A veces sospecha Byobu que lo importante estรก debajo de la superficie. Por eso escarba, escarba donde se le abra un espacio libre, donde pueda alcanzar un brazo de suelo sin รกrboles, sin casas, sin cรกscara. Ama la tierra, la tierra hรบmeda de abajo, negra o gredosa, a la que desmonta de piedrecitas โque agrupaโ, de mรญnimos bulbos en agraz. Con brรญo llega a la lombriz, que brota en la mรกs sombra, en el humus oloroso, hebra vibrรกtil, contorsionista que se retuerce gratuita, ingrata de la luz, agravando su drama. El susto la atumora, le empalidece una parte, le amorata otra y Byobu mira y mira ecuรกnime a la lรญvida.
Porque gustarle, no le gusta ese falso gusano que nunca generarรก mariposa. De pronto, zas, la escinde en dos. Dos lombrices trabajan mรกs que una, arbitran mรกs galerรญas, airean lo agrumado, cumplen mejor su aplicaciรณn. Byobu, por hoy, tiene tambiรฉn aireada su conciencia prolija. –
โ De El ABC de Byobu