Foto: lopezobrador.org.mx

El Águila de sangre

La más alta distinción otorgada a extranjeros en México queda manchada de sangre al recibirla Miguel Díaz-Canel, cabeza de la brutal dictadura cubana.
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La Orden Mexicana del Águila Azteca es la más alta distinción otorgada a extranjeros en México por servicios prestados a la nación mexicana o a la humanidad. Es una condecoración que ha sido recibida por notables personajes del mundo intelectual, político o empresarial. Desde el crepúsculo de aquella “dictadura perfecta” del PRI que un líder autoritario no recibía este premio: los dos últimos fueron Fidel Castro (1988) y Alberto Fujimori (1996).

López Obrador ha decidido ponerle fin a casi 30 años ininterrumpidos en donde la Orden del Águila Azteca fue entregada solo a presidentes democráticos, manchándola, nuevamente, con sangre. No ha tenido mejor idea que entregarle la condecoración al dictador cubano Miguel Díaz-Canel, quién ha demostrado durante los últimos años una salvaje y desmesurada crueldad frente al noble y maltratado pueblo de Cuba. Esa isla es hoy el país con más presos políticos de todo el continente (más de mil) según los reportes de diferentes organismos de derechos humanos interiorizados en el caso cubano. El país con mayor número de Acciones Urgentes de Desaparición Forzada frente a las Naciones Unidas según el último reporte del 2021, por encima de México, Colombia, Iraq, entre otros. Cada mes, el régimen cubano encarcela a un promedio de 30 nuevos presos políticos. Muchos de ellos son jóvenes, algunos han recibido condenas de hasta 30 años de prisión solamente por pedir libertad y democracia.

Desde aquellas históricas protestas del 11 de julio del 2021, donde miles de jóvenes en más de 40 ciudades salieron a las calles al grito de “Patria y Vida”, el régimen castrista ha robustecido su brutal espíritu autoritario que mantiene oprimido al país desde hace ya 64 años. Una insensible represión, sumada a la catástrofe económica, que ha provocado el éxodo más grande de la historia cubana. Más de 270 mil cubanos llegaron a Estados Unidos solo en el 2022. Desde enero del año pasado, un 2.4% de la población de Cuba se fue del país. Una ola migratoria que supera con creces a las anteriores, como fue la del Mariel en 1980 y la crisis de los balseros de 1994.

En los últimos cinco años, el líder del régimen castrista ha visitado México en cuatro ocasiones, pero son varios los favores realizados por López Obrador ante los diferentes dictadores de América Latina (Maduro, Ortega y Díaz-Canel). Recordemos que AMLO se negó a asistir a la Cumbre de las Américas tras enterarse de que los regímenes autoritarios de nuestro continente no estaban invitados, arriesgando y debilitando las relaciones con Estados Unidos, país anfitrión. Fue el gobierno de México, junto con el de Argentina, los únicos dos países democráticos que asistieron al espantoso show de la asunción de Daniel Ortega en Nicaragua, luego de su farsa electoral en donde encarceló a los siete candidatos presidenciales que iban a competirle. Fue también el gobierno de la “cuarta transformación” el que revivió las misiones médicas cubanas en el país, calificadas como trata de personas y esclavitud moderna por el Parlamento Europeo y de trabajo forzoso en condiciones de esclavitud por las Naciones Unidas. Este ejercicio de esclavitud tiene entre 50 mil y 100 mil trabajadores en el exterior, quienes deben ir de forma obligatoria, sobre quienes pesa una condena de ocho años de cárcel en caso de escapar. Una triste historia de trata de personas y donde según el informe del Comité de los Derechos del Niño, son miles de niños cubanos que quedan huérfanos tras la separación forzada por los castigos del Código Penal de Cuba a estos trabajadores enviados al exterior, en su mayoría con las misiones médicas.

En la isla de Díaz-Canel no hay piedad para nadie, ni para los niños huérfanos, como consecuencia del accionar de las atroces brigadas médicas, ni mucho menos para los presos políticos menores de edad. Al día de la fecha, 36 menores de edad están presos en Cuba por motivos políticos, 27 están cumpliendo sentencia y nueve están siendo procesados penalmente, según las listas de Prisoners Defenders. Según el informe del Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, un mínimo de 150 niños menores de 16 años se encuentran en centros penitenciarios llamados “Escuelas de Formación Integral”. El informe de Conclusiones relata que por lo menos 400 menores al año sufren privación de libertad.

Estos son apenas unos simples números de la aterradora dictadura cubana que hoy es condecorada en México por el gobierno de López Obrador. Conforme uno entra más en profundidad sobre el tema, las cosas se vuelven aún peores. No hay explicación alguna para premiar a un régimen tan brutal y salvaje. Esto ya no es un tema de izquierdas o derechas, es puramente humanitario. Entregarle una condecoración que es destinada a personas que han contribuido favorablemente a la humanidad a un cruel dictador con miles de denuncias ante decenas de organismos internacionales por violaciones a los derechos humanos, trata de personas, esclavitud moderna, desapariciones forzosas, entre otras atrocidades, es, simplemente, inaudito. Tan solo falta que el próximo galardonado sea Vladimir Putin, Daniel Ortega o Nicolás Maduro. La realidad y lo más dañino de todo esto es que López Obrador está evaporando la reputación internacional de México a cambio de favores a regímenes autoritarios en la región. Lamentablemente, el actual presidente mexicano ya no representa solamente un peligro para la propia estabilidad democrática de su país, sino que está comenzando a ser un peligro para la estabilidad democrática de toda la región, alentando y lavando las ensangrentadas manos de los regímenes más brutales de América Latina. ~

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es director del Latin American Watch de la Fundación Libertad (Argentina) y la Fundación Internacional para la Libertad.


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