Yishai Sarid, El poeta de Gaza. Mรฉxico, Random House Mondadori, 2013.
“Todos ustedes son unos asesinos” afirma Dafna cuando el protagonista de El poeta de Gaza se confiesa arrepentido de no haber matado a un terrorista. Lo dice constatando un hecho, sin hacer juicios. Aunque las familias se paseen por la playa y la gente se reรบna en los cafรฉs, en Israel, la violencia es una amenaza constante. Como lo expresa Yishai Sarid en una entrevista, “a la distancia es fรกcil darse cuenta de que la guerra entre judรญos y palestinos es una locura.” Sin embargo, nadie ha sido capaz de detenerla. La afirmaciรณn de Dafna es fruto de su impotencia frente a una situaciรณn que parece destinada a perdurar.
Despuรฉs de llevar a cabo un estudio antropolรณgico sobre las causas de la violencia en el ser humano, Santiago Genovรฉs concluye que la respuesta estรก en la bรบsqueda del control. El poeta de Gaza es un ejemplo de ello. Pero, mรกs allรก de esta premisa, me parece que lo notable de la novela ganadora del Gran Premio de Literatura Policiaca (Francia, 2001) es la manera en que el autor aborda la renuencia de distintos grupos a establecer puntos de uniรณn.
El argumento del libro es sencillo: un agente de los servicios de seguridad del estado de Israel tiene como consigna encontrar al jefe de un grupo terrorista palestino. Dafna, una atractiva escritora y militante a favor de la paz, es el vรญnculo que llevarรก al protagonista hasta Hani, padre del terrorista y la รบnica persona por quien este รบltimo estarรญa dispuesto a salir a la luz. La historia se complica cuando el agente se involucra emocionalmente con Dafna y encuentra en Hani a un hombre bien intencionado, difรญcil de lastimar.
Ademรกs de ser un antihรฉroe en todo el sentido de la palabra, el protagonista de la historia –el agente al que me refiero en el pรกrrafo anterior- forma parte del grupo de quienes creen en la violencia como un medio para alcanzar la paz. Si es necesario torturar al interrogado hasta matarlo, la posibilidad de evitar un ataque suicida es suficiente justificaciรณn. En su grupo hay aprendices sin ideales y religiosos que guardan celosamente los preceptos. Del otro lado estรกn los palestinos extremistas, dispuestos a hacerse explotar por la causa. Entre estos bandos, el diรกlogo no es una opciรณn, como tampoco lo es entre los narcotraficantes y sus deudores o entre las familias que pasean a sus hijos en la playa y los que se han asignado el papel de protectores. Hablan sin escuchar al otro porque ya han decidido quรฉ creer y guardan la empatรญa para los integrantes de su nรบcleo. Algunos son seres humanos temerosos que han caรญdo en la trampa de los conceptos totalitaristas; otros, como los traficantes de droga, han optado abiertamente por la brutalidad para alcanzar sus objetivos; otros mรกs, como Yotam, se refugian en sustancias que los alejen de un mundo demasiado doloroso para ellos.
“En general, los hombres juzgan mรกs por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver pero pocos comprenden lo que ven”, es una de las frases atribuidas a Maquiavelo. Los personajes de El poeta de Gaza le dan la razรณn. Los รบnicos que ven mรกs allรก de las representaciones son Dafna y Hani. Aunque quizรกs estรฉn cansados de intentar comprender, siguen dispuestos a hacer contacto con quienes no comparten sus opiniones. Son la intersecciรณn de los conjuntos aislados por el miedo y los prejuicios que se arraigan generaciรณn tras generaciรณn.
Al revisar el expediente de Dafna, el protagonista nota que “En ninguna fotografรญa se veรญa enfadada, ni cuando a su alrededor habรญa gente alborotando ni cuando tenรญa la boca abierta para gritar”. Le indignan los actos, sรญ, y su carรกcter es fuerte pero su fortaleza radica en la capacidad para reconocer sus errores y en la disposiciรณn para tender puentes. Mรกs adelante, al hablar del รกrabe al que asesinรณ durante un interrogatorio, el mismo personaje le explica al terapeuta: “Esto no funciona sรณlo con el raciocinio. La razรณn no tiene lugar en el trabajo de ellos, ni en el nuestro; dos grupos de gorilas apaleรกndose.” Si la diferencia fundamental entre los humanos radicara entre quienes depositan su confianza en la fuerza bruta y quienes creen que existen alternativas, serรญa interesante descubrir quรฉ hay detrรกs de tan distintas decisiones de vida.
En la Declaraciรณn de Sevilla sobre la violencia, documento adoptado por la UNESCO, cientรญficos de distintas asignaturas llegan a la conclusiรณn de que el ser humano no estรก determinado biolรณgicamente a la violencia y, por lo tanto, que la misma especie que inventรณ la guerra es capaz de inventar la paz. Aunque el argumento de El poeta de Gaza sea quizรกs un poco burdo, la manera en que el autor nos muestra la faceta humana del conflicto israelรญ es profunda y nos hace reflexionar sobre la necesidad de distanciarnos de los prejuicios para poder decidir por nosotros mismos. “Vamos a juzgarnos menos y a entendernos mรกs”, decรญa Santiago Genovรฉs. El libro de Yishai Sarid va mรกs allรก. Es una invitaciรณn a hacer un alto en el camino para preguntarnos si nuestras luchas son realmente nuestras o las hemos tomado por inercia. Si queremos formar parte de un conjunto cerrado o preferimos las intersecciones.
Es escritora. Entre sus libros se encuentran Llegรณ oscura la maรฑana (Planeta, 2006) y Memoria de las manos (Felou, 2012)