Busco en librerías de segunda mano y páginas de subastas ediciones de los primeros libros que publicó el poeta Charles Reznikoff, Rhythms y Rhythms ii, pero ya no quedan. Tengo curiosidad, pues se trata de ediciones caseras, de 1918 y 1919. Reznikoff rondaba entonces los veinticinco años. Sí encuentro primeras ediciones de libros posteriores, como In memoriam: 1933, que según leo en la descripción es una serie de poemas recitativos en los que Reznikoff traza algunas de las calamidades sufridas por los judíos a lo largo de la historia (y antes del tenebroso año del título): la caída de Samaria en el 722 a. C., el exilio a Babilonia en el 539 a. C., la destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70, las persecuciones durante la Primera Cruzada en 1096, la expulsión de España en 1492, las masacres por parte de los cosacos hacia 1700 y los pogromos en Rusia hacia 1905. Así que este libro, In memorian: 1933, parece un buen ejemplo del trabajo de su autor, por su atención a la peripecia judía y por su práctica del poema largo. Lo publicó originalmente The Objectivist Press, la editorial montada para dar a conocer su trabajo por el propio Reznikoff, Louis Zukofsky y George Oppen, que habían aparecido antologados como poetas objetivistas en el número de febrero de 1931 de la revista Poetry. El término lo acuñó William Carlos Williams, otro de los poetas recogidos en el número junto a Basil Bunting y Carl Rakosi.
Reznikoff había nacido en 1894 en Brownsville, un barrio dentro de Brooklyn, de una pareja de judíos ucranianos que había emigrado para huir precisamente de los pogromos. Ahora acaba de publicarse en España, en la editorial Kriller71, su libro Junto al pozo del vivir y el ver (By the well of living and seeing en su inglés original), con traducción de Jordi Doce, que adapta con mucho swing los versos y escribe también un interesantísimo prólogo en el que nos enteramos de algunas de las circunstancias de la vida de Rezkinoff, como por ejemplo de su precocidad (acabó la escuela primaria con tres años de ventaja sobre los demás estudiantes, y a los veintiún años ya había acabado la carrera de derecho) y de las de sus compañeros poetas desde los años treinta. Es un fascinante libro de poemas en su mayor parte narrativos, dedicado a la evocación de los años de formación del autor, en el que tienen mucha importancia tanto las impresiones cotidianas (que esconden una revelación) como la conciencia de que el paso de la vida es una invitación a aprovecharla. Copio una cita recogida por Doce en que el propio poeta explica mediante una imagen su concepción del verso libre: “No como flores urbanas / en limpios aros o hileras, / sino como dientes de león / esparcidos por el césped.”
Nos enteramos también de que Reznikoff no alcanzó un gran reconocimiento hasta el final de su vida, y de que su producción conoció altibajos. Durante los años treinta, mientras estuvo operativa The Objectivist Press, sacó varios libros, pero las publicaciones más o menos se interrumpieron hasta principios de los años sesenta. En España solo se había publicado una de sus novelas, Las aguas de Manhattan, que tradujo Eugenia Vázquez Nacarino para Siruela en 2018. Los hechos que se cuentan en la novela tienen que ver con los de la propia vida del autor, pues relatan la emigración judía desde la Europa oriental hacia los Estados Unidos. Parece que comparte además tratamiento con sus otras obras, en las que es posible rastrear el oído acostumbrado al yiddish y a las estructuras de la Torá.
El libro publicado ahora por Kriller71 salió originalmente en 1969, con una tirada de apenas doscientos ejemplares. Abre con una cita del libro del Génesisy está dividido en tres partes con diferencias muy claras, aunque en todas se reconozca una misma sensibilidad. La primera está compuesta por una serie de 53 poemas casi todos bastante cortos, a veces de cuatro versos o casi como haikus. Por ejemplo, el poema 7 es así: “La hermosura del grajo azul / mientras vuela de rama en rama. / ¡Pero sus gritos!.” El poema señala el paso de un ser sencillo y bello y permite que la emoción se exprese. Es un tono común a toda esta primera sección, que está dedicada a una apreciación del mundo desde una posición más impersonal; el poeta participa más como observador que como un personaje activo. Encontramos fogonazos que concentran una impresión y que son capaces a la vez de contar una historia no tan modesta: “Tábano / en la ventana de la agencia de alquiler de coches: / te has quedado en paro.” Queda así propuesta una manera de ver el mundo, agradecida y hasta extática en ocasiones, pero que reconoce también el dolor y que nos prepara para que en los largos poemas narrativos de la segunda parte podamos detectar las explosiones epifánicas. Esta segunda parte es arrebatadora también. Junto al pozo del vivir y el ver es un libro autobiográfico, y si en la primera sección hemos podido saber lo que conmueve al poeta, en qué se fija, digamos, por instinto, ahora nos detalla en qué consistió su infancia, y de pronto el texto se transforma en el trepidante y colorido relato de una infancia pasada en los primeros años del siglo XX en Nueva York, los esfuerzos (y el éxito) de sus padres por salir adelante, el racismo de los barrios humildes, las diversiones de los niños medio criados en la calle. Una vez más la segunda parte nos deja en condiciones de asimilar mejor la tercera, que lleva el título de “Biografía de los comienzos de un escritor” y generosamente nos permite asomarnos al empeño de sacar adelante una vocación, a lo que le supuso bien un impulso, bien un obstáculo, y en los versos que sostienen la saltarina secuencia dramática, que aparentemente son sencillos y casi banales, se detecta por acumulación un agradecimiento y una compasión que mientras se lee este libro parecen la mejor manera de acercarse al mundo. ~
Es escritora. Su libro más reciente es 'Lloro porque no tengo sentimientos' (La Navaja Suiza, 2024).