AMLO y la pobreza franciscana

Si el presidente quiere adoptar la pobreza franciscana como modo de vida, puede hacerlo en su esfera personal. Pero el dinero pĆŗblico debe gastarlo con eficacia, eficiencia y transparencia.
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Desde el interior del palacio virreinal donde habita, el presidente mexicano ha anunciado que la ā€œpobreza franciscanaā€ serĆ” el parĆ”metro rector del gasto pĆŗblico para el siguiente aƱo por lo menos. Por principio, el incorporar un principio tomado de una orden eclesiĆ”stica contradice a la laicidad como uno de los principios rectores del Estado mexicano. AdemĆ”s, la pretendida austeridad del mandatario no ha conseguido los objetivos que se proponĆ­a.

ĀæA quĆ© se refiere LĆ³pez Obrador cuando anuncia que la administraciĆ³n del gasto pĆŗblico se regirĆ” por el principio de la ā€œpobreza franciscanaā€? En la actualidad, se encuentra en vigor la llamada Ley de Austeridad Republicana, cuyo propĆ³sito principal, segĆŗn se hizo saber, consiste en la reducciĆ³n del gasto presupuestal. Partiendo de esta premisa se recortĆ³ personal en casi todas las dependencias de gobierno, entorpeciendo notoriamente a la administraciĆ³n federal: pĆ”ginas oficiales que ofrecen servicios a la ciudadanĆ­a se han vuelto ineficientes por la falta de mantenimiento y personal a cargo; comisiones como la Nacional de BĆŗsqueda de Personas Desaparecidas y sus registros son precarios y casi obsoletos por los recortes administrativos ordenados. Se han violado normas de derecho laboral al negar a los burĆ³cratas prestaciones como la percepciĆ³n del aguinaldo. Se cancelaron pĆ³lizas de seguros de gastos mĆ©dicos, obligando a los burĆ³cratas a recurrir a los servicios pĆŗblicos de salud, saturados y pobremente abastecidos.

Sin embargo, la Ley de Austeridad no ha servido para hacer eficiente el gasto pĆŗblico. Por el contrario, desde la vigencia de esta ley se duplicĆ³ el gasto de inversiĆ³n para la construcciĆ³n del Aeropuerto Internacional Felipe Ɓngeles, que en estos dĆ­as no opera ni siquiera cerca de su mĆ”xima capacidad, por lo que constituye un pasivo para la actual administraciĆ³n. El costo por la desviaciĆ³n y construcciĆ³n del Tramo 5 del Tren Maya tambiĆ©n ha duplicado el costo de inversiĆ³n originalmente planeado, y la obra ha sido suspendida por resoluciĆ³n judicial, al no cumplir con los requisitos mĆ­nimos indispensables para la ejecuciĆ³n de una obra pĆŗblica, como el Estudio de Impacto Ambiental.

Las mismas decisiones personalĆ­simas del presidente van en contra de la ā€œausteridad republicanaā€: tan solo por la ocupaciĆ³n del palacio que decidiĆ³ habitar al principio de sexenio, los mexicanos pagan un total de 6 millones de pesos mensuales, sin contar gastos de seguridad y alimentaciĆ³n del presidente y su equipo inmediato. La negativa del presidente a usar el aviĆ³n presidencial y en su lugar viajar en aviones comerciales, ha generado un gasto total de 7 millones 844 mil pesos solo en los ejercicios presupuestales correspondientes a los aƱos 2020 y 2021, por concepto de ā€œservicio para la reservaciĆ³n y compra de pasajes aĆ©reos, hospedaje y alimentaciĆ³n para el titular del Ejecutivo Federal y su entornoā€ (gasto que se ha erogado por conducto de una agencia de viajes de la que por siete aƱos fue gerente administrativa la actual gestora de viajes del presidente). Mientras tanto, se estima que solo para el ejercicio fiscal de 2022, la Sedena destinarĆ” un presupuesto de hasta 331.4 millones de pesos al mantenimiento y otros rubros relacionados con el aviĆ³n presidencial en desuso. En contraste, en 2022 se destinarĆ”n Ćŗnicamente 37 de millones de pesos al programa de Mantenimiento de Infraestructura FĆ­sica Educativa, dirigido a las escuelas de educaciĆ³n bĆ”sica y media superior.

