1977, 1979, 1982, 1986, 1989, 1993, 1996, 2000, 2004, 2008, 2011, 2015, 2016, (2018 mociรณn de censura), 2019, 2019.
Desde las elecciones de 2015, tenemos en Espaรฑa 4 y hasta 5 partidos por encima del 5% de voto. En 3 aรฑos y 10 meses, el prรณximo 10 de noviembre, votaremos por cuarta vez.
Nuestros partidos ya cubren todo el espectro ideolรณgico. En las รบltimas elecciones, en nรบmeros redondos, participรณ un 72% del censo. La suma de los tres partidos (PP, PSOE y Cs) en el centro del arco aglutinaba el 62% del voto. La suma de centro izquierda (Cs y PSOE) el 45% ;la suma de centro derecha (Cs y PP) el 33%; el bloque a la izquierda (PSOE y UP) el 41%, el bloque a la derecha (Cs, PP y Vox) el 43%. Todo ello considerando รบnicamente los partidos con un porcentaje de voto superior al 5.
Hago este ejercicio, extraรฑo por alejado de los acontecimientos de la revuelta independentista en Cataluรฑa y de la mociรณn de censura de 2018, y me pregunto: ยฟera imposible llegar a algรบn tipo de pacto? No, no es creรญble. No es esta una reflexiรณn sobre lo indeseable que es la clase polรญtica, las รฉlites, la casta, etc. Ahรญ, quizรกs, fue donde empezรณ todo lo malo. Venรญamos de la frivolidad y la arrogancia y pasamos sin soluciรณn de continuidad al moralismo y al juicio social. De la impunidad que da el poder prolongado a las ansias del fuego purificador.
Ninguna de esas opciones parece sostenible en el tiempo, pero la historia nos ha demostrado que esas experiencias pueden durar muchos aรฑos, tantos como sobrevive, literalmente, el paรญs donde se aplican. Habรญa que cambiar estrategias y que las personas designadas supieran adaptarse a un contexto distinto.
Tenemos muchas caras donde elegir, mรกs que nunca, porque a รบltima hora se ha incorporado otro actor. Todos muy jugones. La semana pasada solo se hablaba de romper โel bloqueoโ. Es el nuevo mantra de corta duraciรณn. Como todo รบltimamente, dura poco y a la vez se hace eterno por su intensidad. Una tediosa sucesiรณn de intensidades: esa es la vida polรญtica pรบblica.
Unos hablan hoy de romper bloqueos ofreciendo pactos razonables de los que ayer abjuraron con total rotundidad. Otros prevรฉn formar parte del mismo gobierno que, aunque dicen que nunca se lo han ofrecido, siempre se han visto obligados a rechazar. Entre una cosa y otra encuentran hueco para recordar al Comandante Guevara y la sed de justicia social que les inspirรณ.
Por su parte, la no tan joven promesa nos anima a crear Mรกs paรญs con el objetivo de evitar que ese 43% declarado de electores pueda ver representadas sus preferencias, mientras el gran jugรณn dice โAhora, Espaรฑaโ. Con esa frase en el atril, anuncia a sus compaรฑeros que con PP y Cs no va a ir ni a la esquina. Que su partido estรก ahรญ para hacer de la polรญtica algo digno, โcon los bolsillos de cristalโ (sic). Y lo dice el mismo dรญa que se habรญa conocido que en el PSOE andaluz ofrecรญa puestos de trabajo a cambio de votos. Queda uno que aรฑora la Reconquista y otro que ha aprendido que entre tanta verborrea grandilocuente lo mejor es quedarse callado. Nunca el silencio fue tan dorado.
Escuchamos ecos de las palabras de un seรฑor que asesorรณ en mรบltiples y variadas campaรฑas, todas exitosas: lo mismo te ayuda a limpiar Badalona que a recobrar la dignidad. Ahora nos va a persuadir de que la gran cuestiรณn es si queremos tener un Gobierno sรญ o no de una vez por todas.
Y ahรญ estamos. Rodeados de vanidosos. Responsables, todos, de ir por cuarta vez a elecciones, pero no en la misma medida. Cada uno tiene sus propias razones para habernos llevado hasta aquรญ. Para mรญ el mรกximo responsable del fracaso es aquel que tiene mayor capacidad de decisiรณn, y de ahรญ hacia abajo. Pero en el fondo da igual, nunca hubo otra intenciรณn distinta que la de lograr un gobierno en solitario, o casi, del seรฑor Sรกnchez, que dice lo que haya que decir al que toque decรญrselo en el momento en que sea conveniente hacerlo.
Sรกnchez estรก utilizando el รบltimo cartucho que queda: dejar exhaustos a los ciudadanos. Vota y vota bien porque votas mal. Otra vez has de repetir porque tu voto no es razonable. No voy a pactar con unos, por razones de dignidad. No voy a pactar con otros porque son intratables y provocan pesadillas econรณmicas. Vota bien. Ya te lo dice el CIS cuando se quita el traje institucional y se pone el del opinar como sociรณlogo comprometido y ciudadano.
Narciso Michavila resumiรณ en La Vanguardia los resultados del barรณmetro realizado justo antes de iniciarse la campaรฑa electoral: โel elemento positivo para los encuestadores es que, aunque se ha disparado la cifra de los que dicen que no irรกn a votar, la proporciรณn de indecisos estรก en mรญnimos histรณricos: apenas un 3% no sabe hoy a quiรฉn votarโ y mรกs adelante explica dรณnde se concentran aquellos que han decidido no ir a votar: en el โvotante mรกs moderado y en el activado por reacciรณn a Voxโ. Ivรกn Redondo dice que โla mayorรญa cautelosa decideโ y a ella se dirige.
Lo que no sรฉ si han medido bien estos lรญderes tacticistas es cuรกnto se puede forzar la mรกquina antes de que esa mayorรญa prudente se convierta en una mayorรญa exhausta y se desentienda del asunto.Sus fracasos, ambiciones y arrogancia son ahora problema nuestro. ยฟEstaremos obligados a repetir elecciones hasta que logremos que uno se alce tan victorioso como desee y, por supuesto, le aprueben los presupuestos generales del estado?
Contaba el ensayista estadounidense Jonathan Haidt que en lo que se refiere al nรบmero de partidos polรญticos que un paรญs podรญa tener, el peor nรบmero era 1 y el segundo peor 2 porque, en tiempos de polarizaciรณn, cuanto mรกs extremista se muestra uno de ellos mรกs virulenta es la respuesta que provoca en el otro. Algunos en Espaรฑa estรกn haciendo lo posible por volver a eso. Los ciudadanos, hastiados de este baile de primas donnas, puede que acabemos dรกndoles la razรณn. O quiรฉn sabe, como nos recuerda el Financial Times o la britรกnica May, tal vez les demos una desagradable sorpresa.
Elena Alfaro es arquitecta. Escribe el blog Inquietanzas.