A pesar de todas las burlas que inspira, existe una aceptaciĆ³n generalizada del llamado lenguaje inclusivo o de āla persona primeroā por parte de las clases directivas profesionales, no solo en el mundo acadĆ©mico, las artes y la filantropĆa, sino tambiĆ©n en el mundo empresarial. Al igual que el tsunami de la Diversidad, la Equidad y la InclusiĆ³n en las sociedades de la anglosfera, habrĆa que tener la conciencia de piedra para decir rotundamente que uno se opone a ello como una cuestiĆ³n de principios inalterables. Uno puede decir, como los marxistas disidentes solĆan cuando se enfrentaban al hecho de que todos los regĆmenes comunistas que han existido hasta ahora han sido āen el mejor de los casosā un desastre econĆ³mico y moral, que estĆ” en contra de la DEI “realmente existente”, es decir, tal y como florece ahora en, digamos, los campus universitarios o en las asociaciones mĆ©dicas. Pero muy poca gente firmarĆa la frase: āEstoy en contra de la inclusiĆ³nā. Del mismo modo, cuando los innumerables partidarios del lenguaje inclusivo defienden que es necesario, por citar una entrada muy representativa de Thesaurus.com, basĆ”ndose en que ofrece āuna forma de evitar definir a una persona Ćŗnicamente por su discapacidad, condiciĆ³n o diferencia fĆsicaā*, difĆcilmente se dirĆ”: āNo, en realidad prefiero definir a las personas por esas condicionesā. Y a diferencia de la DEI, que en la prĆ”ctica es una ideologĆa que, como todas las ideologĆas, exige al menos que se respeten sus principios de boquilla (en cierto modo, recuerda a la misa obligatoria a la que habĆa que asistir en los colegios estadounidenses hasta bien entrados los aƱos setenta), el lenguaje de la persona primero casi nunca es muy exigente.
Sin duda, de vez en cuando se excede, como en el caso del manual de Stanford para el lenguaje inclusivo en el sector tecnolĆ³gico de la universidad, en el que se pedĆa a la gente que dejara de utilizar la palabra āamericanoā y la sustituyera por el tĆ©rmino āciudadano de EE.UU.ā alegando que, como AmĆ©rica estĆ” formada por 42 paĆses, la otra opciĆ³n ā[insinuaba] que EE.UU. es el paĆs mĆ”s importante de las AmĆ©ricas.ā** Tras las burlas de los medios de comunicaciĆ³n y, sin duda, tambiĆ©n las protestas de sus donantes, la administraciĆ³n de la universidad intervino rĆ”pidamente y la entrada se retirĆ³ enseguida. Pero en su mayor parte, aunque a menudo es un merecido blanco fĆ”cil para el ridĆculo, como en el caso de la sugerencia hecha por el grupo de defensa de los derechos de los animales PETA de sustituir la expresiĆ³n āmatar dos pĆ”jaros de un tiroā por āalimentar dos pĆ”jaros con un bolloā, y ācomer cuervoā, que significa en inglĆ©s estadounidense verse obligado a aceptar la derrota o la humillaciĆ³n, por ācomer nieveā, alegando que esas fĆ³rmulas perpetuaban la violencia hacia los animales y eran āespecistasā, lo que, segĆŗn PETA, no deberĆa ser mĆ”s aceptable en el siglo XXI que ser racista.***
Sin embargo, en general, el lenguaje inclusivo ha suscitado muchas burlas, pero poca oposiciĆ³n. Tal vez debe ser asĆ. Porque en su forma mĆ”s radical, cuya aceptaciĆ³n es ahora habitual, el lenguaje inclusivo es claramente congruente con el proyecto identitario y āantirracistaā mĆ”s evidente en el DEI. No a todos los activistas de DEI les agrada que el āespecismoā se ponga al mismo nivel que ser racista u homĆ³fobo, pero eso es precisamente lo que PETA se ha propuesto hacer. āLas palabras importanā, dijo el grupo en respuesta a esta crĆtica, āy a medida que evoluciona nuestra comprensiĆ³n de la justicia social, nuestro lenguaje evoluciona con ellaā. ****