AdemĆ”s de que el gasto pĆŗblico no ha disminuido ni se ha ejecutado con eficacia, eficiencia y transparencia, muchos gastos y partidas han sido resguardadas al secreto bajo el pretexto de la seguridad nacional. Entre ellos estĆ”n las concerniente a la adquisiciĆ³n de las vacunas contra el virus SARS-CoV-2.

Lo que sĆ­ ha sufrido una reducciĆ³n considerable es la calidad de los servicios que el gobierno ofrece a la ciudadanĆ­a: se han perdido diez mil kilĆ³metros de carretera del 2018 a la fecha a lo largo del territorio nacional; el desabasto de medicamentos continĆŗa y es una de las principales aflicciones de millones de mexicanos que padecen alguna enfermedad catastrĆ³fica. La seguridad pĆŗblica es casi inexistente. Los servicios de salud estĆ”n rebasados y el Insabi es hoy inoperante. El programa de Escuelas de Tiempo Completo ha sido eliminado. Programas dedicados especĆ­ficamente a mujeres o con perspectiva de gĆ©nero, como el de apoyo a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas o el Seguro de Vida para Jefas de Familia, ambos de la SecretarĆ­a del Bienestar, al primer trimestre de 2022 contaban con un presupuesto en ceros.

Pero si hablamos de gasto pĆŗblico, es preciso dejar claro que este debe ser congruente y vinculante. La finalidad de los ingresos tributarios del Estado es costear los gastos pĆŗblicos; este es un principio constitucional del derecho presupuestario. Por ello, si la finalidad del presidente es reducir el gasto pĆŗblico al nivel que exige la pobreza franciscana, en consecuencia deben reducirse tambiĆ©n los ingresos del Estado. Una forma de reducir estos ingresos serĆ­a la reducciĆ³n de las tasas tributarias o del monto que por pago de servicios erogan los ciudadanos, por ejemplo. Reducir el gasto sin reducir el ingreso es simple dispendio del dinero pĆŗblico.

Por otro lado, el gasto pĆŗblico debe repartirse de forma equitativa a fin de cubrir todas las necesidades de la gente; redistribuirlo reduciendo los montos asignados a los servicios urgentes de salud, educaciĆ³n o seguridad pĆŗblica que precisa la ciudadanĆ­a para reasignar esos recursos a las obras caprichosas del Ejecutivo es derrochar arbitrariamente los ingresos que percibe una administraciĆ³n gubernamental, y constituye un abuso de poder.

Si el presidente quiere ser ejemplo de humildad y vivir en la pobreza franciscana, bien podrĆ­a empezar por desalojar el Palacio Nacional e irse a vivir a una residencia mucho mĆ”s sencilla y adecuada con el sistema de creencias franciscano. Esas decisiones entran en el Ć”mbito de su esfera personal y no en el Ć”mbito de la titularidad del poder ejecutivo. A los Ćŗnicos que puede recomendar o exigir el seguimiento de un pensamiento y forma de vida eclesiĆ”stico es a su cĆ­rculo mĆ”s cercano.

Pero el dinero pĆŗblico que su gobierno obtiene de los frutos del trabajo de cada mexicana y mexicano como ingreso el Estado Mexicano estĆ” obligado a gastarlo optimizando los recursos con eficacia, eficiencia y transparencia, para que cada ciudadana y ciudadano tenga los medios adecuados para acceder al derecho a la salud, la educaciĆ³n, la seguridad, los servicios pĆŗblicos dignos y la elecciĆ³n libre del modo honesto de vivir.

Para eso se postulĆ³ y ganĆ³. Nada mĆ”s.

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es licenciada en derecho con especialidad en derecho fiscal por la UDLAP. Activista en favor de la cultura de la legalidad.


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