Fundación Santander redescubre en ‘De mujer a mujer’ el espíritu filantrópico de la nobel chilena Gabriela Mistral

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Tenaz, ejemplar, afectiva, altruista, solidaria, generosa… Estos son solo algunos de los numerosos elogios con los que los responsables de la edición del libro “De Mujer a mujer. Cartas a Gabriela Mistral desde el exilio” describen la personalidad de la primera latinoamericana Premio Nobel de Literatura (1945). Cartas intimistas escritas por Teresa Díez-Canedo, María Enciso, Maruja Mallo, Ana María Sagi, Francesca Prat i Barri, Margarita Nelken, Victoria Kent, Zenobia Camprubí, María Zambrano y María de Unamuno, además de por la propia poeta chilena que, en palabras de Fundación Banco Santander, “dan fe de los desconsuelos y las penosas circunstancias que tuvieron que atravesar estas intelectuales de nuestro siglo XX, que vieron en Gabriela Mistral una fuente de ayuda inagotable. Una comunicación que realza la sororidad de esta red de solidaridad que estuvo presidida por la intimidad, el afecto y la amistad”.

La coherencia entre su vida y su obra (defendió en sus escritos la justicia, la igualdad y la fraternidad), su espíritu filantrópico, su empeño y la energía que derrochó para ayudar a las intelectuales en el exilio, con apoyo espiritual y literario, pero también material, financiero y logístico, convierten a Gabriela Mistral en “el personaje central de este libro. Un espejo en el que nos hemos de mirar en estos tiempos”, señala Francisco Javier Expósito, responsable literario de Fundación Banco Santander.

‘De mujer a mujer. Cartas desde el exilio a Gabriela Mistral (1942-1956)”, de la Colección Obra Fundamental que edita Fundación Banco Santander. En la imagen de la derecha, la poeta y premio nobel chilena.

El libro, de 175 páginas, es una nueva entrega perteneciente a la Colección Cuadernos de Obra Fundamental que edita esta Fundación y que antologa y prologa Francisca Montiel, catedrática de la Universitat de Barcelona, experta en Mistral y en las intelectuales del exilio español. Montiel buceó entre las más de 12.000 cartas que recibió la escritora y que se conservan en los archivos de la Biblioteca Nacional de Chile y de ahí realizó la selección para este volumen compuesto por 30 de ellas, escritas desde el exilio entre 1939 y 1956. Además, el libro incorpora en su anexo otras 17 cartas inéditas de la nobel chilena, y dos textos más en los que María Enciso y Victoria Kent hacen un emotivo homenaje a Gabriela Mistral tras su muerte en 1957.

Estas diez mujeres, protagonistas de primera fila de la cultura española de las primeras décadas del siglo XX, entraron en contacto con Mistral desde los distintos países que las habían acogido (Francia, Cuba, EEUU, México, Colombia…). Francisca Montiel recuerda que algunas de ellas la habían conocido en Madrid, durante su época de cónsul de Chile en los años 30, como es el caso de Teresa Díez Canedo (esposa del crítico Enrique Díez Canedo) o Cenobia Camprubí (esposa de Juan Ramón Jiménez). A otras, como Victoria Kent, le unía una profunda amistad, y las más jóvenes, entre ellas la almeriense María Inciso o la deportista y escritora Ana María Sagi, eran grandes admiradoras de su obra. Algunas habían recibido la ayuda de Gabriela durante la guerra y en los primeros momentos del exilio. Es el caso entre otras de la pintora gallega Maruja Mayo, que salió de Lisboa gracias a la intercesión de Mistral, o de la catalana Francesca Prat i Barri, que recibió su apoyo en Francia.

“Todas ellas sabían que Gabriela era una mujer errante, trashumante, una vagabunda -así se describía ella misma- y en ese sentido se podían sentir identificadas. Y también que era una gran escritora de cartas, una gran corresponsal. De hecho, el crítico Guillerno de Torre llegó a decir que había invertido tanto tiempo en escribir cartas que había dejado de organizar su propia obra poética y literaria, lo que da fe de su generosidad, solidaridad y amistad”, destaca Montiel. La catedrática subraya que son cartas muy dispares, tanto por su extensión, como por el momento en que fueron escritas o por su contenido. Pero pese a ello, tienen elementos en común: nos hablan de las dificultades del destierro pero, al tratarse de cartas de mujeres, se centran, entre otros aspectos, en la vida familiar y cotidiana y en los muchos problemas que tuvieron para sacar adelante a sus familias; de su profesión como un bálsamo, un consuelo y un reto personal de construir una obra que no podía detenerse por el hecho de salir de España; o de la nostalgia de la patria perdida, pero también de su agradecimiento a los países que las acogieron y que sentían también su tierra.

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Este video de youtube recoge algunos fragmentos de los testimonios íntimos recopilados de “De mujer a mujer”.

“Estas mujeres son la representación del americanismo cabal”, señala Francisca Montiel, “de lo mejor de lo americano, lo que Gabriela Mistral llamaba ‘americaneidad’ y que ellas descubren cuando van al exilio (…). Se dio cuenta de que sus corresponsales eran una representación de todas las exiliadas republicanas que habían llegado a América tras la guerra civil.” Además, estas cartas apenas salen de la esfera de la intimidad y demuestran que fueron para ellas un importante apoyo emocional y alivio anímico. “Sustituyeron los ratos de conversación y las confidencias frente a frente que les hubiera gustado tener y que echaban de menos”, añade esta experta.

Rescatar del olvida a escritoras olvidadas

A través de la Colección Obra Fundamental, Fundación Banco Santander está colaborando para dar visibilidad a escritoras que, por distintas razones o simplemente por el hecho de ser mujer, han caído en el olvido o no tienen la relevancia que les corresponde. Y también para poner de relieve la importancia de la literatura epistolar escrita por mujeres. Este libro recientemente publicado es una muestra de ello. De hecho, Francisca Montiel reconoce que, pese a que la edición de epistolarios ha experimentado un gran auge en la literatura española e iberoamericana desde finales del siglo pasado, no ha sido hasta hace poco tiempo cuando han empezado a ver la luz libros recopilatorios de cartas mujeres. “Eso, una vez más, me lleva a concluir que la mujer siempre está en un segundo plano y también en este ámbito. Si pensamos en las cartas sorprende más, ya que las mujeres han sido tradicionalmente especialmente proclives a la escritura epistolar. Si además hablamos del exilio, hay que añadir que esta expresión escrita fue más necesaria y apremiante. Y es este contexto en el que se inscribe este volumen de cartas”.

Dentro de este compromiso, en los últimos años la Colección Obra Fundamental ha publicado obras como la antología “El camino es nuestro”, de Elena Fortún y Matlide Ras, que recoge una selección de artículos periodísticos, sociales y humanísticos, ensayos breves, diarios y correspondencia de estas escritoras pioneras y comprometidas con los derechos de la mujer. Ambas mantuvieron una estrecha relación de amistad. También ha editado “Sinfonía en rojo”, una antología que incluye algunas de las obras maestras de la escritora catalana Elisabeth Mulder; Del amor y otras pasiones. Artículos literarios”, con ensayos de Clara Campoamor sobre la poesía y la lírica; Darse”, que rescata textos autobiográficos y ensayísticos de la argentina Victoria Ocampo; y La Voz sola, un volumen de poemas y artículos periodísticos de Ana Maria Sagi, pionera del feminismo.


 

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