aunque mรกs grave todavรญa es que se permitiรณ que el imperativo de proteger la salud y la vida de las personas fuera desplazado por otras prioridades.
Al hacer las anteriores afirmaciones en su libro Un daรฑo irreparable, Laurie Ann Ximรฉnez-Fyvie parte de una premisa: para el 27 de febrero de 2020, fecha en la que se confirmรณ el primer caso de contagio en nuestro paรญs, las autoridades sanitarias contaban con dos herramientas de las que carecieron otras regiones del mundo: tiempo y aprendizaje de los aciertos y errores cometidos por otras naciones en el manejo del virus.
El anรกlisis que la doctora en Ciencias Mรฉdicas por la Universidad de Harvard realiza a lo largo de nueve capรญtulos no se limita, sin embargo, a Mรฉxico. Para ella, los errores en el control de la enfermedad comenzaron en China, donde, pese a que varios mรฉdicos hicieron sonar las alarmas sobre la peligrosidad de la covid-19, el gobierno decidiรณ silenciarlas, con lo que los contagios se multiplicaron, se extendiรณ la epidemia y la gente comenzรณ a morir.
Desde su punto de vista, las autoridades sanitarias a nivel mundial tardaron tambiรฉn en tomar medidas, y cuando finalmente lo hicieron, fue de manera tibia, aunque hubo reacciones tempranas, como las de Hong Kong, Taiwรกn, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Vietnam, donde se recurriรณ al confinamiento de toda la poblaciรณn y al cierre total de las fronteras, entre otras medidas, con la idea de โaniquilar la curva y no solo aplanarlaโ.
Por lo que hace al caso de Mรฉxico, Ximรฉnez-Fyvie asegura que, desde el inicio de la pandemia, la opiniรณn pรบblica ha sido manipulada con la repeticiรณn en los medios de falsas narrativas, verdades a medias y mentiras flagrantes sustentadas solo en la apariencia de que provienen de una autoridad. Mรกs lamentable todavรญa es el poder que se le confiriรณ a โun polรญtico disfrazado de hombre de cienciaโ para decidir sobre la salud y la vida de las personas durante una crisis de tan largo alcance.
Para la autora, el doctor Hugo Lรณpez-Gatell, subsecretario de Prevenciรณn y Promociรณn de la Salud, no ha sido el รบnico representante del actual gobierno en mostrar negligencia e irresponsabilidad, pero, al haber sido designado como mรกximo responsable de conducir al paรญs durante esta tormenta, sus desbarros y contradicciones se vuelven especialmente importantes.
Ximรฉnez-Fyvie reconoce en el funcionario credenciales mรกs que suficientes para la responsabilidad que hoy tiene, pero advierte que desde sus primeras conferencias era inquietante su insistencia en que la enfermedad por SARS-CoV-2 no era mรกs grave que la influenza, cuando era obvio que ahรญ donde golpeaba estaba ocasionando un nรบmero de muertes importante, por lo que se requerรญan acciones mรกs complejas para contenerla como el confinamiento y aislamiento de las personas infectadas, los testeos masivos y el seguimiento de los contactos de quienes se habรญan contagiado, entre otras medidas. A ello se sumรณ el hecho de que las apariciones pรบblicas del subsecretario se fueron convirtiendo en un espectรกculo de tintes mรกs descaradamente teatrales que acadรฉmico-cientรญficos.
Fue en una de esas apariciones pรบblicas, en marzo del aรฑo pasado, donde Lรณpez-Gatell deslizรณ โlo que serรญa su piedra de toque en la lucha contra la covid-19โ, al usar el ejemplo de una escuela y afirmar que era preferible cerrarla una vez que se hubiera contagiado la mayor cantidad posible de personas, niรฑos en este caso, para que se creara inmunidad entre la poblaciรณn.
Es decir, que mientras que muchos paรญses cerraban escuelas y comercios, procurando reducir la movilidad de sus poblaciones para ganar tiempo y desacelerar la dispersiรณn comunitaria del virus, aquรญ se asumiรณ (sin evidencia alguna) que los infectados se recuperarรญan de la enfermedad y quedarรญan inmunes, contradiciendo โlos principios bรกsicos de la contenciรณn de una enfermedad infecciosa con potencial epidรฉmicoโ. Esto โaรฑade la especialistaโ, sin contar que ningรบn manual de epidemiologรญa propone dejar que la gente se contagie.
A decir de la tambiรฉn jefa del laboratorio de Genรฉtica Molecular de la Facultad de Odontologรญa de la UNAM, las acciones y los mensajes del subsecretario de Salud han tenido siempre una dosis de ambigรผedad y contradicciรณn, pero algunos incluso han llegado a ser perjudiciales para efectos de la contenciรณn de contagios, como su continua descalificaciรณn de medidas preventivas simples como el uso de cubrebocas, sus desinformadas declaraciones iniciales al sugerir que los portadores asintomรกticos del virus no pueden contagiar a otros y la insistencia en que la realizaciรณn de pruebas diagnรณsticas masivas no tiene utilidad alguna.
A todo esto hay que sumar el estilo de Lรณpez-Gatell de negar sus propias palabras โaun cuando han quedado registradas en videoโ y su propensiรณn a culpar a la prensa, los matemรกticos, las enfermedades crรณnicas o los mexicanos en general cada vez que las cuentas no le dan: โยฟLas cuentas no cierran? ยฟEl modelo no cumple lo vaticinado? Se los dijimos: ustedes, los mexicanos, son una bola de gordos y diabรฉticos, y por eso les va tan malโ, escribe.
Para Ximรฉnez-Fyvie, las autoridades se resignaron a ser espectadoras de la catรกstrofe. Reportan los datos que tienen a mano con fines meramente informativos y las cifras y estadรญsticas no conducen a la toma de decisiones informadas. Lรณpez-Gatell, quien desde abril rechazรณ que se necesite cambiar la estrategia, pues โla definimos en enero y es para toda la epidemiaโ, no solo se niega a un cambio de direcciรณn en su plan, sino a entablar el mรกs mรญnimo diรกlogo con quienes, de forma diplomรกtica, le han indicado que estรก equivocado y que su ceguera estรก cobrando vidas, aunque cuente con la anuencia presidencial.
En un publicado en mayo de 2020 en el diario Reforma y referido en el libro, la autora citรณ la siguiente frase: โexiste una diferencia entre un fracaso y un fiasco. Un fracaso es sรณlo la ausencia de รฉxito. Cualquier tonto puede lograr el fracaso. Pero un fiasco… Un fiasco es un desastre de proporciones mรญticasโ. Los siete muertos que hoy consigna Taiwรกn o los 25 registrados en Nueva Zelanda hablan de las decisiones que se tomaron, demostrando que, si evitar completamente las defunciones no es posible, al menos pueden mantenerse en niveles muy bajos. Los mรกs de 160 mil muertos que a nivel oficial registra hoy Mรฉxico son tambiรฉn consecuencia directa de las decisiones que ha tomado un gobierno cuyo escenario catastrรณfico contemplaba 60 mil fallecidos.
Mรกs que un fracaso en la gestiรณn de la pandemia, asistimos a un verdadero fiasco.
Periodista. Autor de Los voceros del fin del mundo (Libros de la Araucaria).