I
Cada libro tiene un destino. El destino a su vez se nos insinúa como un libro inconcebible, en movimiento perpetuo. El libro real, el libro del destino es, por supuesto, un libro políglota. Entre sus líneas se oyen quebrarse las letras de todos los idiomas, se escuchan los chasquidos de todas las lenguas –aun de aquellas que están a punto de extinción como el zoque ayapaneco en Tabasco, México, cuya palabra agoniza en labios de dos o tres hablantes sobrevivientes. El eco formado por esos chasquidos produce un fondo oscuro, sordo, una bóveda insondable contra la cual se recorta un relámpago que parece unir todos los fragmentos dispersos del mundo imantándolos bajo su luz.
Es sabido que las lenguas desaparecen a un ritmo vertiginoso, como consta en el proyecto interdisciplinario “Voces duraderas” que está intentando elaborar una suerte de testamento lingüístico del planeta, según informa The New York Times1, ¿Habrá algún mensaje oculto en el hecho de que las preocupaciones filosóficas en torno a la traducción coincidan con el proceso acelerado de extinción de las lenguas?
Estas pulsaciones vienen a la tinta motivadas por el ceñido pero audaz libro del español Juan Arnau, Rendir el sentido. Filosofía y traducción, quien es astrofísico de formación original y doctor en filosofía sánscrita, como prueba su traducción y estudio de Nāgārjuna publicados en tres libros: Fundamentos de la vía media y Abandono de la discusión de Nāgārjuna2 y La palabra frente al vacío. Filosofía de Nāgārjuna.3
Tres tradiciones sobre la traducción entrevera Arnau en su tratado: la cabalística, la francesa y la inglesa. Tres saberes, el científico, el teológico, el literario y filológico. El libro puede leerse como una suerte de paseo didáctico por el museo conceptual desplegado por los debates filosóficos en torno a la traducción (Rorty, Benjamin, Blanchot, Wittgenstein).
Rendir el sentido es un título que se presta a varias lecturas: la primera es la de entregar o transmitir el sentido, pero habría otra lección que nos llevaría a pensar en la derrota del sentido, su fracaso o abatimiento en la vacuidad. El libro de Arnau gira como un péndulo entre estos dos polos.
Desde este rincón de Hispanoamérica llamado México –para cuyos ojos Europa está al oriente y hacia el occidente Asia–, la lectura de Rendir el sentido ha reanimado en cierta región de mi mente el presagio del pensamiento surgido desde América y España en torno precisamente a la traducción. Acaso porque considere al continente bautizado en honor del geógrafo Vespuccio un territorio elegido y como dueño de una misión espiritual, acaso porque esta región ha sido por definición, y a lo largo de su historia, un vivero y un yacimiento de los hechos relativos a la traducción, y porque su existencia misma –la invención americana– responde a un conjunto de procesos de intenso intercambio espiritual e intelectual que sólo se pueden intentar observar desde los miradores elevados de la teoría o la filosofía de la traducción. Todo esto con el objeto de buscar asomarnos al espejo cultural interior desde el cual los libros y los destinos americanos se reflejan hasta el vértigo y la náusea. Desde esta perspectiva el libro de Arnau resulta una buena guía para situar al lector en el mapa filosófico del debate en torno a la traducción.
II
El de la traducción es un tema evasivo y resbaloso que compromete en lo más profundo un debate en torno a la ética: ¿es viable, en el siglo XXI, pensar en universales? Y si sí, ¿cómo aproximarse a ellos?
