Chile, un paรญs de cronistas, poetas y novelistas, fue este aรฑo el invitado de honor en la FIL de Guadalajara. Al menos dos generaciones de chilenos presentaron sus libros en la Feria. Jorge Edwards, testigo y protagonista de la turbulenta historia chilena del siglo XX, dio a conocer el primer tomo de sus Memorias en la FIL. Cรญrculos morados, el tรญtulo del libro que se inspira en las largas juergas envinadas de su adolescencia, le viene como anillo al dedo al recuento de Edwards: una vida temprana que fluye en una naciรณn que produce, exporta y nada en buen vino.
Chile no fue siempre el paรญs que es ahora. Antes del boom econรณmico y de la globalizaciรณn que ha sostenido la incorporaciรณn comercial chilena al mundo, Chile era un paรญs ensimismado. Cautivo entre el desierto y la Antรกrtida y entre el Pacรญfico y los Andes, las fronteras chilenas no fueron nunca vรญas de comunicaciรณn y trรกnsito, sino espacios inhรณspitos o intraspasables que propiciaron el aislamiento del paรญs. Las percepciones colectivas son difรญciles de medir, pero habrรก que creerle a los escritores que afirman que los chilenos han vivido desde siempre con una zozobra existencial. Bajo la amenaza de que el serpentino y sรญsmico territorio chileno pueda hundirse en el mar en cualquier momento.
En su prosa profunda y transparente, Edwards describe con honestidad su trรกnsito de la infancia a la juventud. Tuvo que enfrentar varios desafรญos que brincan en el libro como fantasmas en busca de un exorcista: un padre iracundo y autoritario, un apellido que lo empujaba, no a las letras, sino a una vida comodina y frรญvola; un jesuita pederasta, una amante suicida y una sociedad profundamente conservadora.
Las batallas de Edwards con los primeros cuatro dilemas de su vida temprana son, en efecto, parte de su historia personal. Biografรญa que se derrama a los muchos que han vivido tragedias amorosas, familias desgarradas y el abuso de pedรณfilos incrustados en y protegidos por la iglesia catรณlica.
La historia de la sociedad en la que viviรณ hasta los aรฑos sesenta, y que recupera con un detalle que invita a recorrer de nuevo Santiago o Valparaรญso con su libro en la mano, es tambiรฉn la historia de todos: la de Allende y la de Pinochet. La sociedad chilena de clase alta, dice Edwards sin prescindir de un solo adjetivo, era racista, y xenรณfoba y estaba convencida de ser la Inglaterra o la Suiza de Amรฉrica del Sur. Edwards describe a los de arriba, pero los de abajo asoman en el otro polo de una sociedad clasista y desigual. Los cรญrculos morados de este primer tomo de Memorias, anuncian otros cรญrculos morados: los de una violencia que nadie pudo predecir.
Para conocer los cรญrculos morados que Jorge Edwards dejรณ pendientes, los bibliรณfilos de la FIL tenรญan tan sรณlo que moverse de estante y generaciรณn y darle la mano a Roberto Ampuero. Ampuero necesitรณ mรกs de una dรฉcada para llenar el vacรญo del gobierno de Allende que habรญa dejado Nuestros aรฑos verde olivo. Una novela autobiogrรกfica, como รฉl la llama, –publicada en 1999– que inicia con el golpe militar y narra su larga estancia en Cuba como exilado polรญtico. Un libro tan opresivo como la dictadura de Castro, que recuerda las historias del escritor claustrรณfobo por excelencia, el japonรฉs Kobo Abe (con su Mujer de Arena y su Arca Sakura)
La mรกs reciente novela de Ampuero, El รบltimo tango de Allende, regresa al pasado anterior a los aรฑos verde olivo: a los turbulentos รบltimos meses que destruyeron la libertad de maniobra del presidente de la Unidad Popular. Unidad Popular, que para 1972 habรญa dejado de ser Unidad (las acciones de los partidos radicales de la coaliciรณn gobernante se convirtieron en una invitaciรณn abierta al golpe militar) y habรญa dejado de ser Popular (cuando no hay nada que comer es imposible alimentar las lealtades polรญticas). Y ahรญ estรก Allende, en las pรกginas del libro de Ampuero,lidiando, inteligente e ingenioso, al son de tangos y de largas conversaciones con Rufino (su chofer/panadero y un personaje inolvidable), con su propia esquizofrenia: la del amante de la buena vida –y de las mujeres que se le pusieran al alcance– y la del mรฉdico marxista, solidario con las clases bajas y dispuesto a entregar su vida por un proyecto imposible. El proyecto imposible ganรณ al final y Salvador Allende se suicidรณ defendiendo La Moneda.
Previsiblemente, los escritores chilenos regresarรกn una y otra vez a los setenta y a la dictadura militar, porque Chile enfrenta el mismo dilema que otras sociedades –como, toda proporciรณn guardada, la alemana y la japonesa de preguerra– que se veรญan como el clรญmax de la cultura y la civilizaciรณn y se hundieron en una violencia brutal e impredecible. Sabemos quรฉ pasรณ en Chile entre 1973 y fines de los ochenta: conocemos la represiรณn, las delaciones, la tortura y el asesinato de decenas miles de partidarios de la Unidad Popular, que fueron el sello caracterรญstico de la cruenta dictadura militar. Pero tal vez sรณlo la literatura pueda develar algรบn dรญa los por quรฉs.
Estudiรณ Historia del Arte en la UIA y Relaciones Internacionales y Ciencia Polรญtica en El Colegio de Mรฉxico y la Universidad de Oxford, Inglaterra.