El día de las elecciones ¿votaremos como bonobos?

Los bonobos son conocidos como el simio más parecido al ser humano. Al igual que nosotros, son capaces de distinguir los actos útiles y serviciales de las fechorías; aun así, como lo muestran distintos experimentos, prefieren a los pelmazos abusivos.
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Los bonobos son los simios más parecidos al ser humano, pero debido a que viven en un estado de semiaislamiento (al sur del río Congo), nos enteramos de esto hacia finales de 2012, cuando, con financiamiento del European Research Council, investigadores del Max Planck Society lograron secuenciar todo su genoma. En los resultados, publicados en Nature, los investigadores concluyeron que genéticamente nos diferenciamos apenas en un 1,3% de los chimpancés y los bonobos y que, aunque entre ellos las diferencias genéticas son aun menores, el comportamiento de ambas especies difiere de manera importante. Por ejemplo, los chimpancés machos usan la agresión para competir por el rango y aparearse, y cooperan para defender su rango y atacar a otros grupos; por el contrario, los machos bonobo no son particularmente dominantes, –sino que todo el grupo lo es; son cooperativos y comparten comida y parejas sexuales con otros grupos. Como, a diferencia de los chimpancés, los bonobos tienen una intensa vida sexual y a menudo resuelven conflictos a través del sexo en lugar de la agresión, se asume que son la especie más cercana al ser humano. (Aunque tras las estadísticas que ayer dio a conocer PornHub, que muestran un creciente gusto por el porno de Dragon Ball Z, probablemente los bonobos pedirán una rectificación de parentesco)

Con los años la ciencia ha ido acumulando evidencia sobre otras similitudes que estrechan nuestro parecido con estos primos cercanos: el año pasado Heungjin Ryu, del Departamento de Ecología y Comportamiento Social del Primate Research Institute de la universidad de Kioto, documentó la presbicia (vista cansada) de los bonobos, razón por la cual los de mayor edad necesitan sentarse más lejos del compañero al que acicalan.

Pero la semana pasada se publicó un nuevo estudio que, leído en clave electoral, me hace pensar que los bonobos no solo son la especie más próxima a los seres humanos, sino a los electores mexicanos. En uno de los experimentos los bonobos veían un video en el que aparecían tres figuras geométricas: círculo, triángulo y cuadrado. El círculo tratará de subir una pendiente. En unas secuencias, el triángulo lo empuja para ayudarlo a subir, en otras el cuadrado le impide el paso hacia la cima. Después de ver el video, los bonobos recibieron trozos de manzana, uno con forma de cuadrado (el bully que no deja subir al círculo) y otro con forma de triángulo (el servicial triángulo). La mayor de las veces los bonobos se decantaron por la manzana que evocaba al cabronazo del cuadrado. (Acá puede verse el video de esta prueba)

En otro experimento los bonobos observaban a un actor neutral que dejaba caer un juguete, un ayudante recuperaba el juguete e intentaba devolverlo al actor neutral, en ese momento otro ayudante impedía la transferencia y arrebataba agresivamente el juguete. Inmediatamente después ambos ayudantes (el servicial y el cretino) ofrecían simultáneamente al bonobo un trozo de manzana. Los bonobos mostraron una marcada preferencia por recibir la comida del ayudante cretino.

Al igual que nosotros, los bonobos son capaces de distinguir los actos útiles y serviciales de las fechorías, pero a diferencia de la mayor parte de las personas, prefieren a los pelmazos abusivos[1]. De acuerdo con los autores esto podría deberse a que los bonobos consideran la rudeza como un signo de estatus social y quieren mantener a los individuos poderosos de su lado, pues relacionarse con ellos puede representar mejor acceso a alimentos y compañeros, entre otras ventajas, y menos posibilidades de ser acosados por ​​ellos mismos.

Los bonobos llevan años siendo conocidos como el “simio más promiscuo y parecido al ser humano”. Su predilección por los bullys y cretinos es un atributo que veremos si compartimos o no el 1 de julio. ¡No elijamos como bonobos!

 

 

 

 

[1] En experimentos similares los bebés humanos de tan solo tres meses muestran la preferencia opuesta, es decir, prefieren las actitudes cooperativas.

 

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Es politóloga, periodista y editora. Todas las opiniones son a título personal.


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