Tengo el libro de Arnau en un librero junto a algunos otros en torno al tema. Los más recientes, relativamente, son: El tabaco que fumaba Plinio. Escenas de la traducción en España y América: relatos, leyes y reflexiones sobre los otros de Nora Catelli y Marietta Gargatagli4 y Literatura en traducción. Versiones españolas de autores americanos del s. XIX de J. J. Lanero y Secundiro Villoria.5 Otro volumen de gran interés para reconstruir la historia de la traducción en el confín ibérico es el breve y apasionante libro de Clara Foz, El traductor, la Iglesia y el rey. La traducción en España en los siglos XII y XIII6, donde se hace una presentación admirable de los maestros traductores que compusieron la célebre Escuela de Toledo. Más allá también se aloja la revista Armas y letras que contiene un dossier en torno al tema de “El ejercicio de la traducción: un acercamiento a la escritura” de Raúl Olvera Mijares,7 entre otros pliegos, folletos, papeles, libros, mamotretos…
III
Al traducir el libro de George Steiner, Después de Babel. Aspectos del lenguaje y de la traducción me llamó poderosamente la atención la ausencia en sus páginas de la cultura literaria española e hispanoamericana. Si no recuerdo mal, Steiner sólo menciona a Ortega y Gasset, Borges y Octavio Paz. A su penetrante mirada escapó, increíblemente, el gran conflicto en torno a la traducción que desgarra a las culturas iberoamericanas: desde la edad dorada de la convivencia entre moros, judíos y cristianos en la España de Al-Andaluz y la gloriosa escuela de traductores de Toledo hasta la expulsión de los judíos, el descubrimiento y conquista de las Américas, la evangelización políglota de los indígenas, la llamada conquista espiritual, es decir, la conquista cumplida a través de la traducción y de las formas del arte, hasta los episodios en el siglo xx de la emigración forzosa hacia los pagos americanos de la España republicana (que entrañó un singular proceso de traducción dentro de la misma lengua, un fértil contraste entre las variantes de un mismo idioma), para no hablar del éxodo de los mexicanos hacia el espejismo de Usamérica… o del éxodo de los centroamericanos paupérrimos hacia el peligroso El Dorado azteca…
IV
El libro de Juan Arnau no toca ninguno de estos puntos ni es su propósito. Algo de esta temática se condensa en el libro-biblioteca El tabaco que fumaba Plinio subtitulado “Escenas de la traducción en España y América: relatos, leyes y reflexiones sobre los otros”.
El de la traducción es un tema indisociablemente ligado al de la otredad, al de la reflexión sobre el otro. También está relacionado con una economía de lo sustituible. Y, como dice Paul Ricoeur, es “ese carácter sustituible” lo que está implicado “en la noción psicoanalítica de “sentido”; “decir que el sueño tiene un sentido no es designar lo que significa en apariencia” sino apuntar hacia “el sentido latente que hay que restituir. Por eso es preciso interpretar”8. Hablar de sentido es invocar al sueño, y más precisamente en este caso, al sueño de la cultura que se define como un sueño de las fronteras o entre las fronteras y que compromete la unidad orgánica o teológica de la especie llamada humana. De ahí la resonancia filosófica y ética del debate filosófico en torno al tema de la traducción.
Juan Arnau, eminente estudioso del sánscrito y de la vacuidad en Nāgārjuna estaría espléndidamente situado para realizar una reflexión sobre estos temas que acaso se cumpla en un futuro libro que podríamos intitular tentativamente “Rendir los sentidos”. Filosofía, otredad y traducción. Pero, más allá de estas órbitas ampulosas y un sí es no es melodramáticos, debe reconocerse que el libro de Juan Arnau en torno a la filosofía y a la traducción es capaz de concentrar este debate magnético con la limpieza y elegancia del que conoce y calibra la radiación de fondo activa en el espacio interestelar. ~
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1. Anna Grau, “La torre de Babel se viene abajo”, en el periódico ABC, sección Ciencia y Futuro, jueves 30 de septiembre de 2007, p. 38.
2. Fundamentos de la vía media. Nāgārjuna, edición y traducción del sánscrito de Juan Arnau Navarro, Editorial Siruela, Madrid, 2004. Abandono de la discusión, Siruela, Madrid 2006.
3. La palabra frente al vacío. Filosofía de Nāgārjuna, Juan Arnau, Fondo de Cultura Económica y El Colegio de México, 2005, pp. 347.
4. Nora Catelli y Marietta Gargatagli, El tabaco que fumaba Plinio. Escenas de la traducción en España y América: relatos, leyes y reflexiones sobre los otros. Ediciones del Serbal, Colección “La estrella polar”, Madrid, España, 1998, pp. 446.
5. J. J. Lanero y Secundiro Villoria, Literatura en traducción. Versiones españolas de autores americanos del S. XIX. Universidad de León. Secretariado de publicaciones, 1996, pp. 205.
6. Clara Foz, El traductor, la Iglesia y el rey. La traducción en España en los siglos XII y XIII. Gedisa editorial, colección Lea, España, 2000.
7. “El ejercicio de la traducción: un acercamiento a la escritura” de Raúl Olvera Mijares en Armas y letras, octubre-diciembre, núm. 61, 2007, p. 8-13.
8. Paul Ricoeur, «Psychanalyse et art», Écrits et confèrences i, Seuil, París, 2008, p. 239.
(ciudad de México, 1952) es poeta, traductor y ensayista, creador emérito, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y del Sistema Nacional de Creadores de Arte.