Algunas recomendaciones para la(s) feria(s) del libro

Aloma Rodríguez recomienda novedades como el último libro de Agustín Fernández Mallo, clásicos como la biografía de Kafka de Reiner Stach, cómics de Julie Doucet o el nuevo libro de María Gainza.
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Algo nuevo. Ocho, de Amy Fusselman, traduce Virginia Higa y edita Chai Editora –de ella sacaron ya Idiófono, pero Ocho es lo primero que traen a España de ella–. Es un libro dividido en dos partes, “Diario de a bordo” y “Ocho”, que se complementan sin seguirse exactamente. La primera parte es más emotiva, la segunda es más divertida aunque cuente un episodio terrible y también tiene bastante mala leche que asoma de manera elegante. La primera parte me permite recomendar otros dos libros recientes que tienen la muerte del padre como disparador: Madre de corazón atómico, de Agustín Fernández Mallo (Seix Barral) y Legado, de Agustín Márquez (La Navaja Suiza). 

Algo viejo. Se cumplieron cien años de la muerte de Kafka. Además de los Cuentos completos traducidos por Alberto Gordo para Páginas de Espuma, la retraducción más apabullante del centenario, iría a por los Diarios para ver con mis propios ojos la anotación más citada, la del 2 de agosto de 1914. Y quizá coquetería con la biografía de Reiner Stach de Kafka en Acantilado, que des-Brod-iza a Kafka, siguiendo quizá la estela de Milan Kundera. (Por cierto, Tusquets publica ahora Milan Kundera. Un retrato íntimo, de Florence Noiville.) 

Algo esperado. Un puñado de flechas, de María Gainza (Anagrama). Se parece más a El nervio óptico que a Luz negra, es decir, mezcla episodios de su vida con asuntos laterales relacionados con su actividad como crítica de arte. Estoy bien, de David Sedaris (traducción de Jorge de Cascante, Blackie Books), que esperaba con cierta ansia desde que vi anunciada su publicación. ¿Quién no quiere leer sobre discutir con un padre republicano (aquí también se aborda la muerte del padre, por cierto), sobre ir de compras con una hermana, o sobre las explicaciones que dan los hombres que acuden a urgencias con objetos introducidos en el ano? “Tropiezo todo el tiempo, pero nunca me he vuelto a levantar con un molinillo de pimienta metido en el culo, ni siquiera un poquito. Estoy bastante seguro de que podía bajar todas las escaleras del Empire State Building (desnudo, con un rodillo engrasado en cada mano y una caja de velas alrededor del cuello) y aun así terminar llegando al vestíbulo con el recto vacío”. 

Algo que ya he dicho. Como lo digo todo el rato y ya empiezo a parecer una exagerada o una psicópata, dejo los títulos, los autores, la editorial y sigo con lo mío: Las ocasiones, Rubén Lardín (en Fulgencio Pimentel) y Lloro porque no tengo sentimientos, Bárbara Mingo (La Navaja Suiza). Ah, cualquier cosa que firme Dubravka Ugrešić. 

Algo azul. El río, de Julie Doucet (Fulgencio Pimentel, traduce Joanna Carro); es el primer cómic de Doucet en veinte años. 

Algo rosa. Caminar por aguas cristalinas en una piscina pintada de negro de Cookie Mueller (en los tres editores, traduce Rodrigo Olavarría), ella es genial, el libro también y el título pone de los nervios a libreros y editores. 

Algo especial. La última frase, de Camila Cañeque, en la uña rota. 

Algunos que recomiendo a ciegas. Fractal del salón de los pasos perdidos, de Andrés Trapiello (Alianza); Cartas a la princesa, de Mario Levrero (Random House); Hay un monstruo en el lago, de Laura Fernández (Debate) y La última novela, de David Markson (Sexto Piso). 

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(Zaragoza, 1983) es escritora, miembro de la redacción de Letras Libres y colaboradora de Radio 3. En 2023 publicó 'Puro Glamour' (La Navaja Suiza).


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