Chรฉjov tiene un cuento con ese tรญtulo. Trata sobre un funcionario de poca monta llamado Cherviakov que, estando en la รณpera, estornuda de pronto. โA nadie se le puede censurar que estornude, estรฉ donde estรฉโ, escribe el autor. โEstornudan lo mismo los campesinos que los jefes de policรญa, y a veces los propios consejeros secretos. Todo el mundo estornuda. Asรญ que Cherviakov no se turbรณ en manera alguna, sacรณ el paรฑuelo y se sonรณ.โ Es entonces cuando percibe que โel anciano sentado precisamente en la butaca delante de la suya se secaba cuidadosamente la calva y el cuello con el guante, mientras mascullaba algo entre dientes.โ Nuestro hรฉroe se da cuenta de que el anciano es un general muy importante. El resto del cuento serรกn los intentos de Cherviakov por disculparse con este general. Se vuelve tan insistente que el anciano acaba por perder la paciencia, mientras que el funcionario se va llenando de angustia hasta que muere. โLlegรณ andando como un autรณmataโ, cuenta la รบltima frase, โy, sin quitarse siquiera el uniforme de gala, se acostรณ en el sofรก yโฆ se muriรณ.โ
En el primer intento que hace Cherviakov por disculparse, dice: โPerdone, excelencia, siento haberle salpicado. Lo hice sin quererโ.
A lo que el general responde: โNo tiene importanciaโ.
โยกPor amor de Dios, perdรณneme! ยกHa sido sin querer!โ
โยกEstรก bien! ยกPor favor siรฉntese! Dรฉjeme escucharโ.
Y poco despuรฉs, durante el intermedio:
โLe salpiquรฉ, excelenciaโฆ Discรบlpemeโฆ, pero yoโฆ no fue porโฆโ
โEstรก bien, estรก bien. Ya me habรญa olvidado del incidente, y usted todavรญa insiste en รฉl.โ
No es el estornudo, sino el exceso de disculpas lo que impacienta al general.
Recordรฉ el cuento porque hoy estaba escuchando una grabaciรณn de La pietra del paragone, de Rossini. Como suele ocurrir en estos casos, se oye al pรบblico toser sin empacho. Estรก demostrado que la gente tose mรกs en el teatro, en la sala sinfรณnica y en la รณpera que en la vida cotidiana.
Esto se ha explicado de distintas maneras. Hay quienes deducen que se debe a que el pรบblico de estos eventos tiene un elevado promedio de edad; otros aseguran que es un reflejo medianamente consciente, pues el espectador desea participar en el espectรกculo, y como la etiqueta no le permite cantar o gritar o bailar, entonces tose. Tambiรฉn se reporta que durante la temporada de influenza se estornuda y tose mรกs en los conciertos.
Se sabe de mรบsicos y directores que han interrumpido la mรบsica para amonestar al pรบblico tosรณn. Entre otros, Riccardo Muti detuvo un concierto distraรญdo por las tosiduras. El pianista Andras Schiff amonesta con frecuencia a quienes no saben domesticar el gaznate.
Hace un par de meses, estas lรญneas servirรญan apenas para hablar del ruido que provocan las gargantas irritadas. Hoy, la tos y el estornudo tienen otra dimensiรณn.
Un dรญa se levantarรก la cuarentena. Podremos ir de nuevo al teatro o a la รณpera. Pero quรฉ sentimientos se agitarรกn al encerrarnos con un pรบblico que tose sin tregua. Quรฉ ocurrirรก entonces si detrรกs de nosotros se sienta un funcionario chejoviano, estornuda y nos dice: โDisculpe, amigo, le he salpicadoโฆ no era mi intenciรณnโฆโ. ยฟCuรกndo volveremos a un mundo en que podamos responder, al igual que el general: โNo tiene importanciaโ?
(Monterrey, 1961) es escritor. Fue ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2017 por su novela Olegaroy.