Hace un par de meses, el historiador cubano americano Carmelo Mesa-Lago y yo redactamos una carta de protesta contra Donald Trump. Recabamos 67 firmas de apoyo: cientรญficos, artistas, intelectuales, acadรฉmicos hispanos e hispanoamericanos. Apareciรณ resumida en medios mexicanos y se difundiรณ por algunas cadenas estadounidenses como Time, CNN, Univision y Fusion. Este es su contenido principal:
Trump […] ha acusado a los inmigrantes mexicanos de ser criminales, violadores y traficantes de drogas […] Su discurso de odio apela a las mรกs bajas pasiones, como la xenofobia, el machismo, la intolerancia polรญtica y el dogmatismo religioso. Todo lo cual inevitablemente recuerda campaรฑas que en el pasado se han dirigido contra otros grupos รฉtnicos, y cuya consecuencia fue la muerte de millones de personas. De hecho, las agresiones fรญsicas contra los hispanos y los llamados a prohibir el uso pรบblico del espaรฑol han comenzado ya.
Los ataques verbales del Sr. Trump no se basan en estadรญsticas y hechos comprobados sino en su muy personal e infundada opiniรณn. No sรณlo desdeรฑa a los inmigrantes hispanos (despuรฉs podrรญan seguir otros grupos รฉtnicos) sino que exhibe una peligrosa actitud contra sus oponentes, a quienes tacha de estรบpidos o dรฉbiles… Sus guardaespaldas y seguidores atacan a manifestantes pacรญficos.
La expulsiรณn de los inmigrantes mexicanos serรญa catastrรณfica para estados como California, Arizona, Nuevo Mรฉxico y Texas, donde la mayor parte del trabajo manual es mexicano. En California, por ejemplo, esos inmigrantes cosechan 200 productos agrรญcolas, sirven en hoteles y restaurantes, recogen la basura, ejercen, en suma, oficios que los americanos locales se rehรบsan a desempeรฑar. California es el principal fabricante de vino y de muchos productos agropecuarios en el paรญs. Es tambiรฉn el primer destinatario de turismo. Estos sectores generan US$70,000 millones anuales, pero sin los trabajadores mexicanos la economรญa del estado se irรญa a la ruina. Algo similar ocurrirรญa en el resto del paรญs.
Muchos de los firmantes somos inmigrantes hispanos que hemos sido bien acogidos en esta gran naciรณn y contribuido con nuestro trabajo, en diversos campos, al conocimiento, a los avances de las ciencias, a la prosperidad, el entretenimiento y el bienestar de todos los habitantes de los Estados Unidos. La conducta del Sr. Trump es indigna de un candidato a la presidencia del paรญs mรกs poderoso del mundo. Condenamos esa actitud y esperamos que el pueblo estadounidense cese de tolerar sus absurdas posturas.
Nos quedamos cortos. Muchos analistas hablan de Trump como un populista de derecha, y sin duda lo es. Otros lo describen como un fascista. Aunque parece excesivo (Trump no ha detallado sus grandes planes militares), en su actitud se advierten, en efecto, elementos del fascismo italiano: el culto al lรญder, la emotividad irracional, los desplantes incendiarios, la obsesiรณn por las teorรญas conspirativas, el miedo a lo distinto visto como una amenaza, la apelaciรณn a un pasado de grandeza mรญtica y la promesa de restaurarlo.
Pero tambiรฉn esos analistas se han quedado cortos. Tras un atentado de ISIS, Trump propuso, en esencia, perseguir a los musulmanes. Y, pasando del prejuicio racial y religioso al fรญsico, se burlรณ pรบblicamente de la condiciรณn minusvรกlida de un periodista del New York Times. Lo cual me hace recordar las prรฉdicas de los nazis contra todo lo que –por razones de color, sangre o "imperfecciรณn"– quedara fuera del cรญrculo supuestamente superior de los arios. Hasta la conocida fobia de Trump a estrechar manos (el otro como portador de microbios) es un dato significativo sobre su obsesiรณn con la "pureza". Trump es un asco de persona dominado por el asco a las personas.
En esta รฉpoca de perplejidad global en que han reaparecido las guerras religiosas y raciales que creรญamos extintas, Estados Unidos (con sus casi 250 aรฑos de democracia) incuba el huevo de la serpiente: un populista de extrema derecha –que ademรกs es megalรณmano, narcisista, paranoico, y tiene ciertos tics nazi-fascistas– puede convertirse en candidato a la presidencia por el Partido Republicano. Y dado el caso, no es imposible que llegue a la Casa Blanca. No exterminarรญa a los mexicanos pero ha prometido expulsar "gentilmente" a los indocumentados y construir un "hermoso muro" (pagado por Mรฉxico).
Trump es un peligro real e inminente. La canciller mexicana dice que "no le quita el sueรฑo". A mรญ sรญ.
(Publicado previamente en el periรณdico Reforma)
Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.