Es cierto, por supuesto, pero la evoluciĆ³n es precisamente lo que el proyecto de lenguaje inclusivo no estĆ” dispuesto a esperar. Incluso en la medida muy limitada en que se ha producido una evoluciĆ³n social, lo que ha sucedido es la evoluciĆ³n de los propios militantes, un estado de conciencia con el que ahora esperan que se ponga al dĆa la sociedad en general (aquĆ, de nuevo, el paralelismo con la DEI es poderoso). De hecho, muchas metĆ”foras lingĆ¼Ćsticas se extraen de las actividades que realizan las personas en una Ć©poca determinada y tienden lentamente a perder su relevancia a medida que las personas dejan de realizarlas. Y parece seguro predecir que una sociedad en la que cada vez haya menos cazadores se sentirĆ” siempre atraĆda por las metĆ”foras derivadas de la caza, mientras que una sociedad centrada en la tecnologĆa no va a renunciar pronto a una palabra como āancho de bandaā, cuyo significado original es la capacidad de transferencia de datos de un sistema de comunicaciones electrĆ³nicas, pero que ahora tambiĆ©n significa la sensaciĆ³n que tiene la gente de su capacidad para hacer algo en cualquier Ć”mbito, incluida la vida privada, y que algunas personas utilizan para expresar su tolerancia o capacidad para hacer frente a las tonterĆas de los demĆ”s.*****
Pero, de nuevo, esta idea de que la evoluciĆ³n en el sentido de la transformaciĆ³n de las actitudes y creencias sociales de las personas puede āacelerarseā es un sello distintivo de nuestro presente electrĆ³nico, que solo puede, bueno, acelerarse aĆŗn mĆ”s en la inminente era de la Inteligencia Artificial. Mucha gente ya ni siquiera es capaz de ver una serie en Netflix sin estar constantemente enviando mensajes de texto por telĆ©fono o publicando en sus pĆ”ginas de Facebook, por no hablar de leer (no hojear) una novela larga. No es de extraƱar, por tanto, que āpor utilizar el ejemplo de PETAā un activista por los derechos de los animales no estĆ© simplemente impaciente por que cambien las actitudes humanas hacia los animales. Los activistas siempre se han sentido asĆ. Lo que ha cambiado es que los activistas contemporĆ”neos no ven por quĆ© estar obligados a esperar. Si eso sigue siendo evoluciĆ³n, entonces es evoluciĆ³n entendida como vanguardismo polĆtico.
Otro elemento clave en todo este asunto es la confianza contemporĆ”nea en que podemos, a todos los efectos, cambiar nuestras identidades, lo que por supuesto incluye nuestras actitudes sociales, prĆ”cticamente como queramos. La gente horrorizada por el movimiento trans suele buscar explicaciones conspirativas: por ejemplo, que de algĆŗn modo la teorĆa crĆtica acadĆ©mica engendrĆ³ la teorĆa queer y esta, junto con muchas de las demĆ”s corrientes del pensamiento acadĆ©mico, engendrĆ³ la ideologĆa identitaria (se considera a sĆ misma de izquierdas; si lo es o no es una cuestiĆ³n abierta) y el āantirracismoā al estilo DiAngelo. Pero una explicaciĆ³n mucho mĆ”s creĆble es que la velocidad, no solo en el sentido de Daniel Halevy de aceleraciĆ³n de la historia, sino en su sentido antropocĆ©nico de aceleraciĆ³n de las expectativas, ha desempeƱado un papel mucho mĆ”s importante a la hora de hacer que movimientos que en Ć©pocas anteriores tardaban dĆ©cadas y a veces siglos en cristalizar, ganar adeptos y extender su influencia antes de acabar sustituyendo al sistema que pretendĆan derrocar, tengan la capacidad de transformar actitudes en lo que, en tĆ©rminos histĆ³ricos, es un abrir y cerrar de ojos, que es precisamente lo que ya ha hecho el movimiento trans.
TraducciĆ³n del inglĆ©s de Daniel GascĆ³n
Publicado originalmente en el Substack del autor.
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*https://www.thesaurus.com/e/writing/person-first-vs-identity-first-language/
**https://www.lamag.com/culturefiles/stanford-releases-harmful-language-list-of-hurtful-words-to-eliminate/
***https://www.abcactionnews.com/news/national/peta-says-these-phrases-are-comparable-to-racism-and-homophobia
****https://www.washingtonpost.com/science/2018/12/05/peta-wants-change-anti-animal-sayings-internet-thinks-theyre-feeding-fed-horse/
*****https://www.merriam-webster.com/words-at-play/what-is-the-new-meaning-of-bandwidth
David Rieff es escritor. En 2022 Debate reeditĆ³ su libro 'Un mar de muerte: recuerdos de un hijo'